Un patrón de sueño irregular puede aumentar el riesgo de problemas cardíacos
02/12/2024
Dormir bien no solo es un placer, sino también una necesidad fisiológica, ya que la ciencia ha demostrado que un sueño de mala calidad o insuficiente tiene graves consecuencias para la salud, además de afectar al rendimiento físico y cognitivo inmediato. Ahora, un nuevo estudio ha encontrado que la irregularidad en los patrones de sueño podría estar vinculada con la aparición de enfermedades cardiovasculares (ECV) y aumentar el riesgo de eventos cardiovasculares adversos mayores (MACE, por sus siglas en inglés). Sus resultados se han publicado en el Journal of Epidemiology and Community Health.
El concepto de regularidad del sueño se refiere a la variabilidad individual en los horarios de sueño y vigilia. La investigación en este ámbito todavía es limitada, pero existe un consenso sobre la importancia que tiene para la salud mantener horarios regulares de sueño. Estudios previos han indicado que la regularidad del sueño predice la mortalidad de manera más precisa que la duración del sueño. Además, los patrones de sueño irregulares pueden alterar los ritmos circadianos, la regulación hormonal y los procesos metabólicos, aumentando así el riesgo cardiovascular.
Los eventos cardiovasculares adversos mayores o MACE se utilizan como un indicador clínico compuesto que incluye eventos cardiovasculares fatales y no fatales que son responsables de gran parte de la carga asociada a las enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, no está claro si dormir la cantidad de horas recomendada podría mitigar los efectos adversos de un sueño irregular.
El sueño irregular aumentó un 45% el riesgo de insuficiencia cardíaca
Los investigadores analizaron la relación entre la regularidad del sueño y el riesgo de MACE en adultos de mediana y avanzada edad. El análisis incluyó a 72.269 individuos con una edad promedio de 62,1 años y un seguimiento de 7,8 años, que llevaron acelerómetros en la muñeca durante una semana para medir la actividad del sueño.
La regularidad del sueño se evaluó mediante el Índice de Regularidad del Sueño (SRI), una puntuación que engloba la variabilidad en horarios de acostarse y despertarse, la duración del sueño y los despertares nocturnos. Los participantes se dividieron en tres grupos: sueño regular (SRI > 87,3), sueño moderadamente irregular (SRI entre 71,6 y 87,3) y sueño irregular (SRI < 71.,6).
Los resultados mostraron que aquellos con patrones de sueño más regulares eran más propensos a cumplir con la duración recomendada del sueño que aquellos con patrones irregulares. Los participantes con sueño irregular o moderadamente irregular presentaron un mayor riesgo de MACE, con asociaciones específicas con infarto de miocardio, accidentes cerebrovasculares e insuficiencia cardíaca. Por ejemplo, los patrones de sueño irregulares se asociaron con un aumento del 45% en el riesgo de insuficiencia cardíaca.
Las interrupciones en los ritmos circadianos causadas por patrones irregulares pueden aumentar el riesgo cardiovascular a través de mecanismos como la inflamación, la resistencia a la insulina y la hipertensión
El análisis indicó que un SRI superior a 80 estaba asociado con beneficios significativos para la salud cardiovascular. Un puntaje mínimo de 77,1 se relacionó con una reducción del 15% en el riesgo de MACE, mientras que el puntaje medio de 80,8 redujo el riesgo en un 18%. Además, dormir una cantidad adecuada de horas solo logró mitigar parcialmente el riesgo en personas con patrones de sueño moderadamente irregulares.
Las conclusiones del estudio destacan que la regularidad del sueño desempeña un papel clave en la reducción del riesgo de eventos cardiovasculares adversos mayores, incluso más que la duración adecuada del sueño. Las interrupciones en los ritmos circadianos causadas por patrones irregulares pueden aumentar el riesgo cardiovascular a través de mecanismos como la inflamación, la resistencia a la insulina y la hipertensión.
De acuerdo con los hallazgos es fundamental incluir recomendaciones sobre la regularidad del sueño en las prácticas clínicas y las directrices de salud pública. Los autores también sugieren que en futuras investigaciones se evalúen ciertas intervenciones, como rutinas consistentes de sueño para mejorar la salud cardiovascular, y recomiendan que se considere la regularidad del sueño como un componente clave en marcos como los ‘8 esenciales para la vida’ de la Asociación Americana del Corazón.
Actualizado: 2 de diciembre de 2024