Pautas para que los sanitarios gestionen sus emociones por el COVID-19
Actualizado: 22 de septiembre de 2022
Si eres un personal sanitario en primera línea de combate frente al COVID-19, atendiendo pacientes sin parar, viendo fallecer a muchos de ellos, y tu salud mental empieza a hacer mella, las siguientes pautas te ayudarán a canalizar las emociones derivadas de la intervención, durante y después de la misma.
Ten en cuenta que en la situación desencadenada por la infección por coronavirus SARS-CoV-2 te encuentras en una fase de afrontamiento del estrés denominada “fase de mantenimiento”. Esto quiere decir que una vez pasada la fase anterior, conocida como “fase de activación o de alarma”, tu cuerpo y tu mente siguen trabajando para seguir siendo capaces de afrontar esa demanda excepcional que te solicita tu entorno. Es importante que intentes regular tus emociones para que la continuidad de esta etapa no tenga como consecuencia problemas en tu salud física o mental.
- Normaliza tus emociones: con las emociones enumeradas en el apartado anterior pretendemos que comprendas tus sentimientos y que no los rechaces. No aceptar emociones normales (por desagradables que sean) puede incrementar tus niveles de ansiedad. No se trata de que pases de estar triste o nervioso a estar contento o relajado, sino que dichos niveles sean moderados, algo que conseguirás si evitas retroalimentarlos con el miedo.
- Acepta hasta dónde puedes llegar: en algunos casos el virus te ganará la batalla, pero en muchos otros no. No olvides estos últimos.
- Asume el dolor ajeno: cuando un paciente te muestre miedo, o un familiar dolor ante la pérdida, debes aceptarlo como normal. No puedes eliminarlo, pero sí aliviarlo. No ha dependido de ti, sin embargo, tu calma y explicaciones, si bien no le quitarán el dolor, se lo aliviarán.
- Se realista: repítete a ti mismo, “estoy haciendo todo lo que puedo, lo que sé, y las circunstancias me permiten”. No te centres en circunstancias ideales, sabes que ahora no se puede.
- Respeta tus momentos de descanso y dedica un tiempo a las actividades que te gustan y puedes hacer en casa.
- Intenta desconectar cuando estés en casa (juega con tus hijos, ve películas en familia, charla con los seres queridos que ahora están lejos…) recordándote que esa es tu familia, que están bien… (a veces, se siente a los pacientes del hospital como a tu familia). Cuando estás con los tuyos, en un principio intenta desconectar, no recreándote demasiado en imágenes o situaciones vividas en el hospital. Esto te ayudará a tomar algo de distancia y evitará desarrollar víctimas secundarias de impacto emocional (las cosas que nos cuentan también nos influyen, por lo que tu familia puede verse impactada emocionalmente).
- Intenta hacer un poco de actividad física en casa si te fuera posible (entendemos que el cansancio es elevado). El ejercicio libera estrés y fomenta el buen humor.
- Desahógate con tus compañeros en momentos de descanso si lo necesitas. Esos momentos en los que compartimos experiencias ayudan a descargar la tensión emocional.
- Cuando todo acabe es importante que, aunque no desarrolles ninguna patología emocional, para tu higiene mental acudas a grupos o terapias breves de debriefing –intervención psicológica que se lleva a cabo en los primeros días tras una situación traumática, en el que participan varios individuos que hayan vivido el evento de forma similar para favorecer el apoyo del grupo–, que te permitirán ordenar tu emociones y pensamientos derivados de la situación vivida. Es importante que no demores recurrir a este tipo de ayudas, pues cuanto antes asistas, mayor será su efectividad.
- Solicita atención psicológica a la mayor brevedad posible si desarrollas algunas de las manifestaciones negativas descritas en el apartado anterior. Actualmente se pueden realizar sesiones de psicología por Skype sin alteración en los resultados obtenidos.
- Y no lo olvides: ahora, y después, el mundo entero seguimos aplaudiendo por vosotros en un eterno agradecimiento.
Creado: 18 de abril de 2020