Un diagnóstico de cáncer en un familiar tiene un impacto oculto en la salud
17/09/2024
Recibir un diagnóstico de cáncer no solo afecta al paciente, sino que tiene un impacto profundo en quienes le rodean. Cuando un ser querido es diagnosticado con cáncer, la vida de sus familiares cercanos cambia radicalmente. Las demandas emocionales, el estrés financiero y las responsabilidades de cuidado transforman la dinámica familiar, afectando a nivel emocional y físico. La angustia, la ansiedad y el miedo son sentimientos comunes en los miembros de la familia, sobre todo en los cónyuges de pacientes con cáncer.
Aunque las investigaciones previas han documentado el malestar psicológico entre familiares de pacientes con cáncer, los efectos a largo plazo sobre la salud cardiovascular y mental de estos familiares no se habían explorado en detalle hasta ahora. Un reciente estudio realizado en Utah y publicado en CANCER, una revista revisada por pares de la Sociedad Estadounidense del Cáncer, ha arrojado luz sobre cómo los familiares de primer grado y los cónyuges de pacientes diagnosticados con cáncer genitourinario (GU) sufren consecuencias significativas en su salud psicológica y cardiovascular.
Un riesgo elevado de enfermedad psicológica y cardiovascular
El estudio retrospectivo se centró en una cohorte significativa de casi 80.000 familiares y cónyuges de pacientes diagnosticados con cáncer GU entre 1990 y 2015, comparando sus resultados de salud con los de un grupo de control, recurriendo a la base de datos de población de Utah. Los hallazgos fueron llamativos: en el primer año tras el diagnóstico de cáncer de un familiar, el riesgo de desarrollar una enfermedad psicológica aumentó en un 10%, y el de sufrir una enfermedad cardiovascular en un 28%. Estos riesgos persisten, aunque con menor intensidad, en los años posteriores.
Este impacto en la salud es especialmente preocupante para los padres de hijos diagnosticados con cáncer, quienes enfrentan un riesgo cuatro veces mayor de desarrollar problemas psicológicos o cardiovasculares. La proximidad emocional y física al paciente parece jugar un papel clave, ya que los familiares más cercanos presentan mayores probabilidades de desarrollar estos problemas.
En el primer año tras el diagnóstico de cáncer de un familiar, el riesgo de desarrollar un trastorno psicológico aumentó en un 10%, y el de sufrir una enfermedad cardiovascular en un 28%
No todos los tipos de cáncer GU generan el mismo nivel de estrés en los familiares. El estudio descubrió que los diagnósticos de cáncer de riñón y vejiga están asociados con mayores niveles de estrés y, por ende, un mayor riesgo de desarrollar comorbilidades. En cambio, el cáncer de testículo parece tener un impacto menor en la salud de los familiares.
Necesidad urgente de apoyo integral a los familiares
Aunque el estudio ha proporcionado una base sólida para entender los efectos reverberantes del cáncer en los familiares, tiene sus limitaciones. La población estudiada, mayoritariamente de origen blanco, limita la generalización de los resultados a otras etnias. Además, el estudio se centró exclusivamente en el cáncer genitourinario, por lo que los resultados podrían diferir con otros tipos de cáncer. También es importante destacar que los familiares de pacientes en Utah, al estar más conectados con el sistema de salud local, podrían haber tenido más oportunidades de ser diagnosticados con enfermedades psicológicas o cardiovasculares.
Este estudio marca un primer paso importante en la comprensión del impacto del cáncer en la salud de los familiares, pero queda mucho por hacer. La diversidad racial y étnica en futuros estudios podría aportar una visión más completa, y será crucial evaluar cómo los distintos tipos de cáncer afectan a los familiares en diferentes contextos.
El cáncer, más allá de ser una enfermedad devastadora para quien lo padece, afecta profundamente a sus seres queridos. Los hallazgos de este estudio subrayan la necesidad urgente de apoyo psicológico y clínico para los familiares de pacientes con cáncer. Las clínicas oncológicas deberían considerar intervenciones dirigidas no solo al paciente, sino también a los familiares, para mitigar los efectos secundarios invisibles que el cáncer provoca en su entorno más cercano.
Actualizado: 17 de septiembre de 2024