Abusar de la tele puede alterar la conducta sensorial de bebés y niños
09/01/2024
Abusar de las pantallas es perjudicial a cualquier edad, pero en el caso de los menores sus efectos pueden ser especialmente negativos, y los bebés y niños pequeños que están demasiado tiempo frente a ellas pueden experimentar desde una reducción de su capacidad de atención, hasta una menor empatía, según advierten los expertos de UNICEF, que recomiendan que interactúen con personas, y no con pantallas.
Los científicos siguen investigando los efectos a largo plazo del uso de las nuevas tecnologías. Ahora, un nuevo estudio ha encontrado que los bebés y niños pequeños expuestos a la televisión o a ver vídeos pueden tener más probabilidades de exhibir conductas sensoriales atípicas, como permanecer desconectados y desinteresados de las actividades, buscar estimulación más intensa en un entorno, o sentirse agobiados frente a sonidos fuertes o luces brillantes.
La investigación que ha llegado a estas conclusiones ha sido realizada por investigadores de la Facultad de Medicina de Drexel, que ha destacado que los niños que veían más televisión al cumplir dos años tenían más probabilidades de desarrollar conductas atípicas de procesamiento sensorial, como “búsqueda de sensaciones” y “evitación de sensaciones”, así como “bajo registro”: ser menos sensibles o más lentos al responder a estímulos, como que los llamen por su nombre, a los 33 meses.
Impacto de las pantallas sobre la salud y el desarrollo infantil
Las habilidades de procesamiento sensorial reflejan la capacidad del cuerpo para responder de manera eficiente y apropiada a la información y a los estímulos que reciben sus sistemas sensoriales, como lo que el niño oye, ve, toca y saborea. Para realizar el estudio se utilizaron datos de 2011-2014 del Estudio Nacional Infantil sobre la televisión o los programas en DVD que vieron 1.471 bebés y niños pequeños (el 50% varones) de 12, 18 y 24 meses de todo el país.
Los resultados del procesamiento sensorial se evaluaron a los 33 meses utilizando el perfil sensorial infantil/niño pequeño (ITSP), un cuestionario al que respondieron los padres/cuidadores, que está diseñado para proporcionar información sobre cómo los niños procesan lo que ven, oyen, huelen, etcétera. Los investigadores ajustaron por edad, y tuvieron en cuenta si el niño había nacido prematuramente, la educación del cuidador, la raza/etnia y otros factores, como la frecuencia con la que el pequeño jugaba o caminaba con el cuidador.
Los resultados del estudio se han publicado en la revista JAMA Pediatrics, y entre ellos destacan:
- A los 12 meses, cualquier exposición a una pantalla en comparación con ninguna visualización de pantalla se asoció con una probabilidad 105% mayor de exhibir comportamientos sensoriales “altos” en vez de comportamientos sensoriales “típicos” relacionados con un registro bajo a los 33 meses.
- A los 18 meses, cada hora adicional de tiempo diario frente a una pantalla se asoció con un 23% más probabilidades de exhibir comportamientos sensoriales “altos” relacionados con una posterior evitación de sensaciones y un bajo registro.
- A los 24 meses, cada hora adicional de tiempo diario frente a una pantalla se asoció con un aumento del 20% en las probabilidades de búsqueda de sensaciones “altas”, sensibilidad sensorial y evitación de sensaciones a los 33 meses.
Los hallazgos de este trabajo se añaden a la creciente lista de resultados preocupantes para la salud y el desarrollo infantil relacionados con el tiempo que pasan los bebés y los niños pequeños frente a una pantalla, incluido el retraso en el lenguaje, los problemas de conducta, las dificultades para dormir, los problemas de atención y los retrasos en la resolución de problemas.
“El comportamiento repetitivo, como el que se observa en el trastorno del espectro autista, está altamente correlacionado con un procesamiento sensorial atípico”
“Esta asociación podría tener implicaciones importantes para el trastorno por déficit de atención con hiperactividad y el autismo, ya que el procesamiento sensorial atípico es mucho más frecuente en estas poblaciones”, ha declarado la Dra. Karen Heffler, profesora asociada de Psiquiatría en la Facultad de Medicina de Drexel y la autora principal. “El comportamiento repetitivo, como el que se observa en el trastorno del espectro autista, está altamente correlacionado con un procesamiento sensorial atípico. El trabajo futuro puede determinar si el tiempo que pasamos frente a una pantalla en los primeros años de vida podría alimentar la hiperconectividad cerebral sensorial que se observa en los trastornos del espectro autista, como el aumento de las respuestas cerebrales a la estimulación sensorial”.
El procesamiento sensorial atípico en niños con trastorno del espectro autista (TEA) y TDAH se manifiesta en una variedad de comportamientos perjudiciales. En los niños con TEA, una mayor búsqueda o evitación de sensaciones, una mayor sensibilidad sensorial y un bajo registro se han asociado con irritabilidad, hiperactividad, dificultades para comer y dormir, así como con problemas sociales. En los niños con TDAH, el procesamiento sensorial atípico está relacionado con problemas con la función ejecutiva, ansiedad y una menor calidad de vida.
“Teniendo en cuenta este vínculo entre el tiempo elevado frente a la pantalla y una lista cada vez mayor de problemas de desarrollo y conducta, puede ser beneficioso para los niños pequeños que presentan estos síntomas someterse a un período de reducción del tiempo frente a la pantalla, junto con prácticas de procesamiento sensorial impartidas por terapeutas ocupacionales”, concluye Heffler.
Actualizado: 9 de enero de 2024