La polución incrementa el riesgo de trastornos metabólicos
04/10/2016
La contaminación atmosférica de las ciudades provoca daños en la salud de la población. Hasta ahora se conocían sus efectos sobre los sistemas respiratorio (cáncer, infecciones respiratorias, EPOC) y cardiovascular (cardiopatías, ictus, infarto), así como las consecuencias psicológicas derivadas de la contaminación acústica. Pero un reciente estudio, realizado por investigadores del Helmholtz Zentrum de Múnich en colaboración con expertos del German Center for Diabetes Research (DZD), acaba de desvelar que la exposición al aire contaminado también aumenta el riesgo de diabetes tipo 2.
Ya en 2013, los científicos Elisabeth Thiering y Joachim Heinrich, pertenecientes también al Helmholtz Zentrum, identificaron la relación existente entre la contaminación atmosférica y el riesgo de desarrollar resistencia a la insulina en los niños. Tres años después, el equipo dirigido por el Dr. Kathrin Wolf, autor principal del estudio, ha descubierto que cuando la diabetes mellitus tipo 2 se manifiesta en el adulto, no sólo se debe a cuestiones de tipo genético, o a un estilo de vida poco saludable, sino que también es consecuencia de la contaminación provocada por el tráfico de las ciudades.
Las personas con hiperinsulinemia, antesala de la diabetes, son particularmente vulnerables a los efectos de la contaminación del aire
Para esta última investigación se tomó como muestra a casi 3.000 individuos provenientes de la plataforma regional de investigación en salud KORA, creada en 1996 para el seguimiento de estudios centrados en los campos de la epidemiología, la economía de la salud y la investigación para el cuidado de la salud. Los investigadores entrevistaron y examinaron físicamente a todos los implicados. Se obtuvieron muestras de sangre en ayunas de los individuos con una alteración del metabolismo de la glucosa previa para determinar varios marcadores de resistencia a la insulina. Por su parte, las personas que no eran diabéticas se sometieron a una prueba de tolerancia oral a la glucosa para comprobar si su metabolismo se veía afectado.
Tras comparar todos estos datos con las concentraciones de los contaminantes del aire en la zona donde residían los participantes, se observó que las personas que presentan una alteración del metabolismo de la glucosa (resistencia a la insulina o hiperinsulinemia), que se consideran pacientes prediabéticos, son especialmente vulnerables a los efectos de la contaminación del aire. Concluyendo que, por tanto, a largo plazo la polución es un factor de riesgo para la diabetes tipo 2.
La contaminación como problema global
Los autores del estudio se han mostrado preocupados por las elevadas concentraciones de contaminantes en el aire alrededor del mundo. Según el último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 'Ambientes saludables y prevención de enfermedades: Hacia una estimación de la carga de morbilidad atribuible al medio ambiente (2012)', 8,2 millones de personas mueren en el mundo como consecuencia de la contaminación atmosférica. La gravedad de estos datos obligaba a la OMS a incluir la contaminación ambiental en el grupo 1 de sustancias cancerígenas en el año 2013.
Para Alexandra Schneider, una de las doctoras participantes en el estudio, “es urgente la toma de medidas por parte de los gobiernos a nivel global para lograr la disminución de los niveles de contaminación del aire”. La investigadora incide también en que todos estamos expuestos a la contaminación del aire y “no siempre es factible alejarse de zonas muy contaminadas”.
Actualizado: 17 de octubre de 2017