Alopecia, los porqués de la pérdida de pelo
La alopecia o pérdida de cabello se puede deber a muy diversas causas. Conocer el tipo de alopecia que sufres y cuál es su origen, es el primer paso para poder iniciar el tratamiento más efectivo en tu caso.

Alopecia cicatrizal: causas, síntomas y tratamiento

Por: José González Sancho

Periodista especializado en salud y bienestar

Actualizado: 10 de diciembre de 2024

La pérdida de cabello es una experiencia difícil, pero cuando hablamos de alopecia cicatricial, entramos en un terreno donde la caída no solo afecta la estética, sino que puede alterar permanentemente los folículos pilosos. Esta condición, poco conocida pero de gran impacto, ocurre cuando el daño o la inflamación destruyen los folículos, dejando cicatrices en el cuero cabelludo que impiden el crecimiento del cabello de forma irreversible. Aunque suena alarmante, los avances en dermatología han hecho posible identificarla y tratarla, frenando su progresión y mejorando la calidad de vida de quienes la padecen.

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Qué es la alopecia cicatrizal

En la alopecia cicatrizal o alopecia cicatrizante se produce una destrucción de los folículos pilosos, que se atrofian y son sustituidos por tejido cicatrizal, por lo que la pérdida de cabello resulta irreversible, ya que esto impide que el cabello vuelva a crecer en las áreas afectadas. Es una condición poco común pero potencialmente grave, que puede afectar tanto el cuero cabelludo como otras áreas del cuerpo con vello.

La inflamación que destruye el folículo no se observa a simple vista porque se produce bajo la piel, y por lo general no hay cicatrices visibles en el cuero cabelludo, por ello, si la pérdida del cabello se produce de forma gradual y sin síntomas, puede pasar inadvertida durante un tiempo; sin embargo, otras personas con este trastorno sufren picores, ardor y dolor severo, y pierden el pelo de forma rápida y progresiva.

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Causas y tipos de alopecia cicatrizal

La alopecia cicatrizal puede ser de dos tipos: primaria o secundaria, dependiendo de si el folículo piloso es el objetivo principal del daño o si se ve afectado indirectamente. En ambos casos se debe a un proceso inflamatorio de la parte superior del folículo piloso, donde se encuentran las células madre y la glándula sebácea, que en el caso de la alopecia cicatrizal primaria se produce por factores genéticos o por alteraciones en el desarrollo. La alopecia cicatrizal primaria también puede ser adquirida, de origen desconocido, o producirse a consecuencia de una dermatosis autoinmune.

En la alopecia cicatrizal secundaria, la inflamación y el daño en los folículos se producen a consecuencia de factores externos, y se debe a la presencia de otras patologías como neoplasias primarias, neoplasias metastásicas, o infecciones graves, así como traumatismos, quemaduras, heridas, o radioterapia o procesos quirúrgicos.

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Alopecia cicatrizal

Síntomas y diagnóstico de alopecia cicatrizal

La alopecia cicatrizal puede afectar tanto a hombres como mujeres de cualquier edad, aunque es infrecuente en los niños. En la exploración clínica se puede observar que el paciente presenta áreas de alopecia en las que la piel muestra cambios en forma de atrofia dérmica y epidérmica, con ausencia de folículos pilosos. La piel tiene una apariencia apergaminada y resulta difícil de pellizcar.

Síntomas como picor, ardor, sensibilidad o dolor pueden hacer sospechar este trastorno. La inflamación del cuero cabelludo se manifiesta con enrojecimiento, descamación y pústulas alrededor de los folículos afectados, sobre todo en la alopecia primaria. 

En los casos en los que los síntomas son poco concluyentes se debe realizar una biopsia del cuero cabelludo para confirmar la inflamación y determinar si la causa es inflamatoria o secundaria. También pueden hacerse análisis de sangre para detectar enfermedades autoinmunes o infecciones.

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Tratamiento de la alopecia cicatrizal

El tratamiento difiere dependiendo del tipo de alopecia cicatrizal y sus causas, pero debido a la ausencia de folículos pilosos este tipo de alopecia es irreversible, y no existe otra posibilidad terapéutica que la intervención quirúrgica sobre la zona afectada realizando un trasplante capilar.

Aunque el pelo no volverá a crecer porque el folículo ha sido destruido, sí es posible tratar la inflamación alrededor de otros folículos antes de que estos sean también eliminados, por lo que es muy importante ponerse en manos de un profesional en cuanto se detecte el problema. Este puede prescribirnos medicamentos como corticoides tópicos o inyectables, para reducir la inflamación; antibióticos, en casos de infecciones asociadas o foliculitis; fármacos inmunosupresores, como metotrexato o ciclosporina, sobre todo en enfermedades autoinmunes. Otra opción puede ser el recurrir a plasma rico en plaquetas (PRP), ya que puede ayudar en algunos casos a mejorar la calidad de la piel.

Creado: 30 de noviembre de 2010

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