Hallan las posibles causas de la leucemia infantil y cómo prevenirla
25/05/2018
La leucemia linfoblástica aguda (LLA) es un cáncer de las células sanguíneas que afecta especialmente a niños de entre tres y cinco años. Se trata del cáncer más frecuente en la infancia, y un nuevo estudio ha revelado que esta enfermedad podría deberse a un proceso que se inicia con una mutación genética durante el desarrollo del feto, y se completa posteriormente con la exposición a una o varias infecciones comunes durante la infancia, sobre todo si el niño se ha criado con un exceso de higiene y una escasa interacción con otros pequeños.
En opinión del autor del trabajo, el científico británico Mel Greaves, director del Centro de Evolución y Cáncer del Instituto de Investigación del Cáncer de Londres, sería posible prevenir la leucemia linfoblástica aguda en los niños con terapias que estimulen y potencien el sistema inmune en la primera infancia, algo que también se puede lograr alimentando al bebé con lactancia materna y evitando una higiene excesiva.
La falta de exposición a los microbios en los primeros meses de vida aumenta la vulnerabilidad a infecciones que activan las mutaciones genéticas asociadas a la leucemia infantil
De hecho, la incidencia de la LLA es mayor entre la población infantil de los países con más recursos económicos y, por tanto, mayor higiene. Así, aunque solo el 1% de los niños que nacen con la predisposición genética a padecer leucemia la desarrolla, Greaves ha advertido de que la falta de exposición a los microbios en los primeros meses de vida aumenta la vulnerabilidad a infecciones causadas por virus y bacterias que activan estas mutaciones.
La leucemia infantil se podría prevenir antes de diez años
Los hallazgos de la investigación, que se ha basado en la revisión de numerosos estudios sobre leucemia linfoblástica aguda realizados a lo largo de más de 30 años, y se ha publicado en Nature Reviews Cancer, pueden contribuir a encontrar un tratamiento preventivo contra este tipo de cáncer en los próximos cinco o diez años, según Greaves, que añade que aunque existen factores de riesgo, como la genética o la dieta, que favorecen el desarrollo de la enfermedad, la mayoría de los casos de LLA infantil se podrían prevenir.
El experto también ha descartado que la LLA tenga otras posibles causas ambientales como las radiaciones ionizantes, las ondas electromagnéticas, los tendidos eléctricos o la exposición a determinadas sustancias químicas, y ha explicado que su hipótesis de que las infecciones constituyan un factor desencadenante de esta neoplasia no es extrapolable a otros cánceres infantiles menos comunes, como la leucemia mieloide aguda.
Actualmente el profesor Greaves está investigando si una exposición temprana a microbios benignos podría prevenir la leucemia en ratones, ya que si los resultados son positivos se podrían desarrollar estrategias terapéuticas preventivas contra la LLA basadas en exponer a los niños a una variedad de este tipo de microorganismos.
Actualizado: 4 de mayo de 2023