Fernando Trías de Bes
9 de julio de 2014
El escritor y economista Fernando Trías de Bes ha publicado un nuevo libro, La reconquista de la creatividad (Editorial Conecta, 2014), en el que anima a todos sus lectores a buscar y recuperar la capacidad de crear que se esconde en su interior. Este autor considera que la creatividad es una facultad inherente a los seres humanos, pero que el miedo a cometer errores y a la crítica, el apego a las rutinas, la costumbre de regirse por las normas establecidas, e incluso el sistema de educación de la sociedad occidental, han limitado progresivamente la capacidad de crear. Sin embargo, Trías de Bes está seguro de que podemos recuperarla y, para ello, en su libro ofrece pautas y consejos para identificar todo aquello que nos frena, y al mismo tiempo potenciar las aptitudes que nos permitan vivir nuestra vida de forma “más plena y rica”, y “alcanzar mayores cuotas de autorrealización”.
La humanidad ha evolucionado y de hecho la civilización está basada en la creatividad. En la actualidad, se investiga y se realizan hallazgos en todos los campos y se crean obras de arte continuamente, ¿por qué piensa entonces que ha llegado el momento de “recuperar la capacidad de crear que llevamos dentro”?
Porque a pesar de los grandes avances y descubrimientos, las personas que se dedican a tareas de investigación, innovación, o creativas, son una minoría. El grueso de la gente está dedicada a trabajos donde la creatividad está muy acotada o restringida. Por otro lado, el sistema educativo occidental no ha propiciado mucho la creatividad y nuestra generación ha estado más sometida a la lógica y la memorización que a la creatividad. Por ambos motivos creo que tiene sentido un libro sobre la recuperación de la creatividad.
El sistema educativo occidental no ha propiciado mucho la creatividad, y nuestra generación ha estado más sometida a la lógica y la memorización que a la creatividad
Usted dice que la creatividad es una cualidad innata, pero muchas personas se sienten muy a gusto en su zona de confort y eligen no arriesgar ni explorar nuevas posibilidades. ¿Qué ventajas aporta la creatividad? ¿merece siempre la pena ser creativo?
Obviamente, no siempre. Y ya explico en el libro que hay muchas personas para quienes introducir la innovación o la creatividad en sus vidas puede ser vivido o percibido como una complicación añadida. Puede que se sientan bien como están y no quieran modificar nada. No tengo nada que decir entonces, cada cual decide. Pero está demostrado que una vida creativa es una vida más plena, más rica, y que se alcanzan mayores cuotas de autorrealización cuando la creatividad forma parte de nuestras vidas.
Solemos pensar que la creatividad es algo propio de personas con un elevado cociente intelectual, o que para crear algo útil o valioso es imprescindible ser muy inteligente. ¿Es siempre así, o también las personas normales podemos innovar con éxito?
Más inteligente, más probabilidades de ser creativo, pero no lo asegura. Y para ser creativo no es necesario tener un elevado coeficiente intelectual en el sentido que conocemos. Inteligencia es inter-ligar, conectar, dar sentido. Pero para ello hay que saber también imaginar, jugar con los estímulos, ser provocador, carecer de miedo… Son facultades no necesariamente relacionadas con la inteligencia.
Está demostrado que una vida creativa es una vida más plena, más rica, y que se alcanzan mayores cuotas de autorrealización cuando la creatividad forma parte de nuestras vidas
Un profesional de la educación especialista en creatividad dijo que “toda actividad creadora está resolviendo algún tipo de problema”, ¿necesitamos entonces una crisis, un problema, o un estímulo, que nos motiven lo suficiente como para poner en marcha la maquinaria creativa?
No es necesario, pero habitualmente es así porque el ser humano es reactivo, se mueve muchas veces por compulsión, cuando no queda más remedio. Pero sabemos que no toda la creatividad es condicionada. Hay creatividad voluntaria, no sujeta a una obligación externa. Ambas posibilidades coexisten. Ambas ponen en marcha la creatividad. Pero sabemos que la creatividad que no proviene de situaciones extremas es de mayor calidad que aquella creatividad que surge como respuesta a problemas acuciantes.
Nunca es tarde para empezar a 'crear'
En su libro explica que el proceso de socialización, la educación que recibimos y, en general, la influencia del entorno en el que nos criamos, pueden actuar como inhibidores de la creatividad. ¿No se podría entonces enseñar a los niños a aprovechar su creatividad en vez de coartarla, tanto en la escuela como en el seno familiar?
Naturalmente que sí. Y es lo que deberíamos hacer. Desde el sistema educativo, desde las familias, desde la propia sociedad, animar a la creatividad y a las ideas nuevas, no coartar la imaginación, dar espacios a la imaginación, incentivarla, premiarla, matizar el concepto de error y de riesgo. Hay mucho por hacer.
La historia está llena de casos de genios creativos tardíos que, incluso a partir de los 65 años, pudieron despertar y aflorar su creatividad latente
Los inhibidores de la creatividad no son los mismos en todas las personas, ¿cómo podemos saber cuáles son los nuestros?
Escuchándose, entendiendo qué es lo que no nos dejar cambiar, comprendiendo cuáles son nuestros frenos, nuestros miedos, nuestros complejos a la hora de proponer y modificar las cosas. Yo creo que cada persona sabe e identifica lo que le pone en la rutina.
Un experto en coaching me explicó que le resultaba más difícil trabajar con personas mayores porque han interiorizado una serie de modelos y creencias a los que les cuesta renunciar. ¿Es posible recuperar la capacidad creativa con independencia de la edad?
A más edad, mayor dificultad, es obvio, porque llevas más años bajo la influencia de modelos y creencias. Pero eso no significa que el cambio no sea posible. La historia está llena de casos de genios creativos tardíos que, incluso a partir de los 65 años, pudieron despertar y aflorar su creatividad latente.