El amor materno favorece el desarrollo del cerebro del niño

El amor y apego de la madre durante los tres primeros años de vida favorecen el desarrollo del hipocampo, un área del cerebro del niño que interviene en procesos como la memoria, el aprendizaje, y la gestión de las emociones.
Una madre levanta a su bebé en brazos, sonriéndole mientras él le toca la cara

Los tres primeros años de vida son determinantes para que el niño consiga consolidar su autoestima, basada en el amor y apego de sus padres.

El amor que muestra la madre hacia su hijo y una crianza con apego durante los primeros años de la infancia (hasta los cinco años de edad) favorece el desarrollo del cerebro del pequeño, según ha descubierto una investigación realizada por científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis (Estados Unidos).

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Los investigadores analizaron el desarrollo cerebral de 127 niños desde su edad preescolar hasta el inicio de la adolescencia, y comprobaron que los menores que habían mantenido una relación más intensa y afectuosa con sus madres durante la etapa preescolar presentaban un mayor crecimiento en el hipocampo (la zona del cerebro que interviene en procesos como la memoria, el aprendizaje, la orientación espacial y la gestión de las emociones).

Los menores que habían mantenido una relación más intensa y afectuosa con sus madres durante la etapa preescolar presentaban un mayor crecimiento en el hipocampo

Con el objetivo de medir la calidad del apego y afecto de las madres hacia sus hijos, se les sometió a una prueba que consistía en dar al niño un atractivo regalo que solo se podría abrir cuando sus madres finalizasen una tarea que les habían asignado. Las madres que consiguieron terminar dicha tarea comportándose de forma afectuosa con sus pequeños y apoyándoles emocionalmente, obtuvieron una mayor puntuación que aquellas que descuidaron la atención a sus hijos, o les castigaron por su conducta.

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Cuando estos menores llegaron a la adolescencia los autores del trabajo les realizaron una resonancia magnética y observaron que el tamaño del hipocampo de los del primer grupo era hasta el doble que el de los niños del segundo grupo, lo que demuestra los beneficios de la crianza con apego en los primeros años de vida.

Como ha explicado Fernando González Serrano, de la Sociedad Española de Psiquiatría y Psicoterapia del Niño y del Adolescente (SEPYPNA), los tres primeros años de vida son determinantes para que el niño consiga consolidar su autoestima, basada en el amor y apego de sus padres. A partir de los cinco años, sin embargo, el impacto que tienen los vínculos emocionales es mucho menor porque la plasticidad del cerebro disminuye y algunas características de su personalidad ya se han consolidado.

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Actualizado: 17 de octubre de 2017

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