Qué es la pereza y cuáles son sus consecuencias
Actualizado: 4 de mayo de 2023
La pereza es un mal hábito que nos impide lograr nuestros objetivos. ¿Cómo lo hace? Sus armas son sutiles: a corto plazo nos produce un armónico bienestar fruto de la inacción que conlleva el no asumir riesgos, y no somos conscientes de su impacto hasta que ha pasado la posibilidad de hacer algo para alcanzar nuestras metas o cuando ya han aparecido las consecuencias negativas de no haber realizado una actividad, que se suelen manifestar en forma de culpa, frustración o insatisfacción; emociones que no hacen más que aumentar nuestra vulnerabilidad a volver a caer en sus redes fruto de la inseguridad que genera el hecho de no hacernos con las riendas de nuestra vida. Es el momento de plantarle cara. Año nuevo, actitud nueva.
Si bien en un primer momento podríamos definir la pereza por la conducta observable (no llevar a cabo nuestros propósitos), el patrón de pensamientos y emociones que intervienen en ella requiere contemplar más variables. Podemos definirla como un patrón emocional, cognitivo (mental) y de comportamiento que conduce a la persona a no llevar a cabo sus tareas o funciones, o a hacerlo en circunstancias que reducen su competencia en las mismas (sin ganas, con prisas, etcétera). La pereza suele interferir en la vida de la persona (trabajo, actividades sociales o de ocio, planes personales…) sin que esta sepa cómo vencerla.
Para entender la pereza debemos partir del hecho de que al ser humano le cuesta demorar el refuerzo; esto es, se mueve más por las consecuencias positivas a corto plazo que cuando estas aparecen a medio-largo plazo. La forma en la que la pereza se instaura en nuestras vidas es a través de un truco bien conocido: quitándote aquello que no te gusta de inmediato, y no mostrando lo malo de esta conducta hasta pasado un tiempo.
Eso significa que a corto plazo la persona perezosa recibe beneficios asociados a la evitación de aquello que no le gusta; por ejemplo, alivio al no tener que estudiar para un examen, no estar obligado a madrugar para ir a correr, no quedar con ese amigo hoy que hace frío, etcétera. Pero a medio-largo plazo se sufren las consecuencias negativas por habernos dejado vencer por la pereza; por ejemplo, suspender, falta de forma física, distanciamiento social, etcétera.
Diferencias entre la pereza y otros trastornos
Es importante diferenciar la pereza de la apatía (falta de ganas de hacer cosas que antes se solían hacer), la anhedonia (dificultad para disfrutar de las actividades que antes le gustaban o para experimentar emociones positivas) y la desmotivación (falta de interés por hacer actividades). Tanto la apatía, como la anhedonia y la falta de motivación, suelen estar asociadas a patología clínicas como la depresión, pudiendo incluso ser en sí mismas una alteración clínica a tratar desde la psicoterapia.
La pereza en un principio es más leve, y el estilo de vida de la persona que siempre ha sido perezosa está muy influenciado por este rasgo de personalidad. Sin embargo, cuando la pereza es demasiado intensa, se asocia con un fuerte malestar emocional, o interfiere de forma significativa en la vida del individuo, puede dar lugar a problemas clínicos como los trastornos del estado de ánimo o de ansiedad.
Consecuencias de ser perezoso
La pereza tiene un importante impacto en la vida de quien tiene este comportamiento de manera habitual, y estas son sus principales consecuencias:
Causas de la pereza: perfil de la persona perezosa
La pereza es un estilo de vida que no sale de la nada. Es decir, la persona perezosa presenta unas características concretas que le llevan a tener esta conducta. Conoce las causas de la pereza y los rasgos de la personalidad o los factores ambientales que hacen que una persona sea más propensa a ser perezosa.
Creado: 13 de enero de 2021