Cuando de tocarse el pelo y jugar con él, se pasa a darse pequeños tirones hasta arrancarlo, y esta conducta se convierte en un hábito que no podemos dejar de hacer, podría tratarse de un caso de tricotilomanía.
Tratamiento de la tricotilomanía y cómo prevenirla
Al ser un problema eminentemente psicológico, el tratamiento de la tricotilomanía también se basa en este aspecto, aunque se puede acompañar de farmacología, sobre todo en los primeros momentos, para ayudar al paciente a controlar los impulsos. A pesar de los avances conseguidos, aún no existe un tratamiento único para esta enfermedad que sea eficaz por sí mismo, sino que su abordaje requiere una combinación de intervenciones que permitan garantizar un mejor pronóstico. Las terapias más importantes que se emplean son:
Terapia cognitivo-conductual, donde se entrena al paciente para que identifique los momentos en los que se produce la acción de arrancar, y establecer comportamientos contradictorios que impidan la ejecución de la manía; por ejemplo, si suele arrancarse los pelos cuando está viendo el fútbol, entrenarle para que no suelte la bandera de su equipo durante todo el partido, de forma que mantenga las manos ocupadas.
Hipnosis clínica, tal y como se aplica para superar otros comportamientos compulsivos, como fumar. La hipnosis proporciona una serie de instrucciones que la persona asume de manera no consciente, de manera que cuando se den unas circunstancias específicas ésta recordará dichas instrucciones y las llevará a cabo, tanto si consisten en dejar quietas las manos, o en ocuparlas con otras actividades. Esta técnica ha sido usada con éxito para tratar la tricotilomanía, y el número de sesiones depende del propio paciente y de la evolución de la enfermedad.
Psicoterapia, en donde se exploran las bases que sustentan este comportamiento anómalo, tratando de formar a la persona en aquellas habilidades sociales o de autoconocimiento que le permitan superar la enfermedad, ya que algunas teorías apuntan que su origen está en un déficit de habilidades para enfrentarse al mundo y a las exigencias que éste le demanda, por lo que si se entrena desaparecerá la tricotilomanía. La terapia será diferente según se trate de una falta de control de los impulsos, o de elevados niveles de ansiedad mal manejados, o la desidia o falta de motivación que se produce en actividades monótonas o cuando la persona está cansada. En cada caso se entrena a la persona para compensar aquello que tiene por exceso o por defecto.
Farmacoterapia, aunque no existe un consenso sobre el tratamiento especifico, debido al trastorno psíquico con el que normalmente aparece se suelen emplear medicamentos para reducir los niveles tensionales asociados a la acción de arrancarse los pelos, así como para incrementar el control de la conducta.
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La intervención terapéutica sobre la tricotilomanía depende del tratamiento que ha de seguir la persona con respecto al trastorno principal al que suele ir asociada esta enfermedad, ya sea el trastorno por depresión mayor, el trastorno obsesivo compulsivo, el trastorno límite de personalidad, o la esquizofrenia, lo que retrasa el tratamiento de la tricotilomanía y su recuperación.
Consejos para prevenir la tricotilomanía
La tricotilomanía, como hemos visto, puede ser tratada una vez diagnosticada, pero lo mejor sería que la persona fuese capaz de evitar la aparición de esta conducta antes de que se convierta en una manía imposible de controlar. Te ofrecemos algunos consejos que te ayudarán a prevenir la tricotilomanía:
Procura detectar las situaciones que te generan un alto nivel de estrés, y si se producen frecuentemente o se prolongan en el tiempo, busca ayuda profesional para superarlo, porque corres el peligro de que la ansiedad se manifieste con trastornos psicosomáticos o comportamientos inadecuados como la tricotilomanía.
Si observas que empiezas a perder pelo, sobre todo en una zona específica del cuerpo o la cabeza, acude a un especialista para que busque las causas y pueda establecer el tratamiento adecuado.
Si compruebas que tus nervios se aplacan tras haberte arrancado un pelo, y que esta conducta se repite, acude a un experto que determine si tienes que preocuparte o no por ello.
Si tienes dudas sobre si sufres tricotilomanía, lleva un diario en el que anotes las veces en que te has dado cuenta de que te estabas arrancando un pelo. Si esto ocurre en bastantes ocasiones, o si esta costumbre se incrementa día a día, son señales de alerta inequívocas para acudir al especialista.
Cuando sientas un irrefrenable impulso para tirarte de un pelo, intenta distraerte realizando otras actividades, a ser posible que impliquen el uso de las manos.
Si tus familiares o amigos empiezan a estar preocupados por tu imagen, o por la aparición de zonas sin cabello, acude a tu médico para que pueda diagnosticar o descartar la tricotilomanía.