Los niños que no desayunan pueden sufrir déficits nutricionales
01/09/2017
“El desayuno es la comida más importante del día”, dice un frase convertida en mantra. Pero, ¿realmente lo es? Dietistas-nutricionistas como Julio Basulto, Aitor Sánchez o Juan Revenga llevan tiempo restando importancia a esta primera comida por ser una de las menos saludables en la mayoría de los hogares, lo que no solo no la convierte en la más importante, sino en la más desaconsejada cuando en ella abundan el azúcar y los alimentos superfluos. “Se debería pensar que más que cargar las tintas en la absurda dualidad desayuno sí o desayuno no, sería mejor apuntar hacia la calidad nutricional de lo que comen esos niños, sea cuando sea que abran la boca para ingerir algo”, apunta el dietista-nutricionista Juan Revenga a Webconsultas, quien ha escrito numerosos artículos advirtiendo acerca del aumento de riesgo de diabetes de la población infantil.
Ahora, un reciente estudio publicado en el British Journal of Nutrition, realizado por investigadores del Colegio Británico de Londres, sugiere que los niños que no desayunan a diario pueden no consumir las cantidades diarias de nutrientes, según dicen los autores, “clave para el crecimiento y el desarrollo recomendados por el gobierno del Reino Unido”. Y se consideró que los niños que tomaban el desayuno de manera regular tenían perfiles nutricionales superiores en general comparados con aquellos que no lo hacían.
El equipo de investigación utilizó datos recopilados entre 2008 y 2012 procedentes de la National Diet and Nutrition Survey (NDNS), una encuesta transversal continua diseñada para recopilar información detallada y cuantitativa sobre el consumo de alimentos, la ingesta de nutrientes y el estado nutricional de la población general de Reino Unido desde el año y medio de vida. Se eligió una cohorte de 1700 niños, algo más de 800 con edades comprendidas entre los 4 y los 10 años y casi 900 niños de 11 a 18 años.
El análisis encontró que los niños de menor edad tenían índices mayores de folato, calcio, vitamina C y yodo en los días en que consumían el desayuno
El análisis mostró que los niños de menor edad tenían índices mayores de folato, calcio, vitamina C y yodo en los días en que consumían el desayuno, en comparación con los días de ayuno. Micronutrientes que se encuentran, según explica Juan Revenga, “ampliamente fortificados en los productos que habitualmente caracterizan los desayunos insanos como cereales, galletas y postres lácteos que a su vez son especialmente procesados y ricos en azúcares”.
En el caso de los más mayores, el rango de entre 11 y 18 años, solo se encontró que el nivel de calcio era más elevado en los días que consumían el desayuno. Una diferencia que los autores atribuyen de manera hipotética, y sin que hayan encontrado evidencia de ello, a niveles más altos de control parental sobre los hábitos alimenticios a una edad temprana.
Dadas las conclusiones del estudio, se pone de manifiesto que son necesarias investigaciones adicionales para tratar de saber qué alimentos son consumidos durante los desayunos y en qué cantidad se incorporan a la dieta en función de la edad, para poder identificar con más exactitud de dónde provienen las diferencias nutricionales. También es necesario proporcionar más información sobre el impacto del desayuno en la calidad de la dieta global más allá de esa primer comida del día. En opinión de Revenga, “es un error mirar solo lo que te puede llegar a faltar en términos de micronutrientes sin mirar al mismo tiempo en lo que pueden estar excediéndose esos niños en virtud de las fuentes alimentarias de las que obtengan dichos micronutrientes. No debería centrarse el foco de atención en el ‘nutricionismo’, sino que deberíamos hablar más de la calidad dietética global en referencia a los grupos de alimentos empleados”.
Actualizado: 9 de abril de 2023