Tus amistades pueden modificar la composición de tu microbioma intestinal

Las amistades y otras interacciones sociales tienen un gran impacto en la composición del microbioma intestinal, según un estudio de la Universidad de Yale que muestra que las personas con estos vínculos tienen microbiomas similares con independencia de su dieta.
Plano nadir de un grupo de amigos formando un círculo con corazones de cartón rojo

28/11/2024

Con nuestros amigos compartimos gustos e intereses, actividades de ocio e incluso ciertos hábitos de vida, pero ¿sabías que una relación de amistad también puede influir sobre los microorganismos que habitan en el intestino? Esa es al menos la conclusión de un nuevo estudio liderado por científicos de la Universidad de Yale que ha encontrado que diversos tipos de relaciones, incluidas las amistades, influyen en la composición de nuestro microbioma intestinal (conjunto de bacterias, virus, hongos arqueas, etcétera).

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En concreto, los investigadores analizaron cómo la estructura de las redes sociales que establecen las personas se relaciona con la composición de sus microbiomas, y para ello recopilaron datos de las redes sociales de 1.787 adultos que residían en 18 aldeas aisladas en Honduras, combinándolos con información detallada de sus microbiomas. El análisis incluyó 2.543 especies microbianas y 339.137 cepas diferentes: variantes genéticas cercanas de la misma especie que comparten características específicas que no se encuentran en otros miembros de la especie.

Los resultados se han publicado en la revista Nature y han revelado que las personas que mantienen una conexión a través de distintas relaciones –incluso aquellas sin lazos de parentesco o que no residen en el mismo hogar– muestran similitudes en sus microbiomas que van más allá de lo que se esperaría como fruto de la casualidad.

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“Encontramos una sustancial evidencia de que el intercambio de microbiomas ocurre entre personas que no son familia y que no viven juntas, incluso después de tener en cuenta otros factores como la dieta, las fuentes de agua y los medicamentos”, ha señalado el coautor principal Francesco Beghini, asociado postdoctoral en el Laboratorio de Naturaleza Humana de Yale en una nota publicada por la universidad. “De hecho, compartir microbiomas fue el predictor más fuerte de las relaciones sociales de las personas en las aldeas que estudiamos, más allá de características como la riqueza, la religión o la educación”, añade.

Vínculo entre interacciones sociales e intercambio de microorganismos

Aunque los niveles más elevados de intercambio microbiano se observaron entre cónyuges y personas que compartían el mismo hogar, también se detectaron tasas significativas entre amigos y conexiones sociales de segundo grado (como amigos de amigos). Además, las personas situadas en el centro de las redes sociales mostraban microbiomas más similares al resto de los aldeanos, lo que sugiere un flujo social de microbios a través de las conexiones.

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La frecuencia con la que las personas interactúan, por ejemplo, compartiendo la comida, o al saludarse con un apretón de manos, besos o abrazos, también se asoció con un mayor intercambio de microorganismos. Sin embargo, las similitudes se encontraron menos similitudes microbianas entre individuos que vivían en la misma aldea, pero no tenían relación social, y aún menos entre los que residían en aldeas diferentes.

Dos años después, los investigadores analizaron de nuevo los microbiomas de un grupo de 301 participantes de cuatro aldeas y comprobaron que aquellos con conexiones sociales mostraron mayores similitudes microbianas a lo largo del tiempo que quienes no estaban conectados socialmente. El estudio también reveló que ciertas especies y cepas microbianas forman grupos específicos dentro de las redes sociales, lo que sugiere que estos entornos sociales generan nichos donde las personas desarrollan microbiomas similares.

“Fenómenos como la obesidad podrían propagarse no sólo por contagio social, sino también por contagio biológico, tal vez a través de las bacterias comunes que habitan en las entrañas humanas”

“Piense en cómo se forman los diferentes nichos sociales en un lugar como Yale”, señaló Jackson Pullman, coautor del estudio y graduado en 2023 de Yale. “Tienes grupos de amigos centrados en cosas como teatro, equipo de trabajo o estudiantes de física. Nuestro estudio indica que las personas que componen estos grupos pueden estar conectadas de formas que nunca antes habíamos pensado, incluso a través de sus microbiomas”.

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Los hallazgos tienen implicaciones tanto negativas, como positivas, ya que, por una parte, sugieren que ciertas enfermedades o problemas de salud relacionados con el microbioma se podrían transmitir con mayor facilidad de lo que se creía. Por otro lado, los beneficios de un microbioma saludable también se podrían transmitir a través de las relaciones sociales. “Lo fascinante es que estamos muy interconectados”, ha afirmado Pullman. “Esas conexiones van más allá del nivel social al nivel microbiano”

Nicholas Christakis, profesor en Yale y director del Laboratorio de Naturaleza Humana y autor principal del trabajo ha señalado que este estudio es un paso más en una idea planteada en 2007: “que fenómenos como la obesidad podrían propagarse no sólo por contagio social, sino también por contagio biológico, tal vez a través de las bacterias comunes que habitan en las entrañas humanas”.

Actualizado: 28 de noviembre de 2024

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