El calor extremo puede acelerar tu envejecimiento biológico dos años

En los últimos años estamos asistiendo a un aumento de las temperaturas con graves consecuencias para el medioambiente y la salud de las personas, especialmente en grupos de población vulnerable, como enfermos crónicos y adultos mayores. Un ejemplo de ello es lo que está sucediendo en Europa, donde fallecen alrededor de 175.000 personas cada año por causas relacionadas con el calor, según ha advertido la Organización Mundial de la Salud (OMS)1.

Cada vez más estudios científicos indagan en el impacto del calor extremo en los seres humanos y una nueva investigación de la Escuela de Gerontología Leonard Davis de la USC2 sugiere ahora que una mayor exposición a temperaturas extremas podría acelerar el envejecimiento biológico en personas mayores. Un hallazgo que añade una nueva preocupación sobre los efectos del cambio climático y las olas de calor en la salud a largo plazo y el proceso de envejecimiento a nivel molecular.

Jennifer Ailshire, autora principal del estudio y profesora de gerontología y sociología en la USC, ha indicado en una nota publicada por la USC que las personas que viven en vecindarios con más días de calor intenso muestran, en promedio, un envejecimiento biológico más acelerado en comparación con aquellos que residen en zonas más frescas. Estos hallazgos se han publicado en la revista Science Advances3.

El envejecimiento biológico se refiere a la condición funcional del organismo a nivel celular y molecular, mientras que la edad cronológica se basa en el año de nacimiento. Cuando la edad biológica de una persona es superior a su edad cronológica aumenta el riesgo de enfermedades y mortalidad. Aunque ya se sabía que la exposición a temperaturas extremas puede afectar negativamente a la salud e incrementar la tasa de mortalidad, su impacto directo en el envejecimiento biológico no estaba del todo claro.

Vínculos entre el calor y el envejecimiento acelerado

Ailshire y Eunyoung Choi, doctora en gerontología por la USC y coautora del estudio, analizaron cómo variaba la edad biológica en más de 3.600 participantes del Estudio de Salud y Jubilación, todos mayores de 56 años y residentes en distintas zonas de EE.UU. Para ello, se tomaron muestras de sangre en distintos momentos a lo largo de un período de seis años, con el objetivo de detectar cambios epigenéticos, que influyen en la manera en que los genes se activan o desactivan a través de un proceso conocido como metilación del ADN.

Los investigadores utilizaron herramientas matemáticas denominadas ‘relojes epigenéticos’ para analizar los patrones de metilación y estimar la edad biológica en cada fase del estudio. Luego, compararon estos datos con el historial de índices de calor de los lugares de residencia de los participantes y el número de días de calor extremo registrados por el Servicio Meteorológico Nacional entre 2010 y 2016.

El Servicio Meteorológico Nacional clasifica los índices de calor en tres niveles según su impacto en la salud: “Precaución” (entre 26,6°C y 32,2°C), “Precaución extrema” (32,2°C a 39,4°C) y “Peligro” (39,4°C a 51,1°C). Para el estudio, se incluyeron los días que se incluían en cualquiera de estas tres categorías.

“Por el simple hecho de vivir en una zona con más días de calor, estás envejeciendo biológicamente más rápido”

Los resultados mostraron una correlación significativa entre vivir en zonas con más días de calor extremo y experimentar un mayor envejecimiento biológico, explicó Choi. Esta relación se mantuvo incluso después de ajustar factores que podrían influir, como el nivel socioeconómico, el estilo de vida y otros aspectos demográficos, como la actividad física, el consumo de alcohol y el tabaquismo.

“Los participantes que viven en áreas donde los días de calor, definidos como Precaución Extrema o niveles más altos (≥32,2°FC), ocurren la mitad del año, como Phoenix (Arizona), experimentaron hasta 14 meses de envejecimiento biológico adicional en comparación con aquellos que viven en áreas con menos de 10 días de calor por año”, dijo. “Incluso después de controlar varios factores, encontramos esta asociación. Por el simple hecho de vivir en una zona con más días de calor, estás envejeciendo biológicamente más rápido”.

