Sanidad vigilará para detectar precozmente infecciones causadas tras la DANA

El Ministerio de Sanidad y la Consellería de Sanitat han activado un protocolo especial para monitorear posibles infecciones tras las inundaciones por la DANA e instan a la población afectada a vigilar determinados síntomas de alerta para buscar atención médica.
Calle embarrada tras el paso de la riada
Foto: Vicente Sargues / Shutterstock.com

06/11/2024

Las inundaciones producidas por la DANA han generado un entorno propicio para la proliferación de enfermedades infecciosas. Los factores que incrementan este riesgo incluyen el estancamiento de aguas, la acumulación de residuos y el contacto con aguas contaminadas, que favorecen la transmisión de infecciones de tipo gastrointestinal, dermatológicas y respiratorias, tal y como apuntan desde la Real Academia Nacional de Medicina de España.

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Así, ante la emergencia sanitaria derivada de la DANA en la Comunidad Valenciana, el Ministerio de Sanidad y la Consellería de Sanitat han implementado un protocolo de vigilancia epidemiológica. Este plan establece una evaluación diaria para identificar de manera temprana cualquier brote de infección en las áreas afectadas y supervisar su evolución, especialmente en el caso de aquellas enfermedades infecciosas con capacidad epidémica, como gastroenteritis, leptospirosis, neumonía, etcétera.

El protocolo también detalla los criterios para la toma de muestras, que serán analizadas en el centro de salud o en el hospital según el caso y la complejidad. Además, se especifica el procedimiento para notificar los casos al Centro Nacional de Epidemiología y al Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, garantizando una respuesta coordinada a nivel nacional.

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¿Cuándo se considera un caso sospechoso?

Para identificar rápidamente posibles casos de enfermedades transmisibles tras la DANA, se toman en cuenta dos criterios fundamentales:

  • Criterio epidemiológico: aplica a personas expuestas a zonas afectadas por la DANA, como los residentes en esas áreas, quienes hayan participado en labores de limpieza y recuperación, y sus convivientes.
  • Criterio clínico: incluye a personas que presentan síntomas que pueden indicar una enfermedad transmisible. Estos síntomas se agrupan en síndromes según el modo de transmisión, como se detalla a continuación.

Transmisión alimentaria o hídrica

Las infecciones más habituales que se pueden producir por vía alimentaria o hídrica son:

  • Gastroenteritis aguda leve: persona con signos de gastroenteritis aguda sin gravedad.
  • Gastroenteritis aguda grave: persona con signos de gastroenteritis severa, como diarrea con sangre, deshidratación o fiebre alta, entre otros.
  • Ictericia aguda, que se caracteriza por piel y mucosas amarillentas, coluria o acolia.
  • Sospecha de leptospirosis: persona con fiebre y al menos dos síntomas adicionales, como escalofríos, cefalea, mialgias, erupción, inyección conjuntival o ictericia, entre otros.

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Transmisión respiratoria

En este caso es destacable la sospecha de neumonía; es decir, una persona que presente una infección respiratoria aguda compatible con neumonía.

Otros cuadros clínicos

Otra sintomatología que puede alertar de infecciones graves, como:

  • Meningoencefalitis aguda: fiebre alta sin causa aparente, dolor por detrás de los ojos, signos meníngeos, o síntomas específicos como debilidad muscular o confusión.
  • Fiebre con exantema: persona con erupciones rosadas puntiformes.
  • Sepsis: persona con signos de una respuesta inmunitaria exacerbada a una infección.

Mantente alerta a cualquiera de estos síntomas si has estado en zonas inundadas o has participado en labores de limpieza. Ante cualquier signo de alarma o empeoramiento, acude lo antes posible a tu centro de salud más cercano. Puedes consultar la situación de tu centro en este enlace.

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En qué casos se recomienda buscar atención sanitaria

Determinados síntomas hacen aconsejable que se solicite asistencia sanitaria cuanto antes. Estos son los signos de alarma a los que hay que prestar especial atención:

  • Fiebre alta y persistente.
  • Diarrea o vómitos intensos o continuos, especialmente si causan deshidratación (sequedad de boca o reducción de la orina).
  • Dolor abdominal severo.
  • Coloración amarillenta de la piel o los ojos.
  • Orina de color oscuro.
  • Tos persistente o dificultad para respirar.
  • Erupciones rojizas o púrpuras en la piel, que podrían indicar sangrado subcutáneo.
  • Dolor de cabeza fuerte o rigidez en el cuello.
  • Confusión, desorientación o agitación.
  • Heridas abiertas o lesiones con posibles signos de infección.
  • Sensación de ansiedad o estrés excesivo.

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¿Se ofrecerá alguna vacunación preventiva?

En cuanto a la vacunación, desde el Ministerio de Sanidad han indicado que:

  • No se prevé una campaña de vacunación masiva en este momento.
  • Se ha aumentado la disponibilidad de vacunas en los centros de salud, especialmente para tétanos, difteria y hepatitis A, en caso de un aumento de la demanda.
  • Continúa la vacunación sistemática y las campañas de vacunación estacional (gripe, COVID-19, virus respiratorio sincitial (VRS) en los niños).
  • Se recomienda a los profesionales sanitarios revisar el estado de vacunación de los pacientes que acudan a consulta.
  • En caso de heridas, se seguirán las pautas habituales de vacunación antitetánica, evaluando la fecha de la última dosis.

Riesgos epidemiológicos y recomendaciones de Salud Pública

Por todo ello, resulta crucial alertar a la ciudadanía sobre los potenciales riesgos epidemiológicos derivados de las inundaciones causadas por la DANA. Ante esta situación, la Real Academia Nacional de Medicina de España recomienda a las autoridades sanitarias y a la ciudadanía en general:

  1. Vigilancia epidemiológica intensiva: instar a los sistemas de salud pública a implementar protocolos de vigilancia activa para la identificación precoz y control de posibles brotes infecciosos.
  2. Medidas de higiene y desinfección: se exhorta a las personas a evitar el contacto con aguas estancadas y a las autoridades a la desratización adecuada de cualquier zona afectada por las inundaciones. Es crucial la protección individual con calzado, guantes y mascarillas, así como el lavado frecuente de manos y la bebida de agua embotellada hasta que esté garantizada la potabilidad del agua de la red ordinaria
  3. Restablecimiento de la Atención Primaria y acceso a las medicinas: los grupos más vulnerables, como mujeres embarazadas, niños y ancianos, tienen que tener asegurada la atención médica básica, lo que incluye la salud materno-infantil, así como la asistencia y cobertura de enfermedades crónicas.
  4. Prevención de enfermedades infecciosas: a la protección individual se deben añadir los programas de vacunación que, de acuerdo con el estado de la situación, las autoridades sanitarias consideren pertinentes.
  5. Prevención de enfermedades transmitidas por vectores: al ser un periodo pre-invernal, el control de insectos se debe considerar en la primavera próxima. En cambio, el control de roedores debe incluirse en esta fase aguda.

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Fuente: Ministerio de Sanidad y RANM

Actualizado: 6 de noviembre de 2024

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