La contaminación aumenta la prevalencia de ictus
22/02/2016
Elevados niveles de contaminación atmosférica se han asociado con una mayor prevalencia de ictus, según los resultados de una investigación que se han presentado en la Conferencia Internacional del Ictus 2016, organizada por la Asociación Americana del Ictus. Este estudio es uno de los primeros que ha analizado cómo influye la calidad del aire sobre la cantidad de casos de accidente cerebrovascular, además del posible efecto que tiene el cambio climático sobre dicha asociación.
Las elevadas temperaturas producen un estrés térmico crítico, que puede tener como consecuencia un aumento del riesgo de ictus y otras enfermedades y muertes relacionadas con el calor y la calidad del aire
China y Estados Unidos son dos de los países que más gases de efecto invernadero emiten, y se les considera los responsables de alrededor de un tercio del calentamiento global, por lo que los investigadores utilizaron mediciones de calidad del aire, que se registraron entre 2010 y 2013 en más de 1.000 condados en 49 estados de EE.UU., y 120 ciudades de China.
El mayor riesgo para la salud de los ciudadanos lo constituyen las partículas de menos de 2,5 micrómetros de diámetro –PM 2,5–, debido a su pequeño tamaño, y que se generan por la combustión de los automóviles y la industria, entre otras fuentes. Los autores del trabajo comprobaron que por cada 10 microgramos por metro cúbico de aire de aumento de PM 2,5, el número total de casos de ictus se incrementaba un 1,19%.
Los investigadores también observaron que la temperatura también afectaba a la calidad del aire y el riesgo de accidente cerebrovascular; así, como ha explicado Longjian Liu, profesor de Epidemiología y Bioestadística de la Universidad de Drexel en Filadelfia (Pensilvania, EE.UU.) y principal autor del estudio, las elevadas temperaturas producen un estrés térmico crítico que puede tener como consecuencia un aumento del riesgo de ictus y otras enfermedades y muertes relacionadas con el calor y la calidad del aire.
Este experto ha añadido que las mujeres y los ancianos son la población más vulnerable a sufrir un episodio cerebrovascular asociado a la calidad del aire y las patologías relacionadas con el calor, y que los pacientes con ictus tienen más probabilidades de deshidratarse con las altas temperaturas en verano, y de contraer gripe, neumonía, y otras enfermedades del aparato respiratorio en invierno.
Actualizado: 2 de octubre de 2017