Snowboard: modalidades, beneficios, lesiones y consejos para practicarlo
Actualizado: 19 de diciembre de 2024
¿Te gusta el surf pero tienes muy lejos el mar y muy cerca alguna estación de esquí? ¿El surf y la nieve son dos de tus aficiones? Entonces, ¡el snowboard es tu deporte! Con él podrás disfrutar de la estética del surf mientras te deslizas por la nieve, y es más fácil de practicar porque tienes fijaciones en los pies que consiguen que no te caigas de la tabla.
Sin duda alguna, es uno de los deportes de invierno de moda. Es en el que más se ha incrementado el número de practicantes en los últimos años, y ya no resulta nada raro encontrarse con multitud de snowboarders bajando por las pistas. Su espectacularidad ha conseguido que se convierta en algo habitual dentro del mundo de la nieve.
Orígenes del snowboard
Aunque los primeros pasos del snowboard se dieron a principios del siglo XX, empezó a coger fuerza en la década de los 60, cuando el ingeniero Sherman Poppen creó una tabla sin fijaciones para su hija. Poco a poco se fueron perfeccionando las tablas y el resto del equipo, y las imágenes en las que aparecían personas practicando este deporte se volvieron habituales en las revistas especializadas y en las películas. Así se generó una fascinación por el snowboard entre los aficionados a la nieve, especialmente los jóvenes.
En Estados Unidos se crearon las primeras grandes competiciones de snowboard a principios de la década de los 80: un campeonato del mundo y un circuito de Copa del Mundo. Aun así, la Federación Internacional de Esquí no lo reconoció hasta 1994; tras eso y gracias a su enorme popularidad consiguió un hito histórico: ser nombrado casi automáticamente deporte olímpico y estrenarse en los Juegos Olímpicos de invierno de Nagano 1998, sólo cuatro años después de haber sido reconocido oficialmente.
Modalidades de snowboard
Da envidia ver cómo algunas personas se deslizan en la nieve como si hubieran nacido con la tabla pegada a sus pies. Sin embargo, todo lleva su tiempo, y es importante aprender las pautas básicas del snowboard antes de aventurarnos a la práctica de cualquiera de sus modalidades.
Según Sergio Canós, profesor de snowboard de la escuela de esquí y snowboard Aramón Valdelinares, antes de iniciarse en lo que ya propiamente se entiende como snowboard, en cualquiera de sus modalidades, debemos “aprender los movimientos que definen los virajes, control de velocidad, posicionamiento y equilibrio” y, una vez hecho esto, seguir practicándolos hasta casi llegar a automatizarlos.
Hay muchas modalidades de snowboard, pero los cuatro grandes grupos que las engloban son las siguientes:
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Snowboard Freestyle
Esta es la más popular de todas las disciplinas debido a su espectacularidad. Esta modalidad, que está indicada para principiantes y es muy practicada por snowboarders jóvenes, consiste en la ejecución de diferentes trucos y cabriolas con la tabla. Según Sergio Canós, las personas que se inician en ella tienen que hacer una introducción para aprender que “consistiría en hacer una pequeña introducción a los saltos, giros en el suelo y aire, cajones y barandillas; incrementando la altura, velocidad y cantidad de giros, a medida que se progresa”. De todos modos, dentro del freestyle nos encontramos con el slopestyle, el halfpipe, el quarterpipe y el big air, modalidades que requieren un gran nivel de snowboard.
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Snowboard Freeride
Consiste en deslizarse ‘fuera de pista’; es decir, aventurarse por zonas que no han sido tratadas, salvajes. Al igual que el freestyle está indicado para principiantes, pero la diferencia principal radica en que esta disciplina es practicada por gente de cualquier edad. También es adecuado realizar una introducción previa en zonas que se adecuen al nivel en espacios colindantes a las pistas para, progresivamente, aumentar la dificultad, ya que requiere una técnica perfectamente depurada que se consigue a base de practicar.
