Consecuencias de no simplificar tu vida
Actualizado: 29 de julio de 2022
Quien no simplifica su vida tiende a lamentarlo. La incapacidad para simplificar los problemas y las decisiones suele pasar una costosa factura emocional y social al que no es capaz de ver la vida de una manera más amigable.
La ansiedad y el estrés son las principales consecuencias que sufren las personas que se complican demasiado la existencia, porque viven una constante incertidumbre e insatisfacción. Esta situación emocional va desgastando día a día, por lo que es frecuente que desarrollen enfermedades físicas (hipertensión, problemas digestivos, dolores musculares, insomnio, cefaleas, etcétera) o trastornos mentales (ansiedad, depresión, adicciones…), fruto del agotamiento.
Las relaciones interpersonales son otra faceta de la vida que resulta perjudicada por la falta de simplicidad. Por lo general, las personas que no simplifican le dan demasiadas vueltas a la cabeza llegando a agotar a los demás, que muchas veces se cansan de convivir con alguien tan indeciso y que, en muchos casos, presume de adivinar su pensamiento. Por ello las personas que no simplifican con frecuencia son objeto y causa de malos entendidos que acaban por entorpecer la relación con los demás.
Finalmente, el plano laboral también suele verse afectado en este tipo de personas. La dificultad para tomar decisiones, las dudas constantes que les asaltan, o el hecho de que todo se les haga cuesta arriba, les limita a la hora de desempeñar determinados trabajos donde se requiere una mente rápida y práctica.
Creado: 19 de diciembre de 2013