Los niños tienen un elevado riesgo de enfermedades crónicas tras pasar el COVID

El COVID persistente puede desencadenar problemas renales, digestivos y cardiovasculares en niños y adolescentes, incluso meses después de la infección, por lo que es clave que estos pacientes reciban un seguimiento médico a largo plazo.
Doctora ausculta a un niño con COVID persistente

22/04/2025

Tras superar la infección por coronavirus SARS-CoV-2 algunas personas experimentan una serie de síntomas que se conocen como COVID persistente, que interfieren en sus actividades cotidianas y para los que todavía no se ha encontrado una solución. Cansancio sin causa justificada, dolor de cabeza, molestias musculares o articulares, tos persistente, dificultades para respirar o problemas para concentrarse, son solo algunos de los más de 200 síntomas que se han asociado a este trastorno pos-COVID-19.

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Ahora, una serie de recientes estudios que han llevado a cabo investigadores de la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania1 alertan de que el COVID persistente puede aumentar el riesgo de que niños y jóvenes desarrollen diversos problemas de salud graves, que incluyen enfermedades renales, gastrointestinales y cardiovasculares.

“Si bien la mayor parte de la atención pública se ha centrado en la fase aguda de la COVID-19, nuestros hallazgos revelan que los niños afrontan riesgos significativos para la salud a largo plazo que los profesionales clínicos deben monitorear”, ha declarado el autor principal, el Dr. Yong Chen, profesor del Departamento de Bioestadística y Epidemiología, en una nota publicada por la universidad.

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Estos investigadores realizaron sus en el marco de la iniciativa RECOVER (Researching COVID to Enhance Recovery), un proyecto especial patrocinado por los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) en el que participan más de 20 centro médicos que recopilaron datos anónimos de historiales clínicos electrónicos desde el inicio de la pandemia de COVID-19.

Problemas renales, gastrointestinales y cardiovasculares asociados al COVID

Los jóvenes que dieron positivo en la prueba del SARS-CoV-2 tenían un 17% más probabilidades de desarrollar enfermedad renal crónica en estadio 2 o superior (que indica daño leve con función aún conservada), y un 35% más de riesgo si se trataba del estadio 3 o superior (cuando el daño comienza a comprometer la función renal).

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Estos resultados se han publicado en JAMA Network Open2 y se basan en los historiales médicos de casi 1,9 millones de personas menores de 21 años. Se compararon los resultados de aquellos que habían dado positivo en SARS-CoV-2 con los de quienes no tuvieron infección registrada entre 2020 y 2023.

Los pacientes con enfermedad renal crónica previa que contrajeron el virus tuvieron un 15% más riesgo de sufrir complicaciones renales, como descenso del filtrado glomerular, necesidad de diálisis o trasplante, y también se observó que quienes sufrieron daño renal agudo durante la fase inicial de la infección tenían un 29% más riesgo de desarrollar problemas renales entre los tres y seis meses posteriores.

Otro de los estudios que también se ha publicado en JAMA Network Open3 se centró en trastornos digestivos como dolor abdominal, diarrea o síndrome de intestino irritable. En el análisis se incluyó a más de 1,5 millones de niños y adolescentes y los resultados mostraron que aquellos que habían dado positivo en la prueba del coronavirus tenían un 25% más probabilidades de desarrollar algún síntoma o afección gastrointestinal en la fase posterior a la infección, y un 28% más de riesgo de presentar estos síntomas de forma crónica, desde los seis meses hasta dos años después.

“Los médicos deben monitorear a los pacientes pediátricos para detectar signos y síntomas de COVID prolongado y deben estar preparados para tratar estas afecciones”

Respecto a la salud cardiovascular, los investigadores detectaron que los jóvenes con infección por SARS-CoV-2 tenían más probabilidades de desarrollar trastornos como arritmias, inflamación del corazón, dolores torácicos, palpitaciones o hipertensión, en comparación con quienes no contrajeron el virus. Estos riesgos aumentaban tanto en niños con defectos cardíacos congénitos, como en los que no los presentaban.

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Aunque los menores con defectos cardíacos congénitos ya partían de un riesgo más alto, el incremento relativo tras la infección fue similar: un 63% más. Destaca especialmente el caso de la inflamación cardíaca en niños sin defectos cardíacos congénitos, cuyo riesgo casi se triplicaba tras superar el COVID-19. En este trabajo se analizaron datos de más de 1,2 millones de pacientes pediátricos y sus hallazgos se han publicado en Nature Communications4.

Los investigadores también observaron que los efectos del COVID persistente variaban en función del grupo étnico. Por ejemplo, los niños y adolescentes asiático-americanos e isleños del Pacífico (AAPI) presentaban tasas ligeramente más altas de secuelas post-COVID en comparación con los menores blancos no hispanos, independientemente de la gravedad del cuadro inicial.

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Además, los pacientes hispanos mostraban mayor riesgo de pérdida de cabello tras haber tenido un cuadro grave de COVID, mientras que los pacientes afroamericanos no hispanos tenían un riesgo levemente menor de presentar síntomas dermatológicos relacionados con el COVID persistente.

Estos datos provienen del análisis de más de 225.000 historiales clínicos de niños y adolescentes y se recogen en el mismo artículo publicado en Nature Communications. “En general, estos hallazgos subrayan el hecho de que los médicos deben monitorear a los pacientes pediátricos para detectar signos y síntomas de COVID prolongado y deben estar preparados para tratar estas afecciones”, ha concluido el Dr. Chen.

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  • 1

    Children Face Elevated Health Risks after COVID Infection. 21 Apr. 2025, https://www.pennmedicine.org/news/news-releases/2025/april/children-face-elevated-health-risks-for-years-after-covid.

  • 2
    Lu Li, Ting Zhou, Yiwen Lu, Jiajie Chen, y Yuqing Lei. «Kidney Function Following COVID-19 in Children and Adolescents». JAMA Network Open, vol. 8, n.º 4, American Medical Association (AMA), 2025, p. e254129+, doi:10.1001/jamanetworkopen.2025.4129.
  • 3
    Dazheng Zhang, Ronen Stein, Yiwen Lu, Ting Zhou, y Yuqing Lei. «Pediatric Gastrointestinal Tract Outcomes During the Postacute Phase of COVID-19». JAMA Network Open, vol. 8, n.º 2, American Medical Association (AMA), 2025, p. e2458366+, doi:10.1001/jamanetworkopen.2024.58366.
  • 4

    Zhang, Bingyu, et al. “Cardiovascular Post-Acute Sequelae of SARS-CoV-2 in Children and Adolescents: Cohort Study Using Electronic Health Records.” Nature Communications, vol. 16, no. 1, Apr. 2025, pp. 1–12, https://doi.org/10.1038/s41467-025-56284-0.

Actualizado: 22 de abril de 2025

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