Trabajar en el turno de noche
Las personas que se ven obligadas a trabajar entre las diez de la noche y las seis de la mañana suelen sufrir diversos problemas tanto físicos como psicológicos. Te contamos cómo hacerles frente.

Cómo organizar los turnos de trabajo

Por: Eva Salabert

Periodista experta en salud

Actualizado: 2 de marzo de 2023

Cuanto mejores sean las condiciones de trabajo, con independencia del horario del mismo, mejor será el rendimiento y la adaptación de los trabajadores a su puesto. Cuando es necesario mantener la producción las 24 horas del día, los turnos de trabajo resultan inevitables, y se hace entonces imprescindible tomar una serie de medidas que favorezcan el bienestar y la salud de los trabajadores. Es necesario que estos estén informados de todas las posibilidades que tienen para adaptar el horario laboral a sus necesidades individuales, y tratar de establecer los turnos o la rotación, de acuerdo con los consejos de los especialistas, de forma que las condiciones de trabajo sean lo más favorables posibles para los afectados.

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Los turnos deben acoplarse al máximo a los ciclos biológicos de vigilia, sueño y horario de comidas, y tener en cuenta que los trabajadores necesitan mantener unas relaciones familiares y sociales satisfactorias.

Algunas recomendaciones a la hora de organizar los turnos de trabajo son:

  • Es importante que los trabajadores intervengan en la elección de los turnos y que estos respeten especialmente el ciclo natural de sueño; por lo que el turno de mañana no debe empezar demasiado temprano (a ser posible no antes de las 06.30 o las 07.00 horas).
  • Los turnos de tarde y de noche no deben ser más largos que los de mañana, y en esos turnos no se puede alargar la jornada laboral más de ocho horas (si se precisan horas extras estas deben realizarse únicamente en el turno de mañana).
  • Cuando los trabajadores cambian de turno deben conocer con suficiente antelación el calendario de rotación para poder organizar su vida personal y sus actividades fuera del ámbito laboral, de acuerdo a las fechas y horarios que les corresponda trabajar.
  • El número de turnos de noche consecutivos debe ser el mínimo posible, es decir, que el trabajador no debe trabajar más de tres o cuatro noches consecutivas antes de tomar un día de descanso.
  • El trabajador tiene que disponer de suficiente tiempo de descanso entre la finalización de un turno y el comienzo del siguiente. Por lo tanto, no debe realizar un turno de mañana y uno de noche el mismo día, sino que un día terminará su turno de mañana, o de tarde, y al día siguiente entrará en el turno de noche, por ejemplo.
  • Si hay trabajadores que por circunstancias personales prefieren trabajar en un turno fijo, y el resto del personal está de acuerdo, es preferible dejar elegir el turno porque esto mejorará el rendimiento y facilitará la organización del trabajo.
  • Es preciso habilitar un espacio donde los trabajadores puedan hacer un descanso para tomar algo caliente.
  • Se debe evaluar si los trabajadores del turno de noche disfrutan del número de descansos suficiente, porque en este turno se requiere mayor esfuerzo para concentrarse, la fatiga es mayor, y aumenta la posibilidad de que se produzcan accidentes.
  • Hay que establecer reconocimientos médicos periódicos (cada seis meses), con el fin de detectar precozmente la falta de adaptación a los turnos, y prevenir sus consecuencias nocivas sobre la salud de los trabajadores afectados.
  • En el calendario de turnos se debe prever siempre que cada trabajador disponga de fines de semana libres de al menos dos días consecutivos
  • Es necesario evitar, en la medida de los posible, que los menores de 20 años y los mayores de 45 años trabajen en el turno de noche y, en caso de que lo hagan, no deben estar solos en ese turno.

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Creado: 4 de enero de 2011

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