Hilos tensores, el lifting sin cirugía
Si crees que tu piel esta algo caída o quieres disimular alguna arruga, pero te da miedo pasar por quirófano, los hilos tensores pueden ser la alternativa que buscas. Descubre cómo actúan y qué tratan estos hilos mágicos.

Qué son los hilos tensores, tipos, precios y usos

Por: Natalia Castejón

Periodista especializada en vida saludable

Actualizado: 10 de diciembre de 2024

En la búsqueda de métodos cada vez más efectivos y menos invasivos para combatir los signos del envejecimiento, los hilos tensores se han asentado como una de las estrellas más brillantes del firmamento estético. Este procedimiento, que combina ciencia avanzada y resultados visibles, promete redefinir el óvalo facial, combatir la flacidez y devolver la vitalidad perdida a la piel, todo sin pasar por el quirófano. Pero, ¿qué hace que esta técnica sea tan popular entre quienes desean un rejuvenecimiento natural y discreto?

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A continuación exploramos todo lo que necesitas saber sobre los hilos tensores: cómo funcionan, qué tipos hay, sus precios, para quién están recomendados, y cuáles son los resultados reales que puedes esperar. Desde su capacidad para estimular la producción de colágeno hasta los cuidados posteriores que garantizan un acabado impecable, te invitamos a descubrir si este método podría ser tu próximo gran aliado en la batalla contra el tiempo.

Qué son los hilos tensores y cómo funcionan

Los hilos tensores –también llamados mágicos– son una técnica de medicina estética que tiene como finalidad crear una tensión en la piel para evitar que se vea flácida, disimular las pequeñas arrugas, o elevar ciertas partes del rostro o del cuerpo; además, ayuda a generar la producción de colágeno y elastina, lo que mejora el aspecto y la sujeción de los tejidos, y activa la microcirculación de la zona, aumentando la síntesis de colágeno y la regeneración de las células.

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Este tipo de intervención se realiza de manera ambulatoria, con una pequeña dosis de anestesia local, de una forma rápida y poco invasiva y con una recuperación inmediata. Por ello, desde hace algunos años se ha puesto de moda como alternativa al lifting, que sí requiere la entrada en un quirófano, y cuya vuelta a la normalidad conlleva más tiempo.

Para conseguir los objetivos descritos se utilizan unos filamentos quirúrgicos que se colocan por debajo de la piel y que no se aprecian a simple vista. Estos hilos tienen su origen en Japón y son utilizados para realizar suturas internas, pues una de sus principales características es que son reabsorbibles y biocompatibles. Al igual que ocurre con los hilos convencionales, los hay de diferentes grosores y longitudes –dependiendo de la zona a tratar, si es facial o corporal–, pero también se diferencian según el material del que están hechos, o su forma.

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Tipos de hilos tensores

Entre los hilos tensores más usados, según nos ha contado a Webconsultas la Dra. Petra Vega, ex presidenta de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME) y actual tesorera, están los de polidioxanona (PDO) o de ácido poliláctico, en cuanto al material con el que están hechos, y la diferencia entre ellos está en su duración. Los de PDO son absorbidos en unos tres meses y sus efectos duran entre nueve y 12 meses, mientras que los polilácticos son reintegrados por el organismo en unos seis meses, y sus efectos se mantienen entre un año y medio y dos años.

Tipos de hilos tensores

Por otro lado, explica la Dra. Vega, los hilos tensores se pueden distinguir según su forma, si son lisos o espiculados –una especie de espinas bidireccionales que actúan como un ancla en la piel–. La diferencia en este caso depende de las necesidades que tenga el paciente, si es solo dar luminosidad o quitar arrugas finas se utilizarán los lisos, si la piel está caída, o se quieren levantar, por ejemplo, las mejillas, se utilizarán los espiculados.

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Precio de los hilos tensores

El coste aproximado que tiene este tratamiento estético varía en función de diversos factores, como la cantidad necesaria, la longitud, el tipo de hilos utilizados, y la marca escogida, así como la zona a tratar. 

La Dra. Vega nos ha explicado que van desde los 10 a los 50 euros la unidad, en el caso de los hilos lisos o monofilamento, con una media de 20 a 25 euros. Mientras que en el caso de los espiculados o de policaprolactona el precio puede oscilar entre los 30 y los 40 euros pero puede irse hasta los 250 euros, en función de la cantidad requerida y las necesidades de la paciente. Por último, el precio de los hilos de ácido poliláctico, considerados entre los más efectivos, ya que estimulan la producción de colágeno y elastina, oscila entre 25 y 30 euros. 

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Recuerda siempre elegir un centro cualificado con médicos especializados en esta técnica y en medicina estética, y no dejarte llevar por un precio bajo.

Indicaciones de los hilos tensores

Los hilos tensores pueden ser utilizados tanto en el rostro como en la zona corporal y dependiendo de su uso tendrán una longitud variable. Entre las afecciones estéticas para las que más se utiliza este tipo de tratamiento están:

  • Elevar las mejillas.
  • Disimular las patas de gallo, surcos nasogenianos o las líneas de marioneta.
  • Estrechar el mentón.
  • Mejorar el perfil de la mandíbula.
  • Reestructurar la zona orbito-malar (alrededor del pómulo).
  • Estrechamiento y elevación de la nariz.
  • Elevación de las cejas.
  • Disimular la papada o el doble mentón.
  • Mejorar el aspecto del cuello.
  • Dar luminosidad a la piel.
  • Rejuvenecer el aspecto de manos y pies.
  • Tratar la flacidez en los brazos, piernas, o glúteos.

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El número de hilos que se requieren para cada caso varía según el tipo de piel y la afección que se quiera tratar. La Dra. Petra Vega, presidenta de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME), nos indica que la zona que más se trata es la del tercio medio inferior, donde se suelen utilizar unos 30 –que se colocan perpendicularmente para crear un tejido en malla que retenga la piel–, o unos tres espiculados por cada lado, o sea, seis en el total del rostro inferior.

Cómo se colocan los hilos tensores
Dependiendo de la zona a tratar se utilizarán más o menos hilos tensores y de diferente longitud.

En cuanto a otras zonas como, por ejemplo, el cuello, la Dra. Vega estima que de promedio suelen usarse unos 30 hilos finos y seis espiculados, aunque recuerda que depende del problema estético del paciente y su tipo de piel. Existen casos en los que estos filamentos tensores no van a conseguir los efectos deseados, y por tanto no se recomiendan, por ejemplo, en pieles gruesas con mucha caída o, en el caso contrario, pieles muy finas, en las cuales se transparentarían los hilos tras su colocación.

Creado: 10 de agosto de 2018

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