Dormir más y mejor ayuda a que el corazón se recupere tras un infarto

Tras sufrir un infarto el corazón envía señales al cerebro para aumentar el sueño y esto ayuda a reducir la inflamación y acelera la recuperación, lo que subraya la importancia de dormir bien como parte del tratamiento postinfarto.
Persona durmiendo tras haber sufrido un infarto

31/10/2024

Un sueño de buena calidad tiene numerosos beneficios para la salud y el bienestar emocional, pero, además, puede tener propiedades reparadoras, ya que un nuevo estudio ha comprobado que, tras sufrir un infarto, el corazón puede provocar en el cerebro un aumento del deseo de dormir para facilitar su recuperación y reducir la inflamación.

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Este hallazgo es fruto de una investigación realizada por científicos del hospital Mount Sinai de Nueva York y muestra por primera vez cómo el corazón y el cerebro se comunican a través del sistema inmunitario para promover el sueño y facilitar la recuperación tras un evento cardiovascular grave.

Los resultados se han publicado en la revista Nature y ponen de relieve la importancia de un descanso adecuado después de un infarto, sugiriendo que el sueño debería considerarse una parte esencial del cuidado postinfarto, inclusive en las unidades de cuidados intensivos, donde el sueño suele interrumpirse, y la rehabilitación cardíaca.

El autor principal del estudio, Cameron McAlpine, Profesor Asistente de Medicina y Neurociencia en la Escuela de Medicina Icahn del Mount Sinai, ha afirmado en una nota publicada por el centro: “Este estudio es el primero en demostrar que el corazón regula el sueño durante una lesión cardiovascular utilizando el sistema inmunológico para enviar señales al cerebro. Nuestros datos muestran que después de un infarto de miocardio, el cerebro experimenta profundos cambios que aumentan el sueño y que en las semanas posteriores a un ataque al corazón la abundancia y el impulso del sueño aumentan”.

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“Descubrimos que la neuroinflamación y el reclutamiento de células inmunes llamadas monocitos en el cerebro después de un infarto de miocardio es una respuesta beneficiosa y adaptativa que aumenta el sueño para permitir la curación del corazón y la reducción de la inflamación cardíaca dañina”, añade.

El estrés y la inflamación disminuyen durante el sueño

Los investigadores del Instituto de Investigación Cardiovascular de Mount Sinai realizaron sus primeros experimentos con modelos de ratones, a los cuales se les indujo un infarto. Monitorizaron las señales eléctricas del cerebro y analizaron sus patrones de sueño con dispositivos de electroencefalografía. Tras el infarto, detectaron un incremento triple en el sueño de ondas lentas, una fase profunda del sueño caracterizada por ondas cerebrales lentas y baja actividad muscular. Este aumento del sueño apareció rápidamente tras el infarto y duró una semana.

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Al analizar los cerebros de los ratones con infarto, observaron que células inmunitarias llamadas monocitos se dirigían al cerebro a través del torrente sanguíneo y activaban una proteína llamada factor de necrosis tumoral (TNF) en el tálamo, lo que provocaba el aumento del sueño. Nada de esto ocurrió en los ratones sin infarto.

“Este estudio es el primero en demostrar que el corazón regula el sueño durante una lesión cardiovascular utilizando el sistema inmunológico para enviar señales al cerebro”

Mediante la manipulación de las señales neuronales de TNF en el tálamo, descubrieron que el cerebro dormido usa el sistema nervioso para enviar señales al corazón, reduciendo el estrés y favoreciendo la recuperación y la disminución de la inflamación. Al interrumpir el sueño de algunos ratones después de un infarto, notaron que la respuesta de estrés en el corazón y la inflamación aumentaban, dificultando la recuperación.

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En estudios adicionales con humanos, los investigadores observaron un incremento de monocitos en el cerebro de pacientes uno o dos días después de un infarto. También analizaron el sueño de más de 80 pacientes en las semanas posteriores al evento. Los pacientes que durmieron mal tuvieron el doble de riesgo de sufrir otro evento cardiovascular y mostraron una menor mejora en la función cardíaca en comparación con aquellos que durmieron bien.

Finalmente, en un estudio de cinco semanas con adultos sanos, la mitad de los participantes durmió las horas recomendadas, mientras que la otra mitad tuvo un sueño restringido. Aquellos con sueño restringido mostraron respuestas de estrés e inflamación similares a las observadas en los ratones. Esto sugiere que el sueño podría ser clave en la recuperación cardíaca tras un infarto, y los médicos deberían recomendar a sus pacientes priorizar el descanso durante la rehabilitación cardíaca para favorecer la sanación del corazón.

Actualizado: 31 de octubre de 2024

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