Primera vacuna contra la malaria ha protegido ya a 1 millón de niños
21/04/2022
Más de un millón de niños en Ghana, Kenia y Malawi han recibido una o más dosis de la primera vacuna antipalúdica del mundo, gracias a un programa piloto coordinado por la OMS. Las pruebas piloto de la vacuna antipalúdica, realizadas por primera vez en abril de 2019 por el Gobierno de Malawi, han demostrado que la vacuna RTS,S/AS01 (vacuna antipalúdica RTS,S) es segura, su administración es viable, y reduce sustancialmente la forma grave y mortal de la enfermedad.
Estos hallazgos han allanado el camino para que se produzca la histórica recomendación de la OMS de octubre de 2021 de utilizar de forma extensa la vacuna antipalúdica RTS,S en niños que viven en zonas donde la transmisión de la enfermedad es entre moderada y alta. Si se suministra ampliamente, la OMS calcula que la vacuna podría salvar la vida de otros 40.000 a 80.000 niños africanos cada año.
Gavi, la Alianza para las Vacunas ha garantizado más de 155 millones de dólares para apoyar la introducción, adquisición y entrega de la vacuna antipalúdica en los países del África subsahariana que reúnen las condiciones que exige la organización. Los países disponen de orientación de la OMS para cuando se planteen si utilizar, y cómo, la vacuna antipalúdica RTS,S como un instrumento adicional de reducción de muertes y casos infantiles de malaria.
"En los inicios de mi carrera como investigador de la malaria soñaba con el día en que tendríamos una vacuna eficaz contra esta devastadora enfermedad", dijo el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS. "Esta vacuna no es solo un avance científico, sino un cambio para la vida de las familias de toda África. Demuestra el poder de la ciencia y la innovación para la salud. Aun así, se necesita desarrollar urgentemente más y mejores instrumentos para salvar vidas e impulsar el progreso hacia un mundo exento de paludismo".
Perspectivas de nuevas intervenciones
La vacuna antipalúdica RTS,S es una vacuna de primera generación que podría complementarse en el futuro con otras vacunas de eficacia similar o superior. La OMS acoge con satisfacción los avances realizados en el desarrollo de R21/Matrix-M y otras vacunas experimentales antipalúdicas en las primeras fases de desarrollo clínico. Para valorar la seguridad y eficacia de estas vacunas será importante finalizar con éxito los ensayos clínicos. La OMS también acoge con satisfacción la noticia de BioNTech, fabricante de la vacuna Pfizer-BioNTech contra la COVID-19, sobre su intención de desarrollar una vacuna antipalúdica utilizando tecnología de ARNm.
En el ámbito del control de vectores, se ha presentado a la OMS una serie de nuevos instrumentos y tecnologías para su evaluación. Si se demuestra su eficacia en el control de la enfermedad, la OMS formulará nuevas recomendaciones o modificará las existentes para apoyar su distribución. Algunos de estos son, por ejemplo, nuevos tipos de mosquiteros tratados con insecticida, repelentes espaciales de mosquitos, soluciones de genética dirigida y cebos de azúcar diseñados para atraer y matar a los mosquitos Anopheles.
También se están preparando nuevos medicamentos. La OMS acoge con satisfacción la reciente aprobación por el organismo de regulación australiano, la Therapeutic Goods Administration, de los comprimidos dispersables de tafenoquina de dosis única para la prevención del paludismo por P. vivax en niños. La tafenoquina también ha sido aprobada para su uso en adultos por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos y por organismos reguladores de medicamentos en otros países, entre ellos Brasil, Perú y Tailandia. Como dosis única, se espera que la tafenoquina apoye la adhesión al tratamiento. Según el protocolo actual se exige un curso de medicación de 7 o 14 días.
Se están desarrollando otros medicamentos antipalúdicos con nuevos modos de acción para el tratamiento de casos sin complicaciones y casos graves de malaria. Ganaplacide-Lumefantrine, actualmente en un ensayo clínico de fase 2, es el primer tratamiento combinado sin artemisinina y podría ser un activo en la lucha contra la incipiente malaria farmacorresistente en África.
