Culpan al estilo de vida por el freno de la esperanza de vida en Europa
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20/02/2025
Durante décadas la esperanza de vida en Europa fue mejorando progresivamente, pero, a partir de 2011, y a pesar de que la pandemia por COVID-19 que provocó millones de muertos todavía quedaba lejos, este avance empezó a ralentizarse y las razones por las que ha ocurrido siguen generando debate en la comunidad científica.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ya había alertado en 2018 sobre la desaceleración en la mejora de la esperanza de vida en Europa y recomendó que se llevara a cabo un análisis profundo que permitiera comprender las causas. Posteriormente, la pandemia agravó la situación en muchos países.
Por ello, un grupo de investigadores ha analizado ahora cómo los factores de riesgo y las principales causas de muerte influyeron en los cambios en la esperanza de vida en distintos países europeos antes y durante la pandemia. Sus conclusiones se han publicado en la revista The Lancet Public Health1.
Factores de riesgo asociados al descenso de la longevidad
Los investigadores han empleado datos del estudio ‘Global Burden of Diseases, Injuries, and Risk Factors Study 2021’2, comparando la evolución de la esperanza de vida, las causas de muerte y la exposición de la población a factores de riesgo en 16 países del Espacio Económico Europeo –como Austria, Francia, Alemania, Italia y España– y en las cuatro naciones del Reino Unido (Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte).
Se analizaron tres periodos de tiempo: 1990-2011, 2011-2019 y 2019-2021 y los investigadores calcularon los cambios en la esperanza de vida y examinaron cómo las distintas causas de muerte y los factores de riesgo afectaron a estos cambios. Entre 1990 y 2011, todos los países mostraron un aumento medio anual en la esperanza de vida de 0,23 años.
Entre 2011 y 2019, este ritmo de mejora se redujo a 0,15 años en promedio, con la única excepción de Noruega, donde el aumento anual pasó de 0,21 a 0,23 años. En el resto de los países la desaceleración varió y la mayor caída en la tasa de mejora se observó en Inglaterra. Durante la pandemia (2019-2021), la esperanza de vida disminuyó en casi todos los países, con una media de -0,18 años por año. Solo Irlanda, Islandia, Suecia, Noruega y Dinamarca lograron mantener un leve aumento, mientras que en Bélgica no se produjeron cambios.
Noruega, Islandia, Bélgica, Dinamarca y Suecia mantuvieron la mejora en la esperanza de vida después de 2011 gracias a una gestión más eficaz de las enfermedades cardiovasculares y el cáncer
La clave del aumento de la esperanza de vida entre 1990 y 2011 fue la reducción de muertes por enfermedades cardiovasculares y cáncer, mientras que, entre 2011 y 2019, el freno en la reducción de muertes por enfermedades cardiovasculares fue el principal responsable del menor ritmo de mejora. Durante la pandemia, las infecciones respiratorias y el COVID-19 provocaron un claro descenso en la esperanza de vida.
En 2019, las principales enfermedades cardiovasculares y el cáncer estuvieron relacionadas con factores de riesgo como la hipertensión arterial, una dieta poco saludable, el tabaco, el colesterol alto, el sobrepeso, el consumo de alcohol y la falta de actividad física. Los resultados del análisis han revelado que, aunque en todos los países se redujo la exposición al tabaco, la obesidad y el sobrepeso aumentaron de forma generalizada desde 1990 hasta 2021.
Estrategias para mejorar la salud de la población a largo plazo
Noruega, Islandia, Bélgica, Dinamarca y Suecia fueron los países que mantuvieron la mejora en la esperanza de vida después de 2011 y lo consiguieron gracias a una gestión más eficaz de las enfermedades cardiovasculares y el cáncer, probablemente debido a políticas gubernamentales efectivas. También fueron los que afrontaron mejor el impacto de la pandemia de COVID-19.
Por el contrario, los países en los que la pandemia tuvo efectos más negativos también fueron aquellos donde la mejora en la esperanza de vida se desaceleró a partir de 2011, lo que sugiere que las políticas gubernamentales que promueven la salud pública no solo mejoran la calidad de vida, sino que fortalecen la capacidad de resistencia ante futuras crisis sanitarias.
Los investigadores destacan en su artículo que para mejorar la salud de la población a largo plazo es fundamental que los gobiernos adopten estrategias para reducir los factores de riesgo clave. Esto incluye promover dietas más saludables, fomentar la actividad física y controlar los factores comerciales que influyen negativamente en la salud, garantizando también el acceso equitativo a servicios médicos de calidad.
Este estudio ha permitido evaluar cómo la evolución de las enfermedades cardiovasculares y el cáncer, así como los cambios en la exposición a ciertos factores de riesgo, influyeron en la esperanza de vida en Europa en las últimas décadas. La evidencia sugiere que las políticas de salud pública que reducen los principales factores de riesgo pueden marcar una diferencia significativa, incluso en momentos de crisis sanitaria global, concluyen sus autores.
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Steel, Nicholas et al. Changing life expectancy in European countries 1990–2021: a subanalysis of causes and risk factors from the Global Burden of Disease Study 2021. https://www.thelancet.com/journals/lanpub/article/PIIS2468-2667(25)00009-X/fulltext
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Murray, Christopher J L. Findings from the Global Burden of Disease Study 2021. The Lancet, Volume 403, Issue 10440, 2259 - 2262. https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(24)00769-4/abstract
Actualizado: 20 de febrero de 2025