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Snowboard alpino
Considerado descenso en carrera, tiene como modalidades el slalom, el slalom paralelo y el freecarve. Al igual que los dos anteriores lo pueden practicar principiantes, y lo realizan personas de cualquier edad, aunque requiere un buen estado físico porque son modalidades con descensos largos y técnicos. Y es que se debe aumentar paulatinamente el nivel de dificultad del paso entre palos, puesto que, cuanta más práctica se tenga, más velocidad y más dificultad se podrán aplicar a esta disciplina.
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Snowboard para expertos
Entre ellas está el snowboardcross que consiste en una competición donde varios riders (suelen ser cuatro) salen a la vez en una carrera de velocidad hasta la meta; el trazado suele ser estrecho, con saltos, giros, etcétera. También está el snowboard de montaña y extremo, que está pensado para los auténticos aventureros que tengan un dominio altísimo del snowboard& y del montañismo, ya que supone realizar grandes descensos por zonas escarpadas y no preparadas expresamente para la práctica del snowboard o del esquí.
Beneficios del snowboard para la salud
Partiendo de la base de que todo deporte proporciona beneficios para la salud, los deportes de alta montaña como el snowboard nos aportan múltiples beneficios tanto físicos como psicológicos, avalados por estudios científicos y la experiencia de profesionales de la salud y el deporte. Estos son los más destacados:
Beneficios físicos del snowboard para la salud
En primer lugar, este deporte de invierno destaca por aportarnos un aumento en la capacidad pulmonar, debido a que en este entorno hay menos oxígeno. Oxígeno que, dicho sea de paso, es mucho más puro, con lo que resulta mucho más beneficioso que el que respiramos en los núcleos urbanos.
Por supuesto, la práctica de este deporte nos otorga, como señala el profesor de snowboard Sergio Canós, una mejor capacidad física, nos da una mayor elasticidad y flexibilidad de las articulaciones, especialmente las de rodillas, caderas y tobillos, que nos ayuda a prevenir lesiones muscular, gracias a los movimientos dinámicos y los cambios constantes de dirección. Además, la necesidad de mantener el equilibrio desarrolla la propiocepción, es decir, la capacidad de nuestro cuerpo para ubicarse en el espacio.
Al mismo tiempo, ayuda a fortalecer piernas y core, ya que practicar snowboard requiere un constante equilibrio y movimientos controlados, lo que fortalece los músculos de las piernas (cuádriceps, glúteos, isquiotibiales) y el core (abdominales y espalda baja).
Pero también mejora la circulación sanguínea con los consiguientes beneficios para la salud del corazón. Y es que, el snowboard se considera una actividad aeróbica de intensidad moderada a alta, dependiendo del nivel de práctica, y son varios los estudios que apuntan a que este tipo de ejercicio mejora la salud cardiovascular, ayudando a reducir el riesgo de enfermedades como hipertensión y enfermedades coronarias.
Un extra es que puede ser de ayuda para bajar calorías y perder peso, ya que tal y como apunta la Universidad de Harvard, una hora de snowboard puede quemar entre 300 y 600 calorías, dependiendo de la intensidad y las condiciones del terreno.
Beneficios del snowboard a nivel psicológico
Además de los propios beneficios físicos, el snowboard proporciona otros de tipo psicológico. Así, desarrollamos algunas capacidades cognitivas como la propiocepción (el sentido por el cual somos conscientes de la posición de los músculos). Igualmente, este deporte ayuda a desarrollar una serie de habilidades como son la mejora de la autoestima y el autoconcepto, la confianza, el respeto, la superación personal, la sociabilidad… Y es que, superar desafíos como aprender nuevas técnicas, descender pendientes empinadas o realizar trucos en snowboard puede aumentar significativamente la confianza en uno mismo.
También ayuda a mantenernos enfocados y desarrollar la atención plena, debido a que su práctica requiere un nivel alto de concentración, ya que cualquier distracción puede provocar una caída. Esto entrena la mente para enfocarse en el momento presente, pudiendo obtener beneficios similares a los del mindfulness.
