Los bebés aprenden las reglas gramaticales antes de empezar a hablar

Los niños pequeños pueden hablar de forma correcta antes de entender las reglas gramaticales de su lengua materna, y un grupo de investigadores ha descubierto cómo identifican los bebés las relaciones entre los elementos del habla.
Bebé comenzando a hablar

03/01/2023

Desde muy pequeños los niños aprenden a hablar y a nombrar objetos, personas, animales y situaciones, y también cómo combinar las palabras de acuerdo con las reglas gramaticales de su idioma, y ahora un grupo de investigadores del Instituto Max Planck de Ciencias Cognitivas y Cerebrales Humanas (MPI CBS) de Leipzig y la Humboldt-Universität zu Berlin (Alemania) han comprobado que los bebés de seis meses de edad ya almacenan en la memoria relaciones entre los elementos del habla.

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Los niños utilizan inconscientemente las reglas de su lengua materna mucho antes de comprenderlas y son capaces de emitir oraciones gramaticalmente correctas, pero para conseguirlo su cerebro primero necesita identificar las relaciones regulares entre los elementos del habla y almacenarlas en la memoria de alguna forma, un proceso que comienza durante el primer año de vida, según el estudio publicado en Nature Communications.

El equipo de neurocientíficos de Berlín, Leipzig, Lübeck y Tübingen ha demostrado que los bebés de seis a ocho meses forman con rapidez un recuerdo de las relaciones regulares entre los elementos del habla, incluso cuando los elementos no se suceden directamente, sino que están separados por otra variable. Los investigadores midieron la respuesta cerebral de 85 bebés de familias alemanas monolingües mientras escuchaban oraciones cortas en italiano durante 10 minutos cada una en una fase de aprendizaje y una fase de prueba posterior.

“Nuestros resultados muestran que los niños de seis meses tienen mecanismos de memoria relevantes para el aprendizaje de la gramática”

En las oraciones de la fase de aprendizaje, las palabras sta y può siempre aparecían con una terminación concreta (–ando o –are) del verbo siguiente (por ejemplo: La sorella sta parlando, o Il fratello può cantare), mientras que en el verbo intermedio las raíces (por ejemplo, parl o cant) variaron.

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En la fase de prueba, alrededor de una hora más tarde, los investigadores presentaron a los bebés oraciones similares, esta vez con las combinaciones correctas de la fase de aprendizaje (sta ... –ando y può ... –are) y con combinaciones incorrectas e invertidas (sta... –son y può... –ando). La mitad de las oraciones contenían raíces verbales antiguas ya escuchadas en la fase de aprendizaje, y la otra mitad raíces verbales nuevas que los bebés nunca habían escuchado.

Como estudios anteriores realizados con bebés habían demostrado que la memoria de los significados de las palabras depende fundamentalmente del sueño, los tiempos para la fase de aprendizaje se programaron en función de las rutinas de sueño individuales de los niños. De esta forma, los niños de un grupo hicieron una siesta entre las fases de aprendizaje y prueba, y los de otro grupo permanecieron despiertos hasta la fase de prueba.

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Las respuestas cerebrales de los bebés en la fase de prueba mostraron diferencias evidentes entre las combinaciones correctas e incorrectas en ambos grupos, por lo que los investigadores concluyeron que el cerebro infantil puede almacenar la relación entre los elementos del habla y, a diferencia de la memoria de los significados de las palabras, lo hace independientemente de si el bebé duerme la siesta inmediatamente después de aprender.

La memoria evoluciona durante el sueño de los bebés

Los dos efectos de memoria que se observaron por igual en los grupos de sueño y vigilia se produjeron tanto con las oraciones con raíces verbales antiguas como con aquellas con raíces nuevas, lo que significa que los bebés pueden generalizar su conocimiento y esperar el elemento correcto de una combinación de habla aprendida incluso cuando escuchan una raíz verbal completamente nueva.

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“Nuestros resultados muestran que los niños de seis meses tienen mecanismos de memoria relevantes para el aprendizaje de la gramática”, afirma Angela D. Friederici, autora principal del estudio y directora de MPI CBS. “Además, proporcionan una primera indicación de que los primeros mecanismos del aprendizaje de la gramática son diferentes de los del aprendizaje del significado de las palabras”.

Los investigadores observaron otro efecto en las respuestas cerebrales de los bebés, que en este caso difería entre el grupo de los que durmieron y el de vigilia. Mientras que el grupo de vigilia mostró efectos muy similares en las fases de aprendizaje y prueba, la respuesta cerebral del grupo de durmientes cambió de la fase de aprendizaje a la de prueba. “Suponemos que este nuevo efecto de memoria después del sueño se debe a una memoria recién formada durante el sueño”, explica Manuela Friedrich, primera autora del estudio.

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“El tipo de respuesta sugiere que la memoria evoluciona durante el sueño y el cerebro del bebé almacena las relaciones regulares en una nueva forma después de la siesta”. Por ejemplo, las conexiones de patrones de sonido relacionados formados en la fase de aprendizaje podrían transferirse durante el sueño a áreas del lenguaje del cerebro y almacenarse allí como unidades de lenguaje relacionadas, mientras que los bebés que se han permanecido despiertos continúan vinculando solo los patrones de sonido.

“Aparentemente, el sueño afecta la forma en que se almacena en la memoria el conocimiento sobre las relaciones en el lenguaje”, ha dicho Manuela Friedrich. “Esto significa que, si bien el sueño no es necesario para el conocimiento gramatical inconsciente de los bebés, puede desencadenar cambios en la naturaleza de la memoria subyacente”.

Actualizado: 2 de marzo de 2023

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