La contaminación atmosférica aumenta el riesgo de alzhéimer y demencia
27/12/2022
Los resultados de la actualización de 2022 de la base de datos de calidad del aire de la Organización Mundial de la Salud (OMS) revelaron que prácticamente toda la población del planeta (el 99%) respira aire contaminado, un factor que se ha asociado a la aparición de enfermedades cardiovasculares y respiratorias, entre otros problemas para la salud. Ahora, un nuevo estudio ha encontrado que la exposición continuada a la contaminación atmosférica de las ciudades está relacionada con un mayor riesgo de desarrollar demencia y alzhéimer.
La investigación ha sido realizada por científicos de la Universidad de Emory (Atlanta, EE.UU.) y se ha publicado en The Journal of the Alzheimer Association. Los autores del trabajo destacan en el artículo que “la creciente evidencia indica que la exposición, específicamente, a las partículas finas (PM2.5) desempeña un papel crucial en la patogénesis del alzhéimer y otras demencias relacionadas”.
Se estima que en Estados Unidos más de seis millones de personas padecen alzhéimer, mientras que en España esta enfermedad neurodegenerativa afecta a alrededor de un millón de personas. Los expertos advierten, además, que el 80% de los casos en los que los síntomas de alzhéimer son todavía leves están sin diagnosticar.
Partículas finas PM2.5 y otros tóxicos en el aire que respiramos
El aire que respiran los ciudadanos contiene numerosos gases como oxígeno, dióxido de carbono, nitrógeno, monóxido de carbono, metano, o dióxido de azufre, así como micropartículas que se encuentran en forma sólida o líquida procedentes del polvo, de cenizas, de hollín, de partículas metálicas o de cemento, entre otras. Estas partículas se pueden dividir en dos grupos en función de su tamaño: las más grandes, que son iguales o inferiores a los 10 µm o 10 micrómetros denominadas PM10, y las más pequeñas, las PM2.5, que son inferiores o iguales a 2,5 micrómetros, “100 veces más delgadas que un cabello humano”, señalan los expertos.
La exposición a largo plazo a las partículas PM2.5 se asocia significativamente con una incidencia elevada de demencia o alzhéimer
La mortalidad relacionada con las partículas PM2.5 se había relacionado hasta ahora “con causas cardiorrespiratorias” asociadas al carbono negro y al orgánico, y los nuevos datos añaden distintos trastornos del cerebro. “La importancia y trascendencia de este estudio son no solo el enorme tamaño de la muestra poblacional, que incluye millones de personas de todo Estados Unidos, sino que analiza de manera individual el efecto de sus principales componentes químicos; entre ellos destacan el carbono negro, la materia orgánica, los sulfatos y el amonio inorgánicos como aquellos con mayor riesgo asociado a estas enfermedades neurodegenerativas”, ha explicado Víctor Briz, investigador posdoctoral sénior especialista en neurociencia en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, UAM-CSIC, en declaraciones a Science Media Centre España.
Los investigadores de Emory se han centrado en las micropartículas de carbono negro, nitrógeno, sulfatos y amonio, aunque lo más dañino tanto para el sistema respiratorio, como para el cerebro, son las partículas que proceden de la quema de combustibles fósiles y que también se denominan carbono negro. Los resultados del trabajo revelan que “por cada aumento de 1 microgramo por metro cúbico, los niveles de riesgo de demencia fueron 1,123”.
El carbono negro que contamina el aire también se asocia a las enfermedades respiratorias, las cardiovasculares y el cáncer. Según la OMS, se calcula que 4,2 millones de muertes al año están relacionadas con la contaminación del aire exterior. En 2021 este organismo también señaló que se podría evitar un 90% de las muertes relacionadas con las partículas PM2.5 adoptando nuevas guías y cambió los límites recomendados sobre los niveles de contaminación.
Las partículas PM 2.5 se consideran el contaminante más peligroso para el ser humano y hasta ahora la OMS recomendaba menos de 25 microgramos por metro cúbico de aire en un día, y la nueva recomendación reduce el nivel óptimo a 15 microgramos, mientras que las PM10 pasan de 50 microgramos a 45 por metro cúbico de aire.
Los investigadores de Emory concluyen que “la exposición a largo plazo a las partículas PM2.5 se asocia significativamente con una incidencia elevada de demencia o alzhéimer”. Briz añade que “este estudio refuerza trabajos epidemiológicos previos sobre el riesgo significativo de desarrollo de demencia y alzhéimer tras la exposición continuada a la polución ambiental”.
Actualizado: 5 de mayo de 2023