Usar la sauna reduce la presión arterial y mejora la salud vascular

Una sola sesión de la terapia de calor de la sauna a 80 ºC reduce la presión arterial en personas de mediana edad (50 a 64 años), lo que puede ayudar a mejorar su salud cardiovascular y prevenir complicaciones asociadas.
Pareja de mediana edad usando la sauna en Finlandia

25/04/2023

El uso regular de la sauna puede ser agradable para muchos, relajante para otros y, según varias investigaciones recientes, también muy saludable para ciertas personas. Una nueva investigación realizada por científicos de la Universidad Brigham Young en Utah, en Estados Unidos, ha venido a apoyar esa hipótesis, ya que ha demostrado que disfrutar de la terapia de calor de sauna disminuye los niveles de presión arterial en personas de mediana edad. El estudio ha revelado que su método de sauna específico redujo la temperatura central del organismo más que las técnicas empleadas en estudios de calor previos.

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La sauna proporciona un tipo de terapia de calor pasiva que se ha hecho popular como una agradable manera de mejorar la salud cardiovascular. La presión arterial elevada o hipertensión puede desencadenar problemas graves de salud –de hecho, se la conoce como el ‘asesino silencioso’–, como enfermedades cardíacas o renales, accidentes cerebrovasculares, o trastornos oculares, y puede deteriorar las arterias dificultando el flujo sanguíneo y de oxígeno al corazón.

El nuevo trabajo se basó en un estudio anterior que se llevó a cabo en Finlandia –país donde está muy extendido el uso de la sauna– que mostró que las personas que utilizaban la sauna frecuentemente con una estancia mínima de 19 minutos tenían menos probabilidades de desarrollar enfermedades cardiovasculares que las que no tenían esta costumbre.

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Tras una sola sesión de sauna la presión arterial en los individuos de mediana edad se redujo significativamente, pero no en los jóvenes

Los autores de la nueva investigación estudiaron a 10 hombres y mujeres de 18 a 30 años y a ocho hombres y mujeres de 50 a 64 años. Los participantes permanecieron en la sauna a 176 grados Fahrenheit (equivalentes a 80 ºC) durante 40 minutos divididos en sesiones de 20 minutos. Los resultados mostraron que la respuesta fisiológica a una sola sesión de sauna fue idéntica entre adultos jóvenes y de mediana edad, lo que reduce significativamente la presión arterial en los individuos de mediana edad, pero no en los jóvenes. No se observaron efectos adversos entre los participantes.

“Esto sugiere que es posible que no necesitemos ir a los extremos para ver mejoras en la salud cardiovascular cuando usamos la terapia de calor durante un período de tiempo más largo”, afirma Olivia Leach, estudiante de maestría en la Universidad Brigham Young y primera autora del estudio, cuyas conclusiones se han presentado en la Cumbre de Fisiología Estadounidense que se ha celebrado en Long Beach (California) entre el 20 y el 23 de abril.

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Actualizado: 25 de abril de 2023

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