Lesiones cerebrales recurrentes ligadas a más riesgo de alzhéimer

Un estudio muestra que militares jóvenes y sanos expuestos a explosiones que pueden causar lesiones cerebrales traumáticas tienen una acumulación anormal de proteína beta-amiloide que se relaciona con el desarrollo de alzhéimer.
Soldados durante unas maniobras de combate

10/05/2023

La proteína beta-amiloide que se acumula en forma de placas y ovillos en el cerebro está relacionada con la aparición de deterioro cognitivo y el desarrollo de alzhéimer y otras enfermedades neurodegenerativas. Algunos estudios han sugerido que la acumulación de esta sustancia tóxica podría estar relacionada con lesiones cerebrales traumáticas graves o repetidas, y ahora una nueva investigación ha identificado una acumulación temprana de amiloide en el cerebro en hombres sanos que habían estado expuestos a eventos traumáticos subconcusivos repetitivos.

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El traumatismo craneoencefálico puede estar producido por un traumatismo craneal directo, como una caída o la práctica de deportes de contacto, como el boxeo o el fútbol (al golpear el balón la cabeza), pero también puede ser el resultado de la exposición a fuerzas indirectas, como las ondas de choque de las explosiones en el campo de batalla, que sacuden violentamente el cerebro en el cráneo. De hecho, estudios previos en los que se realizaron autopsias solo unas horas después de que el fallecido sufriese una lesión cerebral grave mostraron la presencia de placas amiloides en este órgano.

Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Missouri, en Columbia (Missouri), utilizaron la tomografía por emisión de positrones (PET) para identificar y cuantificar la beta-amiloide presente en el cerebro de 18 varones: nueve instructores militares de granadas o breacher en la base militar de Fort Leonard Wood en Fort Leonard, Missouri, de enero de 2020 a diciembre de 2021 y nueve civiles que actuaron como grupo de control.

“La PET podría utilizarse para identificar la acumulación de beta-amiloide en personas o profesionales expuestos a lesiones cerebrales traumáticas, como militares, policías, bomberos, futbolistas…”

Los instructores de granadas y breacher son oficiales militares que entrenan a reclutas para que aprendan a utilizar granadas de mano y explosivos u otros métodos mecánicos para forzar la apertura de puertas. Todos los participantes eran hombres de alrededor de 30 años –que es una edad en la que no se espera que haya acumulación de amiloide– y ninguno de ellos había sufrido previamente una conmoción cerebral.

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Los investigadores evaluaron dos veces a los 18 participantes. La primera evaluación permitió establecer una línea de base y la segunda se llevó a cabo después de la exposición a la explosión, aproximadamente cinco meses después del examen de línea de base. Los instructores militares rellenaron un registro digital detallando el número de exposiciones a explosiones, incluido el disparo de armas, y los participantes del grupo de control fueron evaluados en momentos similares.

A todos los participantes se les realizó un escáner PET de la cabeza para evaluar y cuantificar los cambios amiloides, y se empleó un programa informático de análisis para segmentar seis regiones cerebrales que suelen asociarse con la enfermedad de Alzheimer y las lesiones cerebrales traumáticas.

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Seis de los nueve militares expuestos a explosiones tenían una acumulación anormal de amiloide en el cerebro. Tres de los participantes tenían una región del cerebro con mayor acumulación de amiloide, dos participantes tenían dos regiones y un participante tenía tres regiones con acumulación anormal. Por el contrario, ninguno de los participantes sanos del grupo control mostró una acumulación anormal de amiloide. Los hallazgos se han publicado en Radiology.

“El amiloide-beta es una molécula que normalmente no se encuentra en el cerebro de los pacientes jóvenes”, ha explicado el autor del estudio, Carlos Leiva-Salinas, profesor asociado de radiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Missouri. “La tomografía por emisión de positrones no invasiva, o PET, podría utilizarse para identificar la acumulación de beta-amiloide en fases tempranas en personas o profesionales expuestos a lesiones cerebrales traumáticas, como militares, policías, bomberos, futbolistas, etcétera”, afirma.

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“Hay que seguir investigando para establecer la relación entre la frecuencia y la gravedad de las lesiones cerebrales traumáticas y el grado de cambios amiloides en el cerebro, el curso natural de la acumulación observada y otros posibles factores de riesgo biológicos para la deposición de placa amiloide y el desarrollo de deterioro cognitivo”, concluye Leiva-Salinas.

Actualizado: 10 de mayo de 2023

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