Ver mucha tele en la infancia reduce la calidad ósea
26/07/2016
Los niños que ven mucho la televisión a lo largo de su infancia presentan menos masa ósea al llegar a la edad adulta, y esto les puede hacer más propensos a desarrollar osteoporosis y sufrir fracturas de huesos, según revela un estudio que han realizado investigadores de la Curtin University de Perth, en Australia.
En la investigación, que se ha publicado en Journal of Bone and Mineral Research, se han analizado los datos de más de mil niños y adolescentes menores de 20 años, edad a la que la masa ósea se encuentra en su punto álgido, con el objetivo de comprobar si existían diferencias dependiendo del tiempo que habían permanecido viendo la televisión durante su niñez.
El consumo excesivo de televisión en la infancia afecta a los huesos porque impide que se obtengan los beneficios del ejercicio físico, y porque el sedentarismo provoca una respuesta fisiológica que perjudica la salud ósea
Los padres de los niños, mientras estos eran pequeños, y los propios menores, a medida que crecían, referían el tiempo que pasaban frente al televisor a la edad de 5, 8, 10, 14, 17 y 20 años. Los investigadores hicieron entonces tres grupos basándose en el tiempo invertido en este pasatiempo; de esta forma, el 20% veía la tele menos de 14 horas a la semana tanto en la infancia como en la adolescencia, más del 40% la veía más de 14 horas semanales, y un 35% que en principio tenía un consumo bajo, lo aumentó con el transcurso de los años.
A la edad de 20 años se sometió a los jóvenes a una prueba de rayos X para valorar su nivel óseo, teniendo en cuenta factores como el IMC (índice de masa corporal), la altura, su actividad física, su consumo de alcohol y tabaco, así como la ingesta de calcio y los niveles de vitamina D, y se observó que aquellos que habían permanecido más tiempo frente al televisor desde pequeños presentaban una menor masa ósea.
Según los expertos, el consumo excesivo de televisión en la infancia tiene consecuencias negativas sobre los huesos porque por una parte no se obtienen los beneficios del ejercicio físico y, por otra, el sedentarismo provoca una respuesta fisiológica que perjudica la salud ósea, y que aumenta el riesgo de fractura en caso de sufrir una caída.
Actualizado: 17 de octubre de 2017