Calicivirus felino, riesgos y contagio de esta gripe en gatos
Veterinaria clínica de pequeños animales
Actualizado: 2 de enero de 2025
Seguro que tu gato desprende un halo de elegancia y misterio… hasta que le asoman los moquetes. Y es que, al igual que los humanos, los gatos no están exentos de enfrentar problemas de salud, y uno de los más comunes es el calicivirus felino. Este virus, que afecta principalmente las vías respiratorias altas, es responsable de la temida "gripe felina", una enfermedad que puede comprometer gravemente el bienestar de tu mascota. En este artículo, exploraremos cómo se propaga el calicivirus entre los gatos, los síntomas que podrían alertarte de su presencia, las opciones de tratamiento disponibles y, lo más importante, las medidas preventivas que puedes tomar para mantener a tu fiel amigo saludable.
¿Qué es el calicivirus felino y cómo se contagia?
Los Calicivirus son un amplio grupo de virus que afectan al ser humano y a varias especies de animales domésticos, como el cerdo o el conejo. Hoy en concreto vamos a hablar del Calicivirus felino (conocida por sus siglas en inglés FCV), uno de los virus causantes de la gripe felina junto con el Herpesvirus Felino (HVF), una enfermedad que puede variar desde cuadros leves hasta condiciones potencialmente graves, dependiendo del estado de salud del gato –afecta sobre todo a gatos jóvenes, mayores o con sistemas inmunitarios comprometidos– y de la cepa del virus.
Este virus tiene una alta capacidad de mutación, lo que implica que cada cepa puede manifestarse de forma de diferente, causando desde infecciones asintomáticas o afecciones leves de vías respiratorias similares a los de un resfriado en humanos y problemas bucales a cuadros generales graves, como el caso del Calicivirus Virulento Sistémico, de consecuencias fatales.
Vías de contagio en los gatos del calicivirus
El Calicivirus felino se contagia de gato a gato de manera fácil y rápida a través del contacto directo con la saliva, las secreciones respiratorias y oculares. Al ser un virus que resiste durante semanas en el ambiente, los gatos también pueden contagiarse de manera indirecta al compartir comederos, bebederos, juguetes o ropa infectados. Una vez el virus llega a nuestro gato, se multiplica principalmente en las vías respiratorias altas, la conjuntiva ocular y la mucosa oral.
Inicialmente suele producir un cuadro gripal, pero tras superarlo se integra en el organismo del felino, quedando como portador de por vida. Los gatos portadores pueden sufrir signos crónicos o brotes agudos y excretar partículas víricas contagiosas aunque no muestren síntomas de la enfermedad.
Gatos más predispuestos al contagio del calicivirus felino
Cualquier gato es susceptible de infectarse por Calicivirus, pero los gatitos jóvenes de menos de 6 meses y los sénior de más de 10 años son más propensos, ya que su sistema inmune es inmaduro o está debilitado. De hecho, cualquier causa de inmunosupresión, como padecer infección por Leucemia Vírica Felina (FeLV) o Inmunodeficiencia Vírica Felina (FIV), el tratamiento con corticosteroides o quimioterapia, puede suponer mayor riesgo de infección.
Además, como el calicivirus se transmite fácilmente, las colectividades (colonias felinas, residencias de mascotas, hogares con varios gatos) son lugares en los que la transmisión es más probable, aunque viviendo en casa también pueden contagiarse al traer el virus en la ropa. Así también, si un gato vive o interactúa con otro que esté infectado, el riesgo de contagio es alto. Esto incluye hogares con múltiples gatos donde uno de ellos contrae el virus o situaciones de exposición indirecta a través de objetos contaminados.
