Desde que el uso del cigarrillo electrónico comenzó a extenderse, han surgido voces a favor y en contra de estos dispositivos. Los expertos coinciden en que aún queda un largo camino en la investigación de los efectos que tienen sobre la salud, pero ya existen estudios que alertan de que son dañinos. La Organización Mundial de la Salud recomienda no utilizar el e-cigarette hasta que no haya datos que demuestren que son inocuos y eficaces para superar la adicción al tabaco.
Entre los estudios que desaconsejan el uso del cigarrillo electrónico se encuentran diferentes conclusiones relacionadas con los perjuicios que suponen para la salud de los vapeadores. Por tanto, si utilizas este sistema has de tener en cuenta que:
- Tienen componentes tóxicos: además de la nicotina, que es tóxica y adictiva, los cigarrillos electrónicos contienen ingredientes como el propilenglicol, la glicerina y otros aditivos que se asocian a la irritación de la garganta y las vías respiratorias o el enrojecimiento de los ojos.
- Contienen sustancias cancerígenas: un estudio de la Agencia de Medicamentos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos alerta de la presencia de nitrosaminas y diferentes metales en la composición de los cartuchos de los cigarros electrónicos. Otras investigaciones han encontrado también formaldehido, acetaldehído y acroleína, sustancias consideradas cancerígenas y un estudio en ratones mostró que podían inducir adenocarcinoma de pulmón e hiperplasia urotelial de vejiga. También la Sociedad Estadounidense del Cáncer (ACS) se ha posicionado en contra de su uso.
- Pueden provocar problemas respiratorios: se han encontrado evidencias de síntomas respiratorios asociados al uso de cigarrillos electrónicos, aunque la investigación al respecto continúa.
- Pueden dañar los vasos sanguíneos y órganos como el corazón, el cerebro y los pulmones y aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y de sufrir un infarto de miocardio. Y un reciente estudio ha revelado que el uso de cigarrillos electrónicos duplica el riesgo de disfunción eréctil.
- En las mujeres embarazadas se ha asociado el vapeo con mayor riesgo de dar a luz bebés con bajo peso.
- Durante la pandemia por coronavirus fumar o vapear se ha relacionado con más probabilidades de contraer o propagar el SARS-CoV-2, y el vapeo también se ha vinculado a mayores probabilidades de experimentar síntomas de COVID-19.
- Crean adicción: la cantidad de nicotina en los cigarrillos electrónicos varía según la composición de los cartuchos, pero se trata de una sustancia que crea dependencia en quienes la consumen. Por ello, los detractores de estos dispositivos aseguran que pueden crear adicción, en lugar de hacerla desaparecer. De hecho, un informe de la OMS muestra que alrededor del 70% de los adultos estadounidenses que usan cigarrillos electrónicos también fuman cigarrillos convencionales.
- Perjudican a quienes están alrededor: se han llevado a cabo investigaciones que indican que los cigarrillos electrónicos emiten partículas volátiles que, en grandes concentraciones, tiene efectos nocivos. Sin embargo, las emisiones que produce un cigarrillo electrónico son mínimas, por lo que no existen evidencias definitivas en este caso.
- Incitan al consumo: los detractores del cigarrillo electrónico aseguran que la popularización de estos productos y su presentación como un artículo inocuo pueden animar a adolescentes y no fumadores a iniciarse en el hábito, como señala un estudio publicado en BMJ Journal.
Ante todos estos efectos, un buen número de investigadores abogan por el endurecimiento de las leyes en torno al uso del cigarrillo electrónico. Consideran que, aunque no sean tan nocivos como el tabaco, su utilización no deja de ser perjudicial para la salud de las personas.
Respecto a la legislación a la que están sometidos, desde 2014 la directiva 2014/40/EU del Parlamento Europeo limita el tamaño y la concentración de nicotina de los vapeadores en la Unión Europea. En España también se mantienen esos límites y el Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo 2024-2027 ha equiparado la regulación de los cigarrillos electrónicos y los productos relacionados del tabaco (con y sin nicotina) a la regulación del tabaco tradicional.