Además de la farmacorresistencia, la OMS ha informado de otras amenazas apremiantes en la lucha contra el paludismo, como la resistencia de los mosquitos a los insecticidas, un vector invasivo del paludismo que prospera en zonas urbanas y rurales, y la aparición y propagación de parásitos mutados de P. falciparum que están socavando la eficacia de las pruebas de diagnóstico rápido. La innovación en instrumentos y estrategias será fundamental para contener esas amenazas, así como un uso más estratégico de los instrumentos disponibles hoy en día.
La OMS solicita más inversión frente a la malaria
Según el Informe mundial sobre el paludismo de 2021, los avances a nivel mundial en la reducción de casos y muertes por la enfermedad se han desacelerado o estancado en los últimos años, particularmente en los países más afectados. En el informe se señala la necesidad de seguir innovando en la investigación y desarrollo de nuevos instrumentos para alcanzar las metas mundiales de 2030 de la estrategia de la OMS contra la malaria.
El financiamiento de la investigación y desarrollo sobre el paludismo alcanzó poco más de 619 millones de dólares en 2020. Para el periodo de 2021 a 2030 se necesitará una inversión promedio anual de 851 millones de dólares.
Aprovechar mejor los instrumentos disponibles actualmente
Alcanzar las metas mundiales en relación con la malaria también requerirá innovaciones sobre cómo se utilizan los instrumentos disponibles actualmente. A través de la estrategia de De gran carga a gran impacto, puesta en marcha en 2018 por la OMS y la Alianza RBM para Poner Fin a la Malaria, los países más afectados por la enfermedad recopilan y analizan datos sobre la malaria para comprender mejor la propagación geográfica de la enfermedad.
En lugar de aplicar la misma estrategia para el control de la malaria en todas partes, esos países están estudiando el posible efecto de utilizar conjuntos personalizados de medidas basadas en datos locales y el contexto de la enfermedad. Esos análisis permitirán a los países utilizar los fondos disponibles de una manera más eficaz, eficiente y equitativa.
La vacuna antipalúdica RTS,S y el programa piloto
La orientación de la OMS ya está disponible para los países que se planteen si utilizar, y cómo, la vacuna antipalúdica RTS,S en sus estrategias nacionales de control de la malaria. La recomendación de la OMS sobre la vacuna se agregó recientemente a las directrices consolidadas de la Organización sobre esta enfermedad. Además, la OMS también ha publicado un documento de posición actualizado sobre la vacuna.
Hasta la fecha, en el uso rutinario, la vacuna ha sido bien aceptada por las comunidades africanas. Se espera que la demanda de la vacuna supere a la oferta en el corto y mediano plazo; la capacidad actual de producción de la vacuna es, como máximo, de 15 millones de dosis por año, mientras que se calcula que la demanda supere los 80 millones.
La OMS está trabajando con sus asociados para aumentar el suministro mediante un incremento de la capacidad de fabricación de la vacuna antipalúdica RTS,S y facilitando el desarrollo de otras vacunas antipalúdicas de primera y próxima generación. Para ofrecer orientación sobre dónde suministrar las primeras dosis de la vacuna, la OMS está coordinando la elaboración de un marco para la asignación de un suministro limitado de vacunas antipalúdicas; el objetivo es dar prioridad a las zonas de mayor necesidad y mayor carga de malaria hasta que la oferta satisfaga la demanda.
El programa piloto para la vacuna antipalúdica RTS,S es posible gracias a una colaboración sin precedentes entre asociados nacionales e internacionales, incluidos los ministerios de salud de Ghana, Kenya y Malawi; asociados en la evaluación en los países; PATH, GSK, UNICEF y otros, y los organismos de financiación de Gavi, el Fondo Mundial y Unitaid. La vacuna antipalúdica RTS,S es el resultado de 30 años de investigación y desarrollo de GSK, en asociación con PATH y con el apoyo de una red de centros de investigación africanos.
Fuente: OMS
Actualizado: 5 de mayo de 2023