Tratamiento de la piromanía y prevención
Actualizado: 4 de septiembre de 2024
Una de las mayores dificultades a la hora de trabajar en terapia con un pirómano es primeramente que solicite ayuda. Y es que a pesar de que la persona es consciente de que aquello que hace no es correcto y que en ocasiones puede haber puesto la vida de otros en riesgo en el caso de incendios que se le han descontrolado, el pirómano no suele sentir remordimiento ni arrepentimiento, por lo que es difícil que acuda a consulta.
Una vez que ha acudido, y al tratarse de un trastorno del control de los impulsos, el primer objetivo del tratamiento debe de ser precisamente ese, trabajar con distintas técnicas para fomentar el control de impulsos y el autocontrol, tales como:
- Técnicas de resolución de conflictos, donde a través del role-play y la práctica de casos se le enseña a la persona a buscar distintas alternativas de resolución de conflictos, siendo la flexibilidad la clave para poder buscar una solución más adecuada.
- Técnicas de identificación de su nivel tensional, ya sea por auto-observación del tono de voz fluctuante, la sudoración o el temblor en la mano, con lo que poder determinar cuándo se está poniendo tenso el paciente.
- Técnicas de relajación, como la visualización positiva o la respiración profunda, que ayuden a la persona a controlar esos impulsos incendiarios cuando le surjan.
Al mismo tiempo se van trabajando otros aspectos de la persona que pueden estar mediando en esta falta de control como:
- La autoestima, trabajando además con la autoimagen, con la que corregir distorsiones que pueda tener el paciente, a la vez que se le refuerza en sus aspectos positivos.
- El desempeño social, mediante el entrenamiento en habilidades sociales, lo que le permitirá tener recursos suficientes para mantener una vida social rica, en amistades e, incluso, relaciones íntimas.
- El desempeño sexual, cuando así lo estime el profesional, para tratar los problemas de esta índole que puedan estar implicados en su conducta.
Consejos para prevenir la piromanía
A pesar de existir varias herramientas con las que trabajar con el pirómano, lo mejor es la prevención de la piromanía, ya que cuantos más incendios haya provocado, y más se haya deleitado con sus acciones, más difícil será su tratamiento, así que:
- Si ves que tu hijo empieza a jugar con fuego, ya sea como gracia o por experimentar, trata de frenarlo y explicarle los peligros y las consecuencias de su conducta.
- Si ves que a pesar de tus indicaciones aumenta su fascinación por el fuego, los coches de bomberos o el mundo que le rodea, sería bueno que acudieses a un especialista.
- Si ves que inicia un fuego, inmediatamente aléjalo de aquello, de forma que no pueda contemplar su obra y regodearse en ella.
- Trata de evitar que tenga acceso a cerillas, mecheros o similares, para dificultar que pueda dar rienda suelta a sus impulsos.
- Si se ha producido un incendio, por pequeño que sea, trata de que tu hijo se exprese, sobre todo con respecto a lo que sentía antes de hacerlo, para detectar el origen de esa tensión inicial.
- Si el pequeño busca la soledad para poder así experimentar con el fuego, procura tenerle ocupado realizando actividades de estudio o lúdicas con las que se entretenga, y que pase el menor tiempo posible en solitario.
En el caso de adolescentes y adultos, difícilmente acudirán ellos por sí mismos a consulta, por lo que deben ser los familiares o amigos los que les sugieran que lo hagan en su beneficio.
Creado: 25 de julio de 2014