Contaminación acústica e incendios amenazas para el planeta y la salud
18/02/2022
Muchas veces se subestiman los riesgos que supone la contaminación acústica, sin embargo, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha publicado un informe en el que afirma que este tipo de polución, junto con el gran número de incendios forestales que se están produciendo, son una gran amenaza para la salud y para el bienestar de las personas, además de causar problemas medioambientales.
Y es que, según el informe Fronteras 2022: ruido, llamas y desequilibrios, los sonidos estridentes o no deseados que se mantienen de manera prolongada, como los del tráfico, las actividades de ocio o el ferrocarril, pueden dañar la salud física y mental de las personas, causando molestias crónicas y alteraciones en el sueño. Estas alteraciones pueden generar más problemas a su vez, como enfermedades cardiacas y trastornos auditivos o metabólicos, como la diabetes.
Según las cifras aportadas por la ONU, cada año en la Unión Europea se dan unas 12.000 muertes prematuras causadas por la contaminación acústica, lo que viene a ser un afectado por cada cinco ciudadanos. Por ejemplo, en ciudades como Islamabab, Bangkok, Argel, Damasco, Ho Chi Minh City, Nueva York o Ibadan, se superan cada día los niveles de ruido aceptables sin que apenas se tenga conciencia de sus efectos.
Unas 12.000 muertes prematuras causadas por la contaminación acústica se notifican cada año en la Unión Europea
El grupo más vulnerable a estos sonidos fuertes y prolongados son las personas más jóvenes, las personas mayores y las comunidades marginadas que viven cerca de las carreteras con mucho tráfico y que están lejos de zonas verdes con vegetación. Por supuesto, no hay que olvidarse de los animales que viven en o cerca de las ciudades, como las mascotas, insectos u aves.
Incendios más frecuentes, intensos y duraderos
Estos han sido los adjetivos con los que la ONU ha descrito a los incendios forestales. “Entre 2002 y 2016 se quemó una media de 423 millones de hectáreas de la superficie terrestre, aproximadamente el tamaño de la Unión Europea. Aunque los incendios forman parte natural del sistema de la tierra, en los últimos años se están volviendo más frecuentes, intensos y duraderos y esto, probablemente, se deba al cambio climático y a la influencia del ser humano”, destacan desde la ONU.
Y es que, el propio cambio climático puede desembocar en la aparición de incendios, pues genera relámpagos que pueden ser la chispa que encienda un nuevo foco del incendio. Los incendios tienen un gran impacto a corto y largo plazo sobre la salud, ya que, además de los problemas de evacuaciones, también pueden agravar los efectos de enfermedades anteriores en mujeres, niños, personas mayores y en aquellos que son vulnerables.
Además de todos estos riesgos, el carbono negro y otros contaminantes que se generan en los incendios forestales pueden contaminar las fuentes de agua de la Tierra, acelerar el deshielo de los glaciares, causar desprendimientos de tierra peligrosos y convertir los bosques tropicales en sumideros de carbono.
“Entre 2002 y 2016 se quemó una media de 423 millones de hectáreas de la superficie terrestre, aproximadamente el tamaño de la Unión Europea”
La alteración en el ciclo vital de los animales y plantas es el tercer punto de interés que destaca la ONU, pues el cambio climático está cambiando el ritmo natural biológico de plantas y animales, que usan la temperatura, las horas que dura el día o la cantidad de lluvia para saber cuándo sacar sus hojas, florecer, dar frutos, criar, anidar, polinizar, migrar o transformarse.
Soluciones que propone la ONU
La ONU no solo ha alertado de estas grandes amenazas, sino que también ha lanzado posibles soluciones para cada una de ellas. De esta manera, indica que para combatir la contaminación acústica urbanita se debe incrementar las zonas verdes disponibles en las ciudades. Esto tiene su explicación, y es que la vegetación absorbe la energía acústica, dispersa el ruido y amplifica los sonidos, además de atraer a los animales y mejorar el paisaje.
Otra posible medida es la mejora y aumento de los carriles bici, de esta manera se reduce el espacio para el tráfico y se ofrece la posibilidad de una ruta alternativa para el transporte, mucho más ecológica. “Por su parte, las zonas de bajas emisiones fomentan la movilidad eléctrica, lo que contribuye de nuevo a la reducción del ruido, además de mejorar la calidad del aire”, indican.
En cuanto a los incendios forestales, las soluciones se centran en una mayor inversión para reducir los riesgos de incendios forestales, además de aumentar el desarrollo de enfoques de gestión de la prevención y la respuesta ante estas situaciones, y que se ponga más empeño y financiación en las capacidades de teledetección, como satélites, radares y la detección de rayos.
Por último, desde la ONU explican que “es crucial mantener los hábitats adecuados y la conectividad ecológica, fortalecer la integridad de la diversidad biológica y coordinar los esfuerzos internacionales a lo largo de las rutas migratorias”, Además, hacen hincapié en que se tomen medidas para reducir los niveles de dióxido de carbono (CO2), que reduciría los efectos del calentamiento global.
Actualizado: 5 de mayo de 2023