Por otro lado, este deporte de invierno es un buen relajante para nuestra mente, ya que al practicarse en un entorno completamente diferente al de nuestro día a día consigue que podamos desconectar de nuestra rutina diaria mientras admiramos la naturaleza y los paisajes nevados, algo que está relacionado con una disminución del cortisol, la hormona del estrés. Por lo tanto, ayuda a combatir el estrés y la ansiedad. Ahí no queda la cosa, ya que el contacto con la luz solar en las estaciones de esquí ayuda a mantener niveles adecuados de vitamina D, clave para combatir la depresión estacional.
Contraindicaciones del snowboard
A la hora de practicar el snowboard debemos consultar con nuestro médico si padecemos algún tipo de lesión temporal, ya que si no está lo suficientemente recuperada esta actividad podría resultar muy perjudicial y agravar el daño. Esta recomendación también es válida para personas con problemas crónicos, que deben asegurarse de que este deporte no sea contraproducente para su dolencia.
En este sentido, Sergio Canós, profesor de snowboard de la escuela de esquí y snowboard Aramón Valdelinares, recuerda que “para las personas con algún tipo de lesión crónica, hay profesionales perfectamente cualificados, que les pueden ayudar a practicarlo minimizando los riesgos, dentro de sus limitaciones, abriendo mucho así el abanico de posibilidades a la hora de practicarlo”. Esto también incluye a los servicios médicos de las estaciones de esquí.
Por otro lado, hay que ser conscientes de los riesgos que este deporte puede acarrear hasta a la persona más sana: lesiones musculares, roturas óseas, golpes… y muchos que no dependen de nosotros como la posibilidad de sufrir un accidente al chocar con otros usuarios, o porque se produzca una avalancha, sobre todo si el snowboard se practica en zonas libres fuera de las pistas trazadas.
Quién debe evitar la práctica de snowboard
Hay que tener en cuenta además que el deporte en altura puede resultar peligroso para personas con hipertensión arterial, porque la altitud puede llegar a elevar la presión arterial. Además, no es conveniente para quienes padecen enfermedades cardíacas descontroladas, o algún tipo de insuficiencia respiratoria crónica.
Igualmente, las mujeres embarazadas deberían optar por otro tipo de actividad durante los meses de gestación para evitar los problemas que pueden provocar las posibles caídas.
Consejos para practicar snowboard
El aprendizaje del snowboard puede darse de manera autónoma o autodidacta, sin la supervisión y ayuda de ningún profesional, aunque el progreso en este caso siempre será mucho más lento porque nadie te enseñará los elementos técnicos ni cómo combinarlos.
“El snowboard es una ciencia que se compone de unos elementos técnicos que, combinados entre sí, pueden dar lugar a una serie de posibilidades infinitas dentro del aprendizaje”, expresa Sergio Canós, profesor de snowboard de la escuela de esquí y snowboard Aramón Valdelinares, quien añade que “si hay algún profesional que nos oriente dentro de la escala de progresión, y nos ayude a entender el porqué de las cosas, no nos estancaremos en nuestra evolución, y podremos disfrutar plenamente y desde el primer día del manejo de nuestra tabla”.
Claves para evitar riesgos y lesiones
Antes de empezar debemos completar una rutina para evitar problemas y lesiones. En primer lugar debemos asegurarnos de tener bien sujeta la ropa y que no nos falte nada para evitar cualquier grado de hipotermia.
Para disminuir las posibilidades de que se produzcan lesiones musculares se requiere una activación muscular previa, así que debemos dedicar un tiempo a calentar debidamente. Para evitar sobrecargas hay que estirar todos los grupos musculares manteniendo unos 30 segundos la tensión muscular y soltando suavemente; esto hay que repetirlo tres veces por cada grupo muscular.
También debemos aplicarnos crema fotoprotectora para evitar quemaduras, ya que aunque estemos en un ambiente frío, nos encontramos expuestos al doble de radiación solar: además de la directa, recibimos la que se refleja en la nieve (sólo absorbe el 20%). Además, los expertos calculan que por cada 1.000 metros de altura, los efectos de la radiación aumentan aproximadamente un 15% porque la protección de la atmósfera es menor.
El frío hace también que, a veces, nos olvidemos de hidratarnos correctamente. El snowboard es un deporte y, como tal, hace que necesitemos un extra de hidratación.
Creado: 27 de noviembre de 2013