La mayoría de los fármacos para el TDAH afectan al pulso y la tensión arterial

Una revisión de estudios revela que la mayoría de los medicamentos que se utilizan en el tratamiento del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y no solo los que tienen efectos estimulantes, influyen sobre el pulso y la tensión arterial.
Niño sostiene un vaso de agua y una píldora

07/04/2025

Un equipo internacional de investigadores ha llevado a cabo una revisión de estudios y un metanálisis para evaluar la seguridad cardiovascular de los fármacos que se utilizan para tratar el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y han llegado a la conclusión de que la mayoría de ellos, y no solo los estimulantes, influyen sobre el pulso y la tensión arterial. Los autores han publicado los resultados en la revista The Lancet Psychiatry1 y destacan que, aunque los cambios son leves, “los profesionales deberían controlar la presión arterial y el pulso en pacientes con TDAH tratados con cualquier intervención farmacológica”.

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Los investigadores decidieron comparar los efectos de distintos tratamientos farmacológicos del TDAH sobre la presión arterial, el pulso y ciertos parámetros del electrocardiograma, tanto en niños y adolescentes, como en adultos. Su estudio se basó en una revisión sistemática y un análisis combinado de numerosos ensayos clínicos. Buscaron en 12 bases de datos médicas, incluyendo algunas tan importantes como PubMed o la Cochrane Library, hasta el 18 de enero de 2024. Analizaron estudios en los que se comparaban varios medicamentos entre sí o con un placebo. 

Los medicamentos estudiados fueron: anfetaminas, atomoxetina, bupropión, clonidina, guanfacina, lisdexanfetamina, metilfenidato, modafinilo y viloxazina y los investigadores se centraron en cómo cambiaban tres medidas clave del sistema cardiovascular: la presión arterial sistólica y diastólica y el pulso (latidos por minuto). Se midieron estos cambios alrededor de las semanas 12, 26 y 52 del tratamiento.

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Antes de comenzar, consultaron a representantes de la Fundación TDAH del Reino Unido para asegurarse de que las preguntas del estudio eran relevantes para las personas con experiencia directa con este trastorno. Se incluyeron 102 estudios con seguimiento a corto plazo (en promedio, unas siete semanas). En total, se analizaron datos de más de 22.000 personas: aproximadamente 13.300 niños y adolescentes (con una media de edad de 11 años) y cerca de 9.400 adultos (con una media de edad de 35 años).

El diagnóstico de TDAH se está incrementando significativamente en los últimos años

Los resultados mostraron que varios medicamentos, como las anfetaminas, la atomoxetina, la lisdexanfetamina, el metilfenidato y la viloxazina, provocaban aumentos en la presión arterial y el pulso, tanto en niños como en adultos. Algunos ejemplos son: en niños y adolescentes, el aumento en la presión sistólica (la medición más elevada en una lectura de tensión) respecto al placebo iba desde +1,07 mmHg con atomoxetina hasta +1,81 mmHg con metilfenidato. La presión diastólica (la medición más baja) aumentó entre +1,93 mmHg (anfetaminas) y +2,42 mmHg (metilfenidato). El pulso aumentó desde +2,79 latidos por minuto (viloxazina) hasta +5,58 (atomoxetina).

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En adultos, los aumentos fueron similares, pero con menor grado de certeza, ya que los estudios disponibles eran más limitados. También encontraron que la guanfacina era una excepción: reducía la presión arterial y el pulso tanto en niños, como en adultos. Curiosamente, los medicamentos considerados “estimulantes” (como metilfenidato o lisdexanfetamina) no provocaban aumentos significativamente mayores que otros medicamentos como la atomoxetina o la viloxazina.

Un dato importante es que la mayoría de los estudios duraban poco tiempo (menos de dos meses), y solo cuatro propocionaban información sobre efectos a medio plazo. No se encontró ningún estudio que analizara los efectos a largo plazo, por lo que los autores concluyen en su artículo que los profesionales de la salud deben vigilar la presión arterial y el pulso de cualquier persona que esté tomando medicamentos para el TDAH, no solo de quienes toman estimulantes. Además, consideran necesario realizar nuevas investigaciones que analicen qué ocurre con el corazón cuando estos medicamentos se toman durante largos periodos.

