Síntomas y manifestaciones de la tricotilomanía
Actualizado: 3 de octubre de 2022
El síntoma principal de la tricotilomanía es precisamente el hecho de arrancarse los pelos, normalmente de uno en uno, dejando en ocasiones zonas despobladas más o menos visibles, incluso zonas enteras del cuero cabelludo, sin que esta situación provoque ningún sufrimiento a la persona que lo padece.
Algunas situaciones son más propicias para que las personas que padecen tricotilomanía den rienda suelta a este impulso incontrolable, como:
-
Cuando la persona se siente especialmente incómoda y en tensión, por ejemplo debido a sus estudios o al trabajo, especialmente si tiene que rendir cuentas ante otro que le evalúa, o si tiene que hacer frente a situaciones que le producen gran ansiedad.
-
En los momentos de relajación, o incluso aburrimiento, en los que el paciente se encuentra en un estado de calma, en su casa o en un lugar tranquilo, por ejemplo viendo un programa en la televisión, o realizando cualquier otra actividad que no le suponga ningún esfuerzo y le resulte placentera.
La tricotilomanía, además, va acompañada de sensaciones y sentimientos que son los que originan y mantienen la enfermedad, y son los responsables de la dificultad del éxito del tratamiento terapéutico indicado al efecto, entre los que destacan:
La persona que padece tricotilomanía no es capaz de percibir que tiene un problema, a pesar de las evidentes muestras de falta de pelo en algunas zonas del cuerpo. Esto va a retrasar el diagnóstico y va a dificultar el tratamiento, ya que si el afectado no reconoce que tiene un problema, tampoco pondrá de su parte para superar su manía.
Diagnóstico de la tricotilomanía
Una de las mayores dificultades para poder establecer el diagnóstico de la tricotilomanía es que el paciente no considera que arrancar de vez en cuando un cabello sea un problema, a pesar de las consecuencias que ello pueda tener sobre su imagen, por lo que no suele acudir a consulta a solicitar ayuda, y si acude forzado por algún familiar o amigo, la falta de sinceridad con el especialista entorpece el correcto diagnóstico y, con ello, el tratamiento adecuado.
Otra de las dificultades de la tricotilomanía es que se suele presentar asociada a otras patologías, en caso de trastornos del estado de ánimo, como depresión, trastorno límite de la personalidad, trastorno obsesivo compulsivo e, incluso, esquizofrenia. Esto hace que la tricotilomanía sea "la menor de las preocupaciones" respecto a la salud del afectado, y resulte necesario tratar primero la enfermedad principal y que más síntomas muestra, antes de preocuparse por el cuero cabelludo del paciente.
Así, aunque su detección puede ser relativamente sencilla, sobre todo cuando se empiezan a ver zonas del cuerpo en donde ha desaparecido el vello, el diagnóstico y el consiguiente tratamiento están a expensas de los trastornos psicológicos más graves, que sustentan y mantienen esta manía, que se tiende a considerar como un síntoma más de la enfermedad principal, por lo que con frecuencia no recibe un tratamiento específico que permita superarla.
Hay que aclarar, que no toda pérdida de cabello o, en algunos casos, calvicie prematura, va a ser considerada como tricotilomanía, ya que puede aparecer por muy diversas causas que han de ser exploradas para su correcto diagnóstico, tal y como sucede en el caso de la alopecia, que puede deberse a tratamientos farmacológicos, lupus eritematoso, o tiña capitis, entre otras situaciones.
Es necesario también descartar otras patologías asociadas al cabello o a la piel, además de comprobar si la desaparición del pelo se da de forma aislada, o como consecuencia de otra patología; de ser así, hay que establecer prioridades en el diagnóstico y en el consiguiente tratamiento, de forma que se atienda primero al trastorno más grave y que produce mayor interferencia con la vida personal, familiar y laboral del paciente.
Creado: 13 de marzo de 2014