Qué es el trastorno límite de la personalidad
Actualizado: 11 de octubre de 2022
Si conoces a alguien con una personalidad débil, que tiene una valoración muy pobre sobre sí mismo, y sufre constantes rupturas en sus relaciones y repetidos brotes de ira, puede que esta persona padezca un trastorno límite de la personalidad, también conocido como borderline. Se trata de uno de los trastornos de personalidad menos conocidos y que provoca gran sufrimiento a quien lo padece y a los que conviven con él; además, se puede presentar de forma diferente en cada persona, lo que dificulta un diagnóstico claro y retrasa la aplicación del tratamiento.
¿Qué es el trastorno límite de la personalidad?
Tal como indica su nombre el trastorno límite de la personalidad está encuadrado dentro de los trastornos de personalidad, y también se le denomina trastorno fronterizo de la personalidad o borderline; este término puede llevar a cierta confusión, pues también se usa para designar un determinado grado de inteligencia. La inteligencia borderline se corresponde con la puntuación intermedia obtenida en las pruebas de inteligencia, resultando inferior a la normal sin llegar al retraso mental.
En el trastorno límite de la personalidad no se ve afectada la inteligencia, a diferencia de otras áreas como la emocional o el control de los impulsos
Es importante no confundirlo, ya que en el trastorno límite de la personalidad no se ve afectada la inteligencia, a diferencia de otras áreas como la emocional o el control de los impulsos. Se presenta con mayor frecuencia en la población femenina, en una proporción de tres casos frente a uno en hombres. La edad de inicio es temprana, normalmente antes de la adolescencia. Aunque a veces tiene un origen genético, en la mayoría de los casos responde a un ambiente familiar desestructurado o por abusos.
Su característica principal es que los afectados tienen una personalidad débil y cambiante, que duda de todo, incluso de sí misma, con momentos de calma que se pueden volver al instante y sin previo aviso en ira, ansiedad o desesperación. En estas personas las emociones “están a flor de piel”, y viven las relaciones muy intensamente, tanto en el enamoramiento, en el que se llega a idolatrar a la otra persona, como en las rupturas, donde afloran sentimientos de desprecio por verse rechazado.
La convivencia con una persona con trastorno límite de la personalidad es muy difícil; de ahí las constantes rupturas de relaciones de pareja, donde la otra parte “no aguanta más” la situación, que puede llegar a ser “asfixiante”. A esto se le van a añadir problemas en el rendimiento y en las relaciones de trabajo, lo que puede poner en riesgo la economía de quien sufre este trastorno. Además, se suele ver agravado con la presencia de adicciones a sustancias, e incluso de otros trastornos presentados a la vez.
Creado: 12 de abril de 2013