La vacunación es una de las principales herramientas de prevención contra el calicivirus, por lo que los gatos que no han recibido la vacuna trivalente felina (que protege contra el FCV, el herpesvirus felino y el virus de la panleucopenia felina) son mucho más susceptibles al contagio. Aunque hay que tener en cuenta que los gatos vacunados frente al calicivirus también podrían infectarse, si bien, no desarrollarán síntomas graves que comprometan su vida, ya que su sistema inmune estará preparado para combatirlo.
Síntomas de la calicivirosis felina: cómo identificarla en tu gato
La infección por Calicivirus Felino produce un cuadro clínico agudo de infección de vías respiratorias altas que muchas veces se solapa con los síntomas del Herpervirus Felino, produciendo lo que se conoce como gripe felina. Generalmente dura entre una y dos semanas. Además, son frecuentes las infecciones bacterianas secundarias.
Los síntomas más característicos de calicivirus en el gato son:
- Conjuntivitis con secreción lacrimal abundante, a menudo purulenta.
- Descarga nasal de serosa transparente a espesa purulenta.
- Estornudos y dificultad para respirar, indicativos de la inflamación de las vías respiratorias.
- Gingivoestomatitis y úlceras orales.
- Fiebre, apatía y pérdida de apetito.
- Mal estado del pelaje y falta de acicalamiento.
- Cojera transitoria o dolor articular. Algunas cepas pueden causar inflamación articular.
En el caso del Calicivirus Virulento Sistémico, además de los síntomas descritos, otros más graves como neumonía, edemas y úlceras cutáneas, hepatitis y muerte. Afortunadamente, se trata de una cepa mucho menos habitual.
Estado de portador y secuelas en el gato
En la mayoría de los casos, una vez superada la primera infección, el Calicivirus se integra en el organismo del gato y no se puede eliminar por completo. Es lo que se conoce como el estado de portador.
En algunos casos, puede permanecer latente durante mucho tiempo sin desencadenar la enfermedad. Sin embargo, algunos gatos presentan secuelas sobre todo a nivel oral en forma de gingivoestomatitis crónica, que se manifiesta como enrojecimiento de las encías, mal aliento, úlceras, dolor oral, dificultad para comer o beber y babeo. Este cuadro se puede manifestar de manera constante o en brotes agudos.
Los animales portadores del Calicivirus pueden transmitir el virus a otros gatos incluso aunque no tengan síntomas.
Cómo se diagnostica el calicivirus felino
El diagnóstico definitivo del Calicivirus felino se basa en la observación de signos clínicos compatibles y en analíticas de laboratorio específicas. Esto se debe a que los signos del calicivirus pueden ser similares a los de otras enfermedades respiratorias felinas, como el herpesvirus felino o infecciones bacterianas secundarias.
El veterinario indagará sobre el entorno del gato, su historial de vacunación, contactos recientes con otros gatos (como en refugios o criaderos), y la duración de los síntomas. Y realizará un examen físico completo, prestando especial atención a secreción nasal y ocular, posibles úlceras bucales, si existe dificultad para respirar o estornudos frecuentes, y si el gato tiene fiebre, letargo y signos de dolor articular. Aunque estos síntomas son sugestivos, no son exclusivos del calicivirus, por lo que suelen ser el primer indicio para seguir investigando.
En cuanto a las pruebas, la serología (detección de anticuerpos) solo nos indicará que ha pasado o está pasando una infección por Calicivirus, pero no podrá confirmar si los signos clínicos se deben al virus o si, como portador asintomático, está excretando partículas y, por tanto, contagiando a otros gatos.
Por eso, el diagnóstico definitivo y más fiable, consiste en la detección de partículas víricas mediante PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa) de una muestra obtenida por hisopado de la mucosa oral o de secreciones nasales y conjuntivales.
Además, es aconsejable valorar la posible presencia de otros virus, como el Herpesvirus Felino y si es portador del virus de la Leucemia Felina o de la Inmunodeficiencia Felina, ya que estas enfermedades comprometen el estado inmunitario del gato y puede empeorar el cuadro. El cultivo bacteriológico de las secreciones ayudará a descartar infecciones bacterianas secundarias.
