Es posible que te hayas sentido incómodo, juzgado o evaluado en una situación social, pero si esto se acompaña de altos niveles de ansiedad y pensamientos exagerados de vergüenza, podría tratarse de fobia social.
Aunque la fobia social es un problema principalmente psicológico, en ocasiones es preciso emplear farmacología, como ansiolíticos o antidepresivos, sobre todo cuando los síntomas físicos de la ansiedad son importantes, y el paciente presenta sudoración e hipercinesia, como también un incremento de velocidad de la respiración y de la frecuencia cardiaca, que pueden derivar en problemas coronarios, como un ataque cardíaco, si la persona expuesta a la situación social que tanto teme no es retirada a tiempo de la misma, algo que ya tiende a hacer quien sufre fobia social.
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Por lo tanto, la principal intervención terapéutica suele realizarse desde el ámbito de la psicoterapia y, en concreto, empleando técnicas cognitivo-conductuales como las que se mencionan a continuación:
Técnicas de control del estrés, con las que se entrena a la persona para que sea capaz de detectar cuándo se está empezando a poner nerviosa o tensa, para a continuación aplicar técnicas de relajación, ya sea mediante el control consciente de la respiración, o mediante la visualización mental de imágenes agradables. Este entrenamiento en la detección del momento en que se elevan los niveles de estrés es fundamental para que el paciente pueda detener su avance y no lleguen a generarle mayores problemas.
Técnicas de control del pensamiento; al igual que en el caso anterior lo primero que se le enseña a la persona es a darse cuenta de cuándo empiezan a producirse esos pensamientos invasivos, que se van a incrementar con la proximidad del acontecimiento temido. Una vez detectado el momento en que esto ocurre, se han de poner en marcha técnicas para frenarlo, como pensar en otros temas, relativizar la importancia de la situación, o emplear palabras claves como stop para detenerlo.
Técnicas de afrontamiento, que consisten en que la persona va a tener que ir dando pasos que le conduzcan a enfrentarse a las situaciones temidas, para comprobar por sí misma que no pasa nada, y así romper con esas creencias irracionales. Para ello se emplea la técnica de aproximaciones sucesivas, en las que la persona poco a poco va acercándose a la situación temida, primero con la presencia de una persona, luego con dos, luego con tres..., y así sucesivamente, teniendo que ser capaz de controlar sus pensamientos y sentimientos antes de avanzar al paso siguiente.
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Técnicas de autoestima, donde se trabajen los puntos fuertes y débiles del paciente, para que aprenda a sacar provecho de lo que tiene y a desarrollar lo que le falta, todo ello reforzando la confianza de la persona en sí misma, lo que le ayudará a afrontar mejor las situaciones sociales.
Técnicas de desarrollo de habilidades sociales, con las que se enseñe al individuo a estar en sociedad, sabiendo lo que puede esperar en cada momento de una relación íntima, de una amistad, o del compañero, de forma que sepa cómo comportarse gracias a los ejercicios de role-play, lo que le ayudará a aumentar su confianza en sí mismo y en sus habilidades sociales, reduciendo así sus niveles de ansiedad y estrés, y rompiendo con ello con los pensamientos de vergüenza que le impiden relacionarse con los demás.