Niños con parálisis cerebral consiguen movilidad con una nueva terapia

Una nueva terapia experimental que se basa en una serie de implantes eléctricos que se colocan en la médula espinal y un aparato que se encarga de modular una señal eléctrica ha conseguido estimular la capacidad de movimiento en 16 niños con parálisis cerebral, tal como muestran los resultados de un estudio piloto que se ha publicado en Nature Communications.

Los investigadores que han realizado el ensayo han explicado que todos los niños que han sido tratados con esta tecnología han experimentado mejoras entre cuatro y ocho semanas después de haber comenzado la terapia, con la que se ha logrado “mejorar la función sensorial y motora” de pacientes de entre dos y 16 años con diferentes grados de parálisis, algo que es la primera vez que se consigue en niños, según afirman. La nueva terapia ha sido desarrollada por la Dra. Susan Hastings y el Dr. Reggie Edgerton.

Este es el primer estudio piloto que se lleva a cabo con este tipo de tecnología en niños y ha sido liderado por la empresa biomédica 'SpineX'. Se ha utilizado la misma herramienta con la que ya se había conseguido que tres adultos parapléjicos a causa de un accidente volvieran a caminar, correr y realizar otras actividades empleando implantes eléctricos. Este caso es diferente, ya que los niños en los que se ha estimulado el movimiento no habían tenido antes la capacidad de moverse, como si ocurría en el caso de los adultos del estudio anterior.

La nueva tecnología ha logrado “mejorar la función sensorial y motora” en niños de dos a 16 años con parálisis cerebral entre cuatro y ocho semanas después de haber comenzado la terapia

“Mi hijo ahora es capaz de sentarse y mantenerse erguido de manera más estable que antes, tiene más control de su cabeza y hasta ha mejorado su capacidad de observar qué ocurre a su alrededor”, ha declarado la madre de uno de los niños tratados que han participado en este estudio piloto.

Cómo funciona la terapia experimental en niños con parálisis cerebral

La parálisis cerebral es una enfermedad de la que cada año se diagnostican alrededor de 10.000 nuevos casos y que se produce debido a un daño en el cerebro durante el desarrollo prenatal. Los síntomas de la parálisis cerebral se caracterizan por trastornos en el movimiento que afectan a la capacidad del paciente para moverse y mantener el equilibrio y la postura. No existen tratamientos para prevenir ni curar la enfermedad.

El Dr. Josep M. Tormos, director de investigación del Instituto Guttmann de neurorrehabilitación, ha explicado en una entrevista concedida El Periódico de Catalunya, cómo funciona esta tecnología. Según este experto independiente, entre las funciones del sistema nervioso está controlar una serie de reflejos para que el organismo funcione correctamente. En el caso del movimiento, nuestro cerebro no solo indica cuándo y cómo movemos una pierna, sino que también da órdenes para inhibir movimientos. Pero, cuando se produce una lesión, este proceso se altera, y por ello las personas que han sufrido lesiones medulares pierden el control de su cuerpo, y no solo pueden perder parte de su movilidad, sino que además pueden desarrollar movimientos involuntarios.

Las técnicas de estimulación con electrodos intervienen en estos procesos que se han deteriorado para intentar “reconfigurar las reglas del juego”, indica el Dr, Tormos. En el caso de los adultos lesionados el objetivo de los implantes es restablecer las conexiones neuronales que se han perdido. En los niños con parálisis cerebral, sin embargo, el reto es mayor, ya que es necesario crear señales que hasta el momento no habían existido. “El estudio presentado este miércoles marca un hito más en el desarrollo de este tipo de tecnologías”, afirma el especialista.

Esta nueva terapia con electrodos para niños con parálisis cerebral se encuentra en fase de estudio y desarrollo. La Agencia Americana del Medicamento (FDA) ha incluido el dispositivo de SpineX en su programa de innovación tecnológica para promover la investigación de este producto y acelerar los trámites para su aprobación. La intención de sus creadores es iniciar un ensayo clínico en 2023 y, si los resultados confirman sus beneficios, solicitarán la autorización oficial para el tratamiento de la parálisis cerebral en niños, aunque este proceso podría tardar años.