Así ha afectado el coronavirus a la cantidad y calidad del sueño

El confinamiento por coronavirus, la falta de clases y el teletrabajo han alterado la cantidad y calidad del sueño de las personas, que han visto aumentadas las horas de descanso y reducido el jet lag social, según un estudio.
Calidad del sueño deficiente debido al coronavirus

11/06/2020

La pandemia por coronavirus ha supuesto un cambio radical en el día a día de todos los países afectados, que ya ascienden a 188. Los niños han dejado de ir a clases presenciales, que han sido sustituidas por lecciones online, los trabajadores cuyas tareas se podían hacer en casa han comenzado el teletrabajo y la falta de ocio fuera de las cuatro paredes del hogar ha hecho que la cantidad y calidad del sueño hayan variado.

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Para analizar los efectos del confinamiento sobre el sueño de las personas, miembros de la Universidad de Basilea (Suiza), la Universidad de Colorado y la Universidad de Washington, entre otros, han llevado a cabo dos estudios que se han publicado en la revista Current Biology. El primero analizó el sueño de 435 personas de más de 18 años que vivían en Alemania, Austria y Suiza, y encontró que los participantes habían dormido más de media durante la etapa más restrictiva de la pandemia, unos 15 minutos extra, lo que había dado como resultado menos desfase del horario social (también conocido como jet lag social), aunque refirieron una disminución en la calidad de su descanso.

El 92% durmió las 7 horas recomendadas durante el confinamiento

En el segundo de los estudios se encontró que la calidad del sueño se vio resentida por la COVID-19, según datos autoinformados de 139 estudiantes universitarios, que habían dejado de acudir a las aulas y estaban dando clase a distancia. Esto, según los investigadores, podría ser resultado de un aumento de la carga de las personas durante esta dura etapa de confinamiento.

Los participantes del estudio durmieron de media 30 minutos más los días laborables y 24 minutos más durante el fin de semana

Estos estudiantes durmieron de media 30 minutos más durante los días laborables y unos 24 minutos más en fines de semana, siendo su descanso más regular y con un menor desfase social. No obstante, se encontraron alteraciones en la hora de acostarse de los participantes, que lo hicieron 50 minutos más tarde en los días de entre semana, y unos 25 minutos más tarde durante el fin de semana.

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Como consecuencia del confinamiento, el 92% de los estudiantes consiguió alcanzar las 7 horas de sueño diarias recomendadas, frente al 84% que ya cumplía con este tiempo antes del confinamiento. Todo esto, según explican los autores, indica que la flexibilización en los horarios sociales podría mejorar la cantidad del sueño, algo que se sabe que es beneficioso para la salud, pues reduce el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, obesidad, diabetes, ansiedad y depresión e incluso otros problemas como somnolencia matutina, además de aumentar el rendimiento en los estudios y en el trabajo.

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Actualizado: 5 de mayo de 2023

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