El sueño profundo podría mitigar la pérdida de memoria por alzhéimer

La pérdida de memoria que provoca el alzhéimer en los adultos mayores se podría contrarrestar con el sueño profundo o sueño de ondas lentas no REM, incluso aunque tengan grandes depósitos de proteína tóxica beta amiloide en el cerebro.
Anciano durmiendo plácidamente

05/05/2023

No siempre le damos al sueño la importancia que merece, a pesar de que cada vez disponemos de más evidencias científicas que demuestran que dormir bien es clave para tener una buena salud física y psicológica. Todo el organismo se beneficia de un adecuado descanso, y especialmente nuestro cerebro, ya que un nuevo estudio ha encontrado que el sueño profundo o sueño de ondas lentas no REM podría ayudar a mitigar la pérdida de memoria asociada al alzhéimer en los adultos mayores.

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La investigación ha sido realizada por científicos de la Universidad de California Berkeley (UC Berkeley), que han comprobado que esta fase del sueño puede actuar como un “factor de reserva cognitiva capaz de aumentar la resistencia contra la proteína beta-amiloide cuya acumulación en el cerebro se relaciona con la pérdida de memoria causada por la demencia.

Anteriormente se había relacionado el sueño interrumpido con una acumulación más rápida de proteína beta-amiloide en el cerebro, pero el nuevo estudio muestra que permanecer más tiempo en un sueño profundo y de ondas lentas puede proteger contra el deterioro de la memoria en personas que ya tienen elevadas cantidades de esta proteína característica de la enfermedad de Alzheimer, un hallazgo que podría ayudar a aliviar algunos de los síntomas más graves de esta demencia.

“Hay ciertos factores de estilo de vida que ayudarán a moderar y disminuir los efectos del alzhéimer. Uno de esos factores es el sueño y, específicamente, el sueño profundo”

“Con un cierto nivel de patología cerebral no estás destinado a tener síntomas cognitivos o problemas de memoria”, dijo Zsófia Zavecz, investigadora postdoctoral en el Centro de Ciencias del Sueño Humano de UC Berkeley. “La gente debe ser consciente de que, a pesar de tener cierto nivel de patología, hay ciertos factores de estilo de vida que ayudarán a moderar y disminuir los efectos”. “Uno de esos factores es el sueño y, específicamente, el sueño profundo”. Los resultados del estudio se han publicado en la revista BMC Medicine.

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Dormir profundamente para combatir el alzhéimer

Existen una serie de factores que se considera que aumentan la reserva cognitiva de una persona, como la educación, la práctica de ejercicio físico y las relaciones sociales, que ayudan a mantener su mente alerta y potencian su capacidad para retrasar o prevenir una patología cerebral grave. La mayoría de estos factores de reserva cognitiva, sin embargo, no se pueden modificar de forma retroactiva con facilidad.

Teniendo en cuenta que el sueño es fundamental en la retención de la memoria, el equipo de UC Berkeley descubrió previamente que la cantidad decreciente de sueño profundo de una persona podría actuar como un predictor de una tasa más rápida de acumulación futura de beta-amiloide en el cerebro, tras lo cual hay más probabilidades de desarrollar demencia. Dormir bien, por tanto, ayudaría también a mantener la reserva cognitiva y la memoria.

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“Si creemos que el sueño es tan crítico para la memoria”, ha señalado Matthew Walker, profesor de neurociencia y psicología de UC Berkeley y autor principal del estudio “podría ser el sueño una de esas piezas que faltan en el rompecabezas explicativo que nos diría exactamente por qué dos personas con las mismas cantidades de patología amiloide grave y tóxica tienen muy diferente memoria”. “Si los hallazgos respaldaran la hipótesis, sería emocionante, porque el sueño es algo que podemos cambiar”, añade. “Es un factor modificable”.

Los investigadores seleccionaron a 62 adultos mayores sanos y que no habían sido diagnosticados con demencia del Estudio de Cohorte de Envejecimiento de Berkeley. Los participantes durmieron en un laboratorio mientras los investigadores monitoreaban sus ondas de sueño con una máquina de electroencefalografía (EEG). También utilizaron una tomografía por emisión de positrones (PET) para medir la cantidad de depósitos de beta-amiloide en los cerebros de los participantes. La mitad de los participantes tenían grandes cantidades de depósitos de amiloide; la otra mitad no.

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Después de dormir, los participantes realizaron una tarea de memoria que consistía en emparejar nombres con rostros. Los que tenían grandes cantidades de depósitos de beta-amiloide en su cerebro, pero experimentaron niveles más altos de sueño profundo obtuvieron mejores resultados en la prueba de memoria que aquellos con la misma cantidad de depósitos, pero que durmieron peor; es decir, el sueño profundo colocó la flecha de la cognición hacia arriba, contrarrestando los efectos perjudiciales de la patología beta-amiloide en la memoria.

“Piense en el sueño profundo casi como una balsa salvavidas que mantiene a flote la memoria, en lugar de que la memoria se vea arrastrada por el peso de la patología de la enfermedad de Alzheimer”, dijo Walker. “Ahora parece que el sueño NREM profundo puede ser una pieza nueva que falta en el rompecabezas explicativo de la reserva cognitiva. Esto es especialmente emocionante porque podemos hacer algo al respecto. Hay formas en que podemos mejorar el sueño, incluso en adultos mayores”.

Actualizado: 5 de mayo de 2023

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