Onirofobia: cómo vencer el miedo a dormir
Actualizado: 20 de diciembre de 2024
El miedo a dormir no es exclusivo de la primera infancia. Se trata de un temor evolutivo que puede considerarse normal en los más pequeños y que se va superando de forma progresiva. Los niños lo suelen experimentar a causa del malestar que se deriva de la desvinculación de las figuras de apego durante un periodo relativamente largo para ellos como es la noche. También puede ser una consecuencia del temor a la oscuridad o a la imaginación que les hace creer en la existencia de seres mágicos hasta alrededor de los 12 años. Sin embargo, cuando el miedo a dormir solo aparece de forma más tardía o en la edad adulta puede responder a otras causas, y la más común es el temor de no volver a despertar, lo que se conoce como onirofobia.
Qué es la onirofobia y cuáles son sus síntomas
Tal y como indica su significado etimológico –oneiros: sueño y phobos: miedo– la onirofobia es el miedo irracional a quedarse dormido. Este tipo de temor se conoce también con otros nombres como somnifobia, clinofobia o hipnofobia. Las personas con este problema sienten un miedo intenso ante el hecho de quedarse dormidas, ya que temen no volver a despertar debido a que dejen de respirar o sufran durante el sueño una muerte súbita como un infarto de miocardio o un accidente cerebrovascular, asociando el acto de dormir a morir.
En otros casos, el sueño se asocia a otra forma de pérdida de control que es la locura. Algunas personas que sufren onirofobia creen que los sueños que experimenten mientras duermen pueden hacerles entrar en una realidad paralela de la que no podrán salir, cayendo así en un estado de delirio o locura permanente.
Ante tales temores, las personas que sufren onirofobia experimentarán los siguientes síntomas:
- Elevados niveles de ansiedad cuando se acerca la hora de dormir.
- Respiración agitada y aceleración del ritmo cardíaco cuando están en la cama.
- Intentos de evitar o escapar del hecho de dormir demorándolo tanto como les sea posible.
- Sudoración nocturna.
- Insomnio.
- Mala calidad del sueño: el sueño que presentan es superficial, lo que hace que tengan despertares frecuentes y no consigan un descanso reparador.
- Elevados niveles de cansancio diurno.
- Afectación en las funciones cognitivas básicas: reducción de la atención, sensación de confusión y bloqueo, problemas de aprendizaje y memoria, así como dificultad en la toma de decisiones.
Causas del miedo a irse a dormir
En la mayoría de los casos, la onirofobia se entiende como una fobia específica incluida dentro de los trastornos de ansiedad que se manifiesta con los síntomas anteriormente descritos. En otros casos, puede formar parte de patologías más graves como trastornos delirantes a partir de los que la persona tiene la certeza de que va a morir durante el sueño o va a ser dañada o asesinada por alguien, si bien este último caso es menos frecuente.
Lo que está claro es que es una forma de miedo altamente asociado con la ansiedad ante la muerte. La ansiedad ante la muerte tiene que ver con tres etapas de la muerte: el dolor posible antes de morir, el tránsito (pasar de estar vivo a estar muerto) y el vacío. Las personas pueden sentir ansiedad ante la muerte referida a una o varias de las etapas anteriores. Las personas con miedo a dormir se asocian principalmente con el tránsito, en este caso el paso del sueño a la vigilia y al vacío del después.
La onirofobia tiene mucha relación con también con el miedo a la pérdida de control; es decir, el temor a ese instante en donde uno pasa de estar despierto a estar dormido. Por ello, la onirofobia no afecta solo al sueño natural, sino que se extiende también a otras formas de sueño como el producido por la sedación o anestesia. Esto da lugar a que este tipo de pacientes suelan rechazar pruebas médicas en las que deban ser sedados.
La principal causa de la onirofobia, por lo tanto, es una necesidad de control, lo que unido a un elevado rasgo de ansiedad (tendencia a interpretar situaciones ambiguas como amenazantes) hace que la persona que padece este problema se sienta desbordada ante la falta de certeza absoluta de que sus temores no se van a cumplir.
A lo anterior se le une la posibilidad de experiencias previas en las que la persona ha experimentado algún acontecimiento que le hiciera creer que no podría despertarse. Este es el caso de las personas que sufren parálisis del sueño, un fenómeno debido al cual la persona se despierta, pero no puede moverse, ni siquiera abrir los ojos. También es posible que las personas que sufren este miedo padezcan algún problema de salud que pueda comprometer su vida de manera inesperada.
Sin embargo, este tipo de miedo ante el hecho de irse a la cama puede también desarrollarse a través de la transmisión de información u observación de personas a las que les ha ocurrido. Basta con que conozcamos o nos hayan contado el caso de alguien que no se volvió a despertar para poder desarrollarlo. Esta forma de aprendizaje de adquisición de miedos se denomina aprendizaje vicario u observacional, y es una de las principales causas que explican fobias ante situaciones en las que no hemos experimentado efectos adversos, pero los hemos observado en otros, como el miedo a dormir solo, a volar en avión, a estar en aguas profundas o exponernos a una tormenta.
Cómo superar el miedo a dormir
Como ocurre con cualquier tipo de miedo, para poder superar la onirofobia, sí o sí, hay que enfrentarse a la situación que la provoca exponiéndose a la misma. Para ello, te ofrecemos unas recomendaciones prácticas que te ayudarán a conseguirlo y te permitirán vencer este temor irracional:
- Hazte un chequeo médico que compruebe que tu salud es buena y que no debes tener miedo a que te pase nada durante el suelo; seguramente ayudará a que te quedes más tranquilo.
- Lleva a cabo una rutina de suelo que te facilite la desconexión del día unas horas antes de ir a la cama.
- No tomes ninguna sustancia excitante, como la cafeína, después de las 16 horas.
- Intenta acostarte cuando te encuentres cansado físicamente. Si te quedas dormido en el sofá o te va entrando letargo, aprovéchalo y deja que el sueño te venza.
- Antes de dormir, procura relajarte e intenta dejar tu mente en blanco.
- Si no consigues dejar tu mente en blanco, piensa en un color al que cambias de tonalidad. Si también te resulta complicado, piensa en una historia o anécdota relajante.
- Si aparecen los pensamientos negativos acerca de la posibilidad morir mientras duermes no luches contra ellos porque, de lo contrario, los retroalimentarás. Dite a ti mismo que a veces piensas esas cosas, pero que esos pensamientos se acabarán yendo.
- No hagas pruebas para ver si “sigues vivo”. Te angustiarás e interferirás en el sueño.
- Es preferible que duermas poco a que duermas mal; si has dormido, pero de repente te despejas, levántate. Necesitas acumular experiencias de que has dormido bien.
- Contacta con un psicólogo si intentas poner en práctica las recomendaciones anteriores y no mejoras, o el miedo va a más e interfiere en tus actividades cotidianas. El tratamiento cognitivo-conductual de las fobias es relativamente rápido y los resultados son buenos. Hazlo tan pronto veas que no mejoras para que el problema no vaya a más.
Creado: 20 de diciembre de 2024