Los niños pequeños que usan más tiempo las pantallas tienen más rabietas

El creciente uso de tablets por los niños pequeños se relaciona con un aumento de episodios de ira y frustración, según un estudio que destaca la importancia del control parental en el uso de dispositivos digitales para prevenir problemas emocionales.
Niño pequeño enfadado junto a una tablet y un plato de comida

13/08/2024

Cada vez es más frecuente que las tabletas se usen como niñeras virtuales para tener entretenidos a los niños pequeños algo que, sin embargo, podría provocar que tuvieran más rabietas que, a su vez, pueden agobiar a los padres que intentan calmar a su hijo dándole una tableta, según una nueva investigación que muestra que este tipo de 'círculo vicioso' se desarrolló durante los primeros años de muchos de los jóvenes canadienses incluidos en el estudio.

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La investigación ha sido liderada por Caroline Fitzpatrick, profesora de educación en la Universidad de Sherbrooke (Quebec, Canadá) titular de la Cátedra de Investigación de Canadá sobre el uso de medios digitales por los niños. En opinión de los investigadores: "El uso de tabletas en la primera infancia puede alterar la capacidad de controlar la ira y la frustración y provocar un aumento de los arrebatos en los niños pequeños".

Con un equipo de colegas de la Universidad de Sherbrooke, la Universidad Sainte-Anne y la Universidad Federal de São Paulo, la investigadora principal analizó la cantidad de minutos diarios de uso de la tablet y la frecuencia con la que los niños mostraban ira y frustración.

Más tiempo frente a la pantalla, más ira, y así sucesivamente

Los resultados se han publicado en JAMA Pediatrics y muestran que a medida que aumenta el tiempo que los niños pasan frente a la pantalla, también se incrementan los episodios de ira y frustración. A su vez, estas emociones intensas contribuyen a un mayor uso de dispositivos electrónicos.

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El uso de la tablet a los 3,5 años de edad podría favorecer una mayor expresión de ira y frustración a los 4,5 años. Posteriormente, estos niveles de ira y frustración a los 4,5 años contribuyen a un incremento del uso de la tablet a los 5,5 años. "Nuestra hipótesis era que un mayor uso de la tablet estaría asociado con manifestaciones más frecuentes de ira, y que los niños más propensos a la ira aumentarían su uso de la tablet como consecuencia", explica la profesora Fitzpatrick.
El uso de medios digitales por los más pequeños podría reducir el tiempo dedicado a las conversaciones entre padres e hijos, necesarias para que los niños aprendan a gestionar sus emociones
Un estudio anterior realizado durante la pandemia de COVID-19, entre 2020 y 2022, ya había demostrado que cada hora frente a la pantalla a los 3,5 años se relacionaba con un aumento en los episodios de ira y frustración a los 4,5 años. El análisis del uso de la tablet y los episodios de frustración e ira, realizado durante tres años consecutivos, de 2020 a 2023, permitió al equipo confirmar la relación recíproca entre el uso de la tablet y las manifestaciones de ira. El riguroso diseño del estudio también permitió comparar a cada niño consigo mismo, evitando que otros factores, como el entorno familiar o el nivel socioeconómico, influyeran en los resultados.

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El papel de los padres en el manejo de las emociones

Según los resultados de esta investigación, queda claro que el uso de la tablet por parte de los más pequeños debe ser supervisado por los padres, e incluso retrasado tanto como sea posible. "Una buena capacidad para manejar emociones intensas como la ira y la frustración es esencial para que los niños tengan un buen comienzo en la escuela", ha señalado la profesora Gabrielle Caron-Carrier, profesora del Departamento de Psicoeducación en la Facultad de Educación y co-investigadora del estudio.
El uso de medios digitales por los más pequeños podría reducir el tiempo dedicado a las conversaciones entre padres e hijos, interacciones necesarias para que los niños aprendan a gestionar sus emociones. Además, según las conclusiones del estudio, los padres, que son modelos a seguir para sus hijos, también deben limitar su propio uso de pantallas en presencia de estos, para fomentar tanto el desarrollo de hábitos digitales saludables como la gestión emocional. Los autores consideran que las futuras investigaciones deberían enfocarse más en el contexto del uso de pantallas y en la calidad del contenido consumido por los niños.

Actualizado: 13 de agosto de 2024

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