Los niños con autismo no siempre se benefician de una mayor intervención

Las intervenciones intensivas que requieren que los niños pequeños con autismo estén fuera de casa mucho tiempo no siempre aportan beneficios adicionales para mejorar su desarrollo y pueden afectar negativamente a sus otras necesidades.
Una psicóloga trabajando con un niño autista

27/06/2024

Cuando se diagnostica a un niño con un trastorno del espectro autista (TEA) los profesionales de la salud suelen recomendar intervenciones intensivas –que pueden llegar a ser de 20-40 horas por semana– para apoyar su desarrollo. Sin embargo, más no siempre significa mejor y un nuevo estudio ha revelado que no hay pruebas concluyentes de que las intervenciones de mayor intensidad proporcionen beneficios adicionales para los niños pequeños con autismo.

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Los investigadores, liderados por Michael Sandbank, profesor asistente en el Departamento de Ciencias de la Salud de la Escuela de Medicina de la UNC, llevaron a cabo un análisis sistemático exhaustivo de los datos de 144 estudios de intervención temprana, que incluían a 9.038 niños de entre 0 y 8 años, y realizaron un meta-análisis para determinar si las intervenciones de mayor intensidad proporcionaban beneficios adicionales en comparación con las menos intensivas.

Descubrieron que los resultados de las intervenciones no mejoraban con el aumento de la intensidad. “No encontramos evidencia rigurosa que apoye la idea de que aumentar la cantidad de intervención produce mejores resultados” ha afirmado Sandbank. “Recomendamos que los profesionales consideren qué cantidad de intervención sería apropiada para el desarrollo del niño y beneficiosa para la familia”. Sus hallazgos se han publicado en JAMA Pediatrics.

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En noviembre de 2023, Sandbank señaló que muchos estudios de baja calidad están dominando este ámbito y que pocos estudios han examinado adecuadamente si las intervenciones pueden tener efectos adversos o perjudiciales. De hecho, las intervenciones que requieren que los niños pequeños estén fuera de casa durante mucho tiempo pueden privarlos de descanso y de oportunidades para socializar con su familia, entre otras cosas.

Equilibrio entre la intervención y otras necesidades del niño con TEA

Se pueden ofrecer muchos tipos diferentes de intervención a los niños pequeños con algún trastorno del espectro autista. Las intervenciones conductuales enseñan sistemáticamente habilidades funcionales y cognitivas a través de enseñanza directa uno a uno y tienden a ser muy intensivas. Las intervenciones de desarrollo se enfocan en mejorar la interacción social y el compromiso del niño a través del juego con sus cuidadores y suelen ser proporcionadas solo unas pocas horas por semana. Las intervenciones conductuales de desarrollo naturalistas combinan enfoques conductuales y de desarrollo. Todas estas intervenciones pueden parecer muy similares o diferentes en su implementación, dependiendo del proveedor.

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Para investigar a fondo el impacto de la cantidad de intervención, los investigadores la midieron de tres maneras. Definieron “intensidad” como la cantidad de intervención proporcionada en un marco de tiempo dado (como horas por día), “duración” como la cantidad total de tiempo (en días) que se proporciona la intervención, e “intensidad acumulativa” como una métrica general que describe la intervención total proporcionada durante la duración total.

Usando estas tres métricas, los investigadores exploraron si la intensidad, la duración o la intensidad acumulativa estaban asociadas con beneficios en el desarrollo de los niños autistas. Al mismo tiempo, querían determinar si la fuerza de la relación entre las métricas y la mejora del desarrollo difería según el tipo de intervención proporcionada.

No existe una cantidad de intervención adecuada para todos los niños y se debe encontrar un equilibrio entre las demandas de la intervención y otras necesidades del pequeño para asegurar su bienestar

Su muestra final para el metaanálisis incluyó 144 estudios separados con un total de 9.038 participantes. Sabiendo que la neuroplasticidad –o la capacidad del cerebro para adaptarse– está en su apogeo durante este período de desarrollo y puede afectar el éxito de la intervención, los investigadores controlaron la edad de los participantes. También tuvieron en cuenta la calidad de los estudios incluidos y el tipo de intervención con la ayuda de modelos de meta-regresión.

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Considerando todos estos factores, los investigadores no encontraron evidencia de que las intervenciones de mayor intensidad proporcionen beneficios adicionales para los niños autistas. La evidencia contrasta con los resultados de estudios cuasi-experimentales y algunos metaanálisis que sugieren que las intervenciones conductuales de alta intensidad están asociadas con mayores ganancias cognitivas en niños pequeños en el espectro autista.

“Probablemente haya una cantidad mínima de intervención necesaria para proporcionar algún beneficio, y una cantidad óptima que depende del niño”, dijo Sandbank. “Desafortunadamente, en este momento, no tenemos evidencia clara de cuál debería ser esa cantidad”.

Esta investigación sugiere que los médicos deben evitar proporcionar una cantidad específica de intervención como recomendación predeterminada. En cambio, deben informar a las familias de que no existe una cantidad de intervención que sea adecuada para todos los niños, y que se debe encontrar un equilibrio cuidadoso para satisfacer las demandas de la intervención con otras necesidades del pequeño para asegurar su bienestar.

Actualizado: 27 de junio de 2024

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