El 30% de los niños tiene alteraciones del sueño

El ambiente, el horario y otros factores, influyen directamente en el descanso de los más pequeños. Según los expertos, tres de cada diez niños menores de cinco años sufren alguna alteración en el sueño.
Niña pequeña abraza a su osito antes de dormir

Un descanso insuficiente puede causar a los más pequeños irritabilidad o desánimo.

Con la llegada de las vacaciones los ritmos de descanso de los más pequeños se ven alterados, sin embargo, según expertos del grupo de Trastornos del sueño de la Sociedad Española de Neurología Pediátrica (SENEP), el 30% de los niños de menos de cinco años sufre alteraciones en el sueño durante el resto del año, lo que tiene graves consecuencias para la salud de los pequeños, que pueden incluso necesitar tratamiento médico.

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Los trastornos del sueño pueden derivar en problemas como fracaso escolar, causado por una la falta de atención y concentración en clase, una irritabilidad mayor, así como un desánimo continuo en el niño. Hay que sumar otros trastornos que se suelen producir en el sueño como son las pesadillas o terrores nocturnos, que desvelan a los pequeños y son muy comunes durante la infancia, y el sonambulismo, que afecta a un 15% de los niños entre 3 y 15 años y puede ser peligroso si no se controla a tiempo.

Los expertos recomiendan que los padres controlen, en la medida de lo posible, el sueño de sus hijos, para detectar cuanto antes cualquier problema en su descanso

La experta en este tipo de trastornos Ana Pérez, recomienda vigilar, tanto como sea posible, el sueño de los hijos, para poder detectar alguna posible alteración en su descanso. Hay que tener en cuenta los posibles problemas para conciliar el sueño, los acontecimientos que pueden ocurrir durante el descanso que lo interrumpen, o las causas de la posible somnolencia durante el día. Otro indicativo son los ronquidos de los niños sin una causa aparente como un catarro, que pueden sugerir la existencia del síndrome de apnea obstructiva de sueño, detonante de problemas de salud como trastornos en el desarrollo y alteraciones cardiovasculares.

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Las necesidades de sueño varían en función de la edad, y así como los recién nacidos suelen dormir entre 16 y 20 horas al día, estos periodos van disminuyendo hasta llegar a las 10 horas de media que duermen los niños de cinco años. En la adolescencia, las horas de sueño diarias bajan a siete u ocho horas. Los expertos, basándose en numerosos estudios, recomiendan dormir en torno a las ocho horas, pues dormir más o menos puede afectar a nuestra salud.

Para evitar alteraciones en el sueño causadas por las vacaciones, se recomienda mantener hábitos de descanso para que los niños no noten gran diferencia. Establecer una rutina previa al sueño, como puede ser una ducha, puede ayudar a que asocien esto a la hora que deben irse a dormir. También hay que crear un ambiente agradable y relajado para propiciar la llegada de Morfeo. Las bebidas con cafeína o los refrescos con burbujas se deben evitar horas antes de dormir, así como realizar actividades de gran intensidad o movimiento.

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Actualizado: 16 de agosto de 2019

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