Los síntomas del COVID persistente son diferentes en niños y adolescentes

Un nuevo estudio revela cuáles son los síntomas del COVID persistente más habituales en niños y adolescentes y muestra que son distintos a los de los adultos, un hallazgo que ayudará a identificar esta afección en la población pediátrica.
Niño rompiendo una silueta del virus COVID-19 hecha en papel

26/08/2024

Existe una amplia variedad de síntomas de COVID persistente, pero, además, parece ser que no son iguales en los adultos que en los niños y adolescentes, tal y como ha revelado un nuevo estudio publicado en la revista JAMA Network, en el que los investigadores decidieron caracterizar el COVID prolongado en la infancia y adolescencia, examinando los síntomas más comunes de esta enfermedad en niños de 6 a 11 años y adolescentes de 12 a 17 años.

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Un equipo de investigadores dirigido por la Iniciativa RECOVER de los Institutos Nacionales de Salud y apoyado por su Centro de Ciencias Clínicas (CSC) en NYU Langone Health ha creado una nueva manera de identificar a los niños y adolescentes con más probabilidades de desarrollar COVID prolongado

El COVID prolongado es una condición que se caracteriza por síntomas de COVID-19 que persisten, recaen o se desarrollan dos o más meses después de la recuperación de la infección inicial por SARS-CoV-2. Se estima que aproximadamente 65 millones de personas en todo el mundo viven con COVID prolongado, y se espera que sus efectos sobre la salud global perduren durante décadas.

Los investigadores clasificaron los síntomas de COVID persistente en la población pediátrica en distintos fenotipos mediante un análisis de agrupamiento. Además, utilizaron los resultados de estas investigaciones para desarrollar un índice empírico, lo que permitirá a futuros investigadores una mayor claridad al diagnosticar y tratar esta condición.

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Los hallazgos revelaron que la patología del COVID prolongado en la infancia es diferente en comparación con los adultos, y también varía entre niños y adolescentes. Se observó que los síntomas tardan un 10% más en manifestarse en los adolescentes que en los niños (556 días frente a 506 días).

Grupos de síntomas distintos en niños en edad escolar y en adolescentes

La Iniciativa RECOVER de los NIH tiene como objetivo llenar los vacíos en el conocimiento mediante un estudio integral de esta condición. El estudio actual incluyó a 751 niños en edad escolar infectados con SARS-CoV-2 y 147 que no estaban infectados, junto con 3.109 adolescentes infectados y 1.369 que no estaban infectados, en más de 60 instituciones de salud en los Estados Unidos. El índice del estudio utilizó combinaciones de síntomas distintos para cada grupo de edad (10 síntomas en niños en edad escolar y 8 en adolescentes) para indicar la probable presencia de COVID persistente.

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Se descubrió que los niños y adolescentes experimentan síntomas prolongados después de la infección con el virus SARS-CoV-2 en casi todos los sistemas de órganos, y la mayoría tiene síntomas que afectan a más de un sistema. Se observó un patrón claro de diferencias de síntomas entre niños en edad escolar (de 6 a 11 años) y adolescentes (de 12 a 17 años), lo que subraya la necesidad de RECOVER y otros estudios que realicen un seguimiento del COVID prolongado a lo largo del tiempo, a medida que los niños se desarrollan.

“Nuestro índice de investigación es un primer paso hacia la creación de una herramienta que en el futuro podría utilizarse para identificar el COVID prolongado en niños y adolescentes, un grupo que ha sido muy poco estudiado. Sin embargo, es probable que este índice cambie y se amplíe a medida que aprendamos más, y no está destinado a ser usado como una herramienta clínica en la actualidad”, ha declarado la autora principal del estudio, la Dra. Rachel S. Gross, profesora asociada en los Departamentos de Pediatría y Salud Poblacional en NYU Langone.

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“También encontramos una relación entre el índice de estudio y la salud general, la salud física y la calidad de vida, lo que subraya el impacto significativo que tiene el COVID prolongado en niños y adolescentes”, agregó la coautora principal del estudio, la Dra. Melissa Stockwell, jefa de la División de Salud Infantil y Adolescente y profesora Felice K. Shea de Pediatría en el Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia, que también es presidenta del Comité Coordinador Pediátrico de RECOVER.

La lista original de síntomas se redujo para incluir solo aquellos presentes en al menos el 5% de los niños o adolescentes con antecedentes de infección por COVID-19. Luego, los autores del estudio utilizaron una serie de técnicas estadísticas para determinar las probabilidades de que una persona tuviera cada síntoma persistente, comparando a quienes habían sido previamente infectados con aquellos que nunca lo estuvieron.

“Nuestro índice de investigación es un primer paso hacia la creación de una herramienta que en el futuro podría utilizarse para identificar el COVID prolongado en niños y adolescentes”

Entre los 5.376 participantes del estudio, los investigadores encontraron que 18 síntomas en niños en edad escolar y 17 en adolescentes eran los más comunes en aquellos con antecedentes de infección por COVID en comparación con aquellos sin antecedentes, con 14 síntomas compartidos entre los dos grupos de edad.

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Luego, los investigadores emplearon una técnica estadística llamada LASSO para determinar los síntomas de COVID-19 a largo plazo más predictivos y los incluyeron en su ‘índice de investigación de PASC’: PASC se refiere al nombre técnico para el COVID prolongado, secuelas post-agudas de la infección por SARS-CoV-2.

Los síntomas incluidos en el índice para niños fueron problemas de memoria o concentración, dolor de espalda o cuello, dolor abdominal, dolor de cabeza, fobias, negarse a ir a la escuela, picazón en la piel o sarpullido, problemas para dormir, náuseas o vómitos, y sentirse mareado o aturdido. En adolescentes, los síntomas más predictivos fueron cambio o pérdida del olfato o gusto; dolor corporal, muscular o articular; cansancio diurno; cansancio al caminar; dolor de espalda o cuello; problemas de memoria o concentración; dolor de cabeza; y sentirse mareado o aturdido.

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Curiosamente, el equipo de investigación encontró que la proporción de niños que reportaron al menos un síntoma no era tan diferente entre aquellos con y sin una infección previa por COVID. El índice de investigación (que medía un grupo de síntomas) fue más eficaz para distinguir entre aquellos con y sin antecedentes de infección.

Finalmente, los investigadores encontraron cuatro grupos de síntomas distintos en niños en edad escolar y tres en adolescentes, lo que sugiere que podrían existir diferentes tipos de COVID prolongado en los niños. En el futuro, el equipo de investigación buscará determinar si estos grupos pediátricos están asociados con diferentes mecanismos de la enfermedad, lo cual sería crucial para identificar objetivos de tratamiento en futuros ensayos clínicos pediátricos.

Actualizado: 26 de agosto de 2024

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