Tratamiento del calicivirus felino y cuidados del gato afectado
Actualmente no se conoce ningún tratamiento farmacológico que elimine el Calicivirus felino por completo y cure la enfermedad de manera definitiva. Son el propio sistema inmune, junto con la terapia de soporte, los que pueden frenarlo.
En cualquier caso, en los brotes agudos de la enfermedad debe aportarse al gato tratamiento sintomático consistente en mucolíticos, antipiréticos para controlar la fiebre, colirios, antivirales y antibióticos para curar o prevenir la infección secundaria por bacterias.
Los animales con gingivoestomatitis severa y úlceras orales deben recibir fármacos analgésicos para paliar el dolor.
Si el animal presenta deshidratación y falta de apetito, requerirá hospitalización para recibir fluidoterapia intravenosa y asegurar la ingesta de alimento, ya que es de vital importancia para recuperarse cuanto antes.
El tratamiento complementario con interferón omega felino y estimulantes de las defensas también puede ser beneficioso.
Los gatos portadores con gingivoestomatitis crónica, a menudo deben recibir tratamiento antiinflamatorio y antibiótico, además de geles antisépticos protectores de la encía. En los casos más graves, se recomienda la exodoncia dental y el tratamiento complementario con interferon omega, terapia láser o células madre.
Cuidados del gato afectado con calicivirus
Los gatos afectados por Calicivirus en fase aguda deben aislarse del resto de gatos, por ejemplo, en una habitación separada con arenero, comedero y bebedero exclusivos, ya que el contagio es sumamente fácil.
Los cuidadores deben lavarse las manos después de tocar a los animales infectados y no se deben compartir los bebederos, comederos, juguetes o ropa hasta haberlos desinfectado adecuadamente. Si hay varios gatos, se recomienda atender primero a los gatos sanos y dejar para el final a los infectados.
Es importante limpiar todas las secreciones nasales y oculares al gatito regularmente con un paño húmedo y colocar un humidificador para ayudarle a respirar mejor.
Durante la enfermedad y su recuperación, si las úlceras bucales dificultan la alimentación, se puede utilizar una dieta blanda o húmeda de alta energía y muy fácil de tomar. También puedes calentar ligeramente la comida para aumentar su atractivo. Los suplementos alimenticios con vitaminas, aminoácidos, nucleótidos o vegetales como la Echinacea purpurea pueden ayudar a mejorar al animal y a prevenir futuros brotes.
Por otro lado, la deshidratación es un problema común en gatos enfermos, por ello debes ofrecerle agua fresca constantemente, y si el gato no bebe por sí mismo, el veterinario puede recomendar fluidoterapia subcutánea o intravenosa.
Prevención del calicivirus felino
La vacunación completa de los gatitos es fundamental para que, en caso de contagio, su sistema inmune sea capaz de mantener a raya el virus y evitar el desarrollo de síntomas graves. En el caso del FCV, hay gran cantidad de cepas, por lo que se trabaja continuamente en la investigación de vacunas más completas y efectivas. La primera dosis se administra en torno a las 8 semanas de edad y se revacuna a las 12. Al año, se repite una dosis y, posteriormente, se aplica una de recuerdo mínimo cada 3 años.
Antes de la vacunación, los gatitos deben estar correctamente desparasitados y no es recomendable el contacto con otros gatos hasta no haber completado el calendario de vacunación.
En cuanto a los gatos portadores, también deben vacunarse, ya que hay multitud de cepas causantes y deben estar protegidos frente a la mayor parte. El momento óptimo para la inoculación será cuando no presenten síntomas ni una alta carga viral, que puede comprobarse mediante PCR. Para prevenir la aparición de brotes agudos en portadores, es aconsejable evitar situaciones de estrés felino y aportar estimulantes de defensas.
Creado: 24 de marzo de 2023