Implicaciones del cambio climático en la población mayor

Los adultos mayores son especialmente vulnerables a los efectos del calor extremo, advirtió Ailshire. El estudio utilizó el índice de calor en lugar de la temperatura del aire para considerar la humedad relativa, un factor clave en la percepción del calor y su impacto en el organismo.

“La combinación de calor y humedad es lo que realmente afecta a las personas mayores, ya que con la edad perdemos la capacidad de sudar de manera eficiente, lo que reduce el efecto refrescante de la evaporación del sudor”, ha explicado. “Si estás en un lugar con mucha humedad, este proceso es aún menos efectivo, por lo que es importante considerar tanto la temperatura, como la humedad, para comprender realmente cuál podría ser tu riesgo”.

El próximo objetivo de las investigadoras es identificar otros factores que podrían aumentar la vulnerabilidad al envejecimiento biológico inducido por el calor y cómo se podrían vincular estos cambios a enfermedades. Mientras tanto, los hallazgos podrían servir como una advertencia para que los responsables de la planificación urbana, arquitectos y legisladores implementen estrategias de mitigación del calor, como la instalación de más áreas sombreadas en las ciudades, la construcción de paradas de autobús con protección contra el sol y el aumento de los espacios verdes urbanos. “Dado que las temperaturas siguen aumentando y la población está envejeciendo, necesitamos desarrollar estrategias más inteligentes para mitigar estos efectos”, concluyó Ailshire.

Manuel Collado, investigador científico del CNB-CSIC en el CiMUS de la Universidad de Santiago de Compostela, IDIS. Laboratorio de Senescencia Celular, Cáncer y Envejecimiento, que no ha participado en el estudio, ha dado su opinión sobre el mismo en declaraciones a SMC España4: “Asistimos en los últimos tiempos a una oleada de artículos científicos que tratan de aprovechar el desarrollo reciente de los denominados ‘relojes epigenéticos’ para tratar de establecer el efecto sobre la velocidad del envejecimiento de múltiples factores. Estos relojes epigenéticos se basan en la observación de que las ‘marcas’ con las que se modifica el ADN o que modifican las histonas, unas proteínas que intervienen en la compactación y organización del genoma alrededor de las cuales se enrolla el ADN, lo que denominamos ‘epigenoma’, se van acumulando conforme envejecemos. El significado de esta mayor modificación epigenética en el genoma durante el envejecimiento se desconoce. Si esto sucede de manera azarosa, o se produce mediante unos patrones establecidos, o si tiene consecuencias funcionales, alterando por ejemplo cómo se expresa la información codificada en el genoma, o es algo accidental sin participación en el proceso de envejecimiento, se desconoce en la actualidad. De hecho, está muy en discusión si estos relojes epigenéticos realmente reflejan de manera fiel el envejecimiento biológico, como muchos sostienen. Los más escépticos aseguran que los resultados de estos estudios se sesgan seleccionando el reloj o el análisis informático que mejor se adapta a las expectativas de los investigadores”.

“En este caso en particular, la variable de estudio es la exposición a un cada vez mayor número de días de calor extremo. En un intento de relacionar estos fenómenos extremos con su impacto en la salud humana, los investigadores aplicaron diversos relojes epigenéticos para determinar si el calor acelera el envejecimiento biológico, conclusión a la que llegaron. A favor del estudio, los autores usaron varios relojes epigenéticos, determinaron la edad biológica de la población y posteriormente trataron de estudiar si existía una correlación entre la aceleración del envejecimiento y el número de días de calor extremo registrados para las zonas en las que estas personas habitaron en los seis años anteriores al estudio”.

“A falta de un mejor entendimiento de lo que estas medidas matemáticas realmente reflejan y hasta qué punto están relacionadas realmente con un envejecimiento biológico, hay que tomar todos estos resultados con cautela, especialmente porque se ajustan a las expectativas y son observaciones, es decir, no son susceptibles de poner a prueba planteando experimentos que realmente establezcan una conexión causal entre relojes y calor (en este caso)”.