Un exoesqueleto permite caminar a niños con atrofia muscular espinal
04/12/2017
El primer exoesqueleto destinado a niños con atrofia muscular espinal (AME), una enfermedad genética degenerativa que provoca una debilidad muscular generalizada que impide caminar y genera otras complicaciones como escoliosis u osteoporosis, ha superado las pruebas de la fase preclínica, tras ocho años de trabajo, y ya se encuentra en el servicio de rehabilitación del Hospital Infantil Universitario Sant Joan de Déu, de Barcelona, donde permanecerá durante todo 2018.
El exoesqueleto, que pesa 12 kilos y está elaborado con titanio y aluminio, ha sido desarrollado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y contiene varios motores que emulan las funciones de los músculos proporcionando al usuario la fuerza que necesita para poder mantenerse en pie y caminar. Está indicado para niños afectados por AME de entre tres y 14 años, que lo utilizarán como parte de su entrenamiento muscular, ya que la seguridad y eficacia de este dispositivo se han comprobado en un ensayo previo que ha durado tres meses.
El exoesqueleto contiene varios motores que emulan las funciones de los músculos, proporcionando al pequeño la fuerza que necesita para poder mantenerse en pie y caminar
Elena García, investigadora del CSIC y autora principal del proyecto, ha declarado que el objetivo que persiguen no es rehabilitar, sino retrasar la degeneración asociada a esta clase de patologías neuromusculares, como por ejemplo la deformación de la espalda. Además, según esta científica, el impacto que ha tenido en los niños durante los ensayos ha sido muy positivo, tanto a nivel físico como psicológico, porque además de lograr caminar con facilidad, no se fatigaban, y no dejaban de sonreír y de intentar avanzar un poco más.
Un robot pediátrico con un objetivo muy ambicioso
Actualmente se están fabricando siete exoesqueletos infantiles más que se ofrecerán a otros centros hospitalarios con la misma finalidad, pero sus creadores tienen un objetivo más ambicioso todavía por cumplir, y es que esta herramienta llegue a integrarse en la vida diaria de estos pacientes. Que se lo pongan cuando se levanten, explica Elena García, y lo lleven para ir al colegio, de forma que puedan ser autónomos, teniendo en cuenta las limitaciones de la enfermedad.
En definitiva, pretenden incorporar el exoesqueleto como un sustituto de la silla de ruedas, un uso que podría extenderse a otras patologías que también interfieran en la capacidad de caminar. Y, aunque ahora suene a ciencia ficción, la investigadora añade que tal vez en un futuro el prototipo podría dar lugar a una estructura de material biocompatible que se desarrolle en el interior del cuerpo, que es algo hacia lo que se dirige la tecnología, porque ya se trabaja en la posibilidad de introducir electrónica en el cerebro.
Actualmente, el coste de la fabricación de cada unidad del exoesqueleto es de alrededor de 30.000 euros, y se ha tenido en cuenta la normativa europea para conseguir la certificación CE. Se estima que en España hay unos 120.000 niños que padecen enfermedades que les impiden andar –como espina bífida o parálisis cerebral–, y que esta cifra asciende a 700.000 en Europa, y 17 millones a nivel mundial, por lo que fabricar el prototipo a escala industrial y que resultara accesible para los pacientes supondría una gran mejora en su calidad de vida y la de sus familias.
Actualizado: 20 de enero de 2022