Los bebés saben pedir ayuda para resolver dudas
14/03/2016
Los bebés de 20 meses de edad son capaces de mostrar su incertidumbre sirviéndose de la comunicación no verbal, así como de solicitar ayuda a los adultos en caso de dudar ante varias opciones, según ha revelado un estudio realizado por científicos del Laboratorio de Ciencias Cognitivas y Psicolingüísticas del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia (CNRS), que tenía por objetivo analizar el desarrollo de la metacognición, que es la capacidad de los seres humanos para observar y regular sus propios procesos cognitivos.
Los bebés pedían ayuda para evitar señalar la caja incorrecta, y lo hacían con más frecuencia cuando las pruebas eran imposibles de resolver o se alargaban los plazos de memorización
Los investigadores querían comprobar si la capacidad de comunicar la incertidumbre se manifestaba a temprana edad o más tarde, durante la etapa de desarrollo del lenguaje infantil. Los estudios previos en psicología del desarrollo se basaban en preguntar a los niños sobre sus decisiones, situaciones en las que generalmente los pequeños tienden a sobrestimar sus actuaciones y decir que han respondido bien incluso aunque hayan cometido un error.
Como ha explicado Louise Goupil, autora principal del nuevo estudio, que se ha publicado en PNAS, es posible que los niños pequeños puedan valorar sus decisiones aun en el caso de que les resulte difícil verbalizar sus errores y dudas, por ello, para averiguar si son capaces de comunicar de forma no verbal su incertidumbre, hicieron un experimento con 80 bebés de 20 meses de edad, que tenían que memorizar en cual de dos cajas que tenían frente a ellos se escondía un juguete. Al cabo de entre 3 y 12 segundos se les pedía que señalaran la caja en la que pensaban que estaba el objeto. En alguna ocasión, incluso, el juguete se escondió tras una cortina, por lo que no era posible resolver el acertijo.
Los investigadores observaron que los bebés pedían ayuda para evitar señalar la caja incorrecta y, según Goupil, solicitaban ayuda con más frecuencia cuando las pruebas eran imposibles de resolver, y cuando se alargaban los plazos de memorización. Esto significa que los bebés muestran sensibilidad metacognitiva mucho antes de lo que se creía aunque todavía no sean capaces de verbalizarla correctamente. Goupil añade que no solo analizan su entorno físico y social, sino también sus propios procesos cognitivos.
Actualizado: 14 de marzo de 2016