Leer los labios es clave para que el bebé aprenda a hablar

Entre los seis y los doce meses de edad los bebés observan con mayor atención el movimiento de los labios de las personas que les hablan, porque esto les ayuda a articular sus primeras palabras, según un estudio.
Una madre habla a su bebé que sonríe mirándola

Mirar la boca de su interlocutor coincide con la transición de los balbuceos de bebé a las primeras sílabas y palabras que articula, como mamá o papá.

Los bebés observan con mayor atención el movimiento de los labios de su interlocutor entre los seis y los doce meses de edad y, según diversos estudios, lo hacen para obtener una información adicional a los sonidos que escuchan, que resulta clave para que aprendan a articular sus primeras palabras.

A partir de los seis meses, y hasta que cumple su primer año, la mirada del bebé se centra sobre todo en la boca de las personas que le hablan, y menos en los ojos

En el desarrollo del lenguaje, señalan recientes investigaciones, leer los labios cumple una importante función, ya que se ha comprobado que alrededor de los seis meses de edad el pequeño se fija más en el movimiento de los labios de sus padres cuando le hablan, y que esta conducta coincide con la transición de los balbuceos de bebé a las primeras sílabas y palabras que articula, como mamá o papá.

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A partir de los seis meses, y hasta que cumple su primer año, la mirada del niño se centra sobre todo en la boca de las personas que le hablan, y menos en los ojos mientras que, a partir del año, la situación se revierte y el pequeño vuelve a dirigir su atención a los ojos de sus interlocutores, según ha revelado un estudio realizado en Estados Unidos.

En el estudio participaron 180 bebés a los que se dividió en grupos de 4, 6, 8, 10 y 12 meses de edad, y se analizó su comportamiento mientras observaban un vídeo en el que una mujer hablaba mirando fijamente a la cámara (una en inglés, y otra en español). Los pequeños llevaban un dispositivo en la cabeza que permitía hacer un seguimiento de sus ojos con gran precisión, de forma que se pudo comprobar cuánto tiempo miraban la boca de la mujer, y cuánto dedicaban a mirar sus ojos.

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Los investigadores también descubrieron que cuando los niños de un año de edad cuyos padres solo hablaban inglés escucharon a la mujer hablando español, volvieron a mirar la boca con más atención que los ojos; es decir, al no reconocer esos sonidos como algo familiar, buscaron datos adicionales para intentar comprenderlos. David Lewkowicz, profesor de la Florida Atlantic University (Estados Unidos), que ha dirigido el estudio, explicó que el bebé necesita averiguar cómo debe colocar sus labios para reproducir el sonido concreto que está escuchando.

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Actualizado: 26 de abril de 2017

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