Los adolescentes que tienen estrés tendrán peor memoria y más ansiedad
15/12/2020
El estrés continuado tiene grandes efectos nocivos en la salud tanto física como mental. Ahora, un grupo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Miguel Hernández ha descubierto que sufrirlo durante la adolescencia podría alterar el proceso de aprendizaje, empeorar la memoria y aumentar la ansiedad en la etapa adulta.
Según han explicado en el estudio, publicado en la revista Neurobiology of Stress, las pruebas se han llevado a cabo con ratones, que fueron sometidos a altos niveles de estrés durante su etapa peripuberal –periodo alrededor de la pubertad– y posteriormente midieron los efectos que estos estímulos tenían en ellos.
Los niveles altos de estrés en la adolescencia provocan cambios en el eje hipotálamo-pituitaria-adrenal, causando problemas cognitivos en la edad adulta
Los resultados mostraron que los que habían sido sometidos a estrés tenían un aprendizaje más lento, una peor memoria y más niveles de ansiedad en su adultez. Sin embargo, fue la capacidad de recuperación del nivel basal de corticosterona –que equivale al cortisol de los humanos– tras la liberación debida al estrés continuado lo que predijo el grado de cambios en el aprendizaje en el futuro, no la cantidad de esta hormona como se pensaba.
Menos adaptación al estrés, más problemas de aprendizaje
“Los efectos de programación del estrés temprano podrían necesitar un período de incubación capaz de revertirse en cerebros jóvenes y más plásticos, pero no durante la edad adulta. Por tanto, tras la detección temprana de los individuos vulnerables al estrés, podría haber una ventana de oportunidad para que la intervención terapéutica en la adolescencia evite el curso natural hacia la psicopatología y las deficiencias cognitivas”, ha declarado Cristina Márquez, una de las investigadoras.
Lo que viene a indicar el estudio es que la maduración de las vías de regulación del estrés es diferente en función de las experiencias estresantes repetidas, lo que se conoce como programación diferida, que afecta al comportamiento, a la cognición y a la reactividad endocrina. Por tanto, las ratas que se adaptan menos a las situaciones de estrés tienen mayores dificultades en el proceso de aprendizaje en la edad adulta, pues se altera una molécula fundamental para la plasticidad del hipocampo y la memoria, llamada PSA-NCAM.
Los roedores con peor recuperación del estrés mostraron niveles más elevados de PSA-NCAM, lo que indica que se activa un mecanismo neurobiológico en el que el estrés en la adolescencia alteraría la maduración de los procesos de plasticidad de algunas partes del cerebro, como en el eje hipotálamo-pituitaria-adrenal. Este hecho promueve el deterioro cognitivo y aumenta la predisposición a la ansiedad, por lo que evitar el estrés continuado en esta etapa de la vida podría mejorar la salud futura de los más jóvenes.
Actualizado: 5 de mayo de 2023