"El extraordinario incremento de la prescripción de estos medicamentos con efectos secundarios cardiovasculares, que está siendo tan rentable para las compañías farmacéuticas, debería cuestionarnos la ligereza en el diagnóstico del TDAH y abrir el foco al contexto social, cultural, familiar y académico que está propiciando este fenómeno”

Alberto Ortiz Lobo, doctor en Medicina y psiquiatra del Hospital de Día Carlos III - Hospital Universitario La Paz (Madrid), que no ha participado en el estudio, ha explicado en declaraciones a SMC España2 que “se trata de una exhaustiva revisión de los efectos adversos cardiovasculares (y no de otros daños) que provocan los fármacos que se emplean como tratamiento del TDAH y que pone de manifiesto varias cuestiones importantes".

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"La primera es que las investigaciones revisadas se han realizado a corto plazo, es decir, conocemos los perjuicios que provocan estos medicamentos en un margen alrededor de siete semanas, cuando en el tratamiento habitual se prescriben durante años, a veces, gran parte de la vida de las personas".

"La segunda es que los estudios no se centran en la evaluación de los efectos adversos de estos fármacos sino en su posible eficacia, por lo que únicamente miden los incrementos en la tensión arterial y el ritmo cardiaco, pero no sabemos de su impacto en la conducción cardiaca evaluada a través de los electrocardiogramas, por ejemplo". "La tercera cuestión es que todos los medicamentos evaluados, y no solo los estimulantes, incrementan los parámetros hemodinámicos, con el riesgo para la salud que puede conllevar para muchos pacientes".

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El especialista considera que "la revisión es pertinente porque el diagnóstico de TDAH se está incrementando dramáticamente en los últimos años, principalmente en niños, pero también en adultos. La única perspectiva que se ofrece de este problema es cerebral, sin considerar los condicionantes ambientales que influyen en que actualmente sea un diagnóstico de moda. Dentro de este entendimiento individual y biomédico de los problemas, propio de nuestra cultura occidental actual, se valora mucho el éxito y la competitividad académica y laboral, de manera que un desempeño más bajo o que no se ajusta adecuadamente a las normas sociales actuales puede interpretarse como resultado de un trastorno neuronal".

"El extraordinario incremento de la prescripción de estos medicamentos con efectos secundarios cardiovasculares, que está siendo tan rentable para las compañías farmacéuticas, debería cuestionarnos la ligereza en el diagnóstico del TDAH y abrir el foco al contexto social, cultural, familiar y académico que está propiciando este fenómeno”.

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Por su parte, Pedro Manuel Ruiz Lázaro, jefe de la sección de Psiquiatría Infanto-Juvenil en el Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza, ha señalado en declaraciones al mismo medio que la nueva investigación "se limita a confirmar estudios anteriores y no cambia nada en el conocimiento acerca de los efectos cardiovasculares de estimulantes y no estimulantes utilizados en el tratamiento farmacológico del TDAH. Que los estimulantes y noradrenérgicos suben las cifras y la guanfacina las baja a corto plazo es lo sabido y esperable".

Opina, por lo tanto, que la nuva investigación "confirma hallazgos previos, no aporta nada especialmente relevante. La seguridad cardiovascular de estos fármacos no debe ponerse en cuestión: su uso no incrementa la mortalidad, incluso la disminuye. Hay pequeños efectos a corto plazo sin repercusión clínica. Hay que incrementar estudios a largo plazo".

"No termino de ver la necesidad de control de la tensión arterial y el pulso de forma generalizada y rutinaria en consulta durante el seguimiento cuando las modificaciones son pequeñas y sin relevancia clínica, salvo en casos excepcionales. Sí la necesidad de recoger la historia personal o familiar de enfermedad cardiovascular y valorar el riesgo individual".

Respecto a las posibles limitaciones, Ruiz Lázaro comenta que el artículo las reseña: "Es posible que personas con historia personal o familiar de enfermedad cardiovascular tengan mayores incrementos de tensión arterial con medicaciones para el TDAH. La mayoría de estudios están financiados por la industria farmacéutica”.

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  • 1

    Farhat, Luis C., et al. “Comparative Cardiovascular Safety of Medications for Attention-Deficit Hyperactivity Disorder in Children, Adolescents, and Adults: A Systematic Review and Network Meta-Analysis.” The Lancet Psychiatry, vol. 0, no. 0, Apr. 2025, https://doi.org/10.1016/S2215-0366(25)00062-8.

  • 2
    SMC España. «La mayoría De Los fármacos Para El TDAH, No Solo Los Estimulantes, Afectan Al Pulso Y a La tensión Arterial». SMC España, https://sciencemediacentre.es/la-mayoria-de-los-farmacos-para-el-tdah-no-solo-los-estimulantes-afectan-al-pulso-y-la-tension.

Actualizado: 7 de abril de 2025

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