Un compuesto de un árbol brasileño podría ayudar a tratar la leucemia

Los productos elaborados a partir de sustancias naturales se han utilizado y se siguen utilizando para aliviar numerosas molestias y problemas de salud, y muchos de los medicamentos actuales se desarrollaron a partir de este tipo de sustancias, que fueron refinadas o sintetizadas para aprovechar todos sus beneficios y reducir al máximo sus posibles efectos tóxicos.

Ahora, compuestos naturales derivados de la corteza del árbol de lapacho brasileño se han empleado para crear un agente terapéutico que podría resultar eficaz en el tratamiento de la leucemia mieloide aguda (LMA), el tipo de leucemia aguda más común en adultos, que se produce a causa de un incremento anómalo en el número de células mieloides, un tipo de células de la sangre inmaduras.

Las personas afectadas por este tipo de cáncer tienen una tasa de supervivencia de alrededor del 20% al cabo de cinco años del diagnóstico y su tasa de recaídas es muy elevada, de ahí “la importancia de encontrar nuevas estrategias terapéuticas para esta enfermedad”, ha señalado Gonçalo Bernardes, del Instituto de Medicina Molecular João Lobo Antunes (iMM) de Portugal, y profesor de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido), que ha llevado a cabo la investigación sobre este compuesto junto a Gonzalo Jiménez-Osés, jefe de grupo del Centro de Investigación Cooperativa en Biociencias, en Derio, Vizcaya.

Anteriormente ya se había usado la corteza de otro árbol –el tejo– para desarrollar un tratamiento médico, en este caso taxanos para combatir el cáncer, sobre todo el cáncer de mama. En su nuevo estudio, que se ha publicado en Nature Chemistry, estos científicos describen el desarrollo de una nueva química sobre compuestos naturales extraídos de la corteza del árbol de lapacho brasileño para elaborar un agente con propiedades terapéuticas que ayudaría a tratar la leucemia mieloide aguda.

Compuesto natural contra la leucemia sin efectos adversos

Ambos científicos han explicado que existen muchos compuestos naturales con propiedades medicinales, pero que actualmente no es posible utilizarlos como terapias porque son tóxicos y tienen efectos adversos sobre las células sanas del organismo. Por ello, en su estudio han empleado compuestos naturales previamente modificados para enmascarar la toxicidad de algunos medicamentos anticancerígenos hasta que alcancen sus objetivos, controlando así sus efectos negativos y que se pueda aprovechar su potencial terapéutico. Anteriormente, en 2018, identificaron el sitio de destino de un compuesto de la corteza del árbol lapacho que pertenece a la familia de las ortoquinonas, denominado β-lapachona. Estos compuestos son conocidos por su potencial para controlar el aumento anormal del número de células que provoca el cáncer, y son buenos candidatos para el tratamiento de la leucemia.

“Cuando el anticuerpo se encuentra con la célula cancerosa, se une al marcador CD33 y reparte el medicamento. En este momento, se convertirá en su forma activa y tóxica, matando la célula cancerosa”

Bernardes ha explicado: “el compuesto que exploramos en este estudio, llamado β-lapachona, es un medicamento prometedor para tratar la leucemia, pero sus propiedades reactivas podrían tener efectos indeseables. En este trabajo, combinamos dos estrategias para minimizar los efectos negativos del compuesto. Por un lado, añadimos un grupo químico a este compuesto que protege de sus propiedades reactivas. Actúa como una máscara que cubre la toxicidad de la droga. Esta máscara se libera en un ambiente más ácido, que corresponde al interior de las células”. Esta actividad da paso a una segunda estrategia, en la que, continúa Jiménez-Osés, “se une el compuesto modificado a una proteína, un anticuerpo, que lo entrega directamente al interior de las células cancerosas”.

Ana Guerreiro, coautora del estudio añade que las células cancerosas tienen ciertas marcas que las distinguen de las células sanas. En la LMA, en concreto, se sabe  que uno de estos marcadores específicos, el CD33, se encuentra en las células neoplásicas. “Unimos nuestro producto natural a un anticuerpo que se une específicamente a este CD33. Esto permite que el medicamento pase a través del cuerpo sin dañar ninguna célula sana y cuando el anticuerpo se encuentra con la célula cancerosa, se une al marcador CD33 y reparte el medicamento. En este momento, se convertirá en su forma activa y tóxica, matando la célula cancerosa”.

Los resultados del estudio no solo son interesantes como un nuevo abordaje terapéutico de la leucemia mieloide aguda, sino que la química que han desarrollado estos investigadores se puede usar con otros compuestos naturales con potencial terapéutico y cuyo uso medicinal no era posible hasta ahora debido a sus efectos tóxicos